sábado, 17 de julio de 2021

BELMONTE ACORTÓ DISTANCIAS Y SUJETÓ AL TORO

Por Antonio Luis Aguilera

El natural de Belmonte con el toro por los terrenos de afuera,
donde se observa como el animal se curva al finalizar el pase.

Guerrita influyó determinantemente en la selección del toro. El cordobés consideraba que el toreo de mayor reunión y sosiego que anhelaba el público necesitaba otro animal de mejores hechuras y mayor fijeza. Por esta razón ordenaba a sus picadores que dejaran a los toros llegar al caballo para que engancharan y romanearan. Bien sabía el maestro que con este desgaste los animales llegarían al último tercio con mayor fijeza y probabilidad de lucimiento, que aquellos otros que lo hacían descompuestos, sin descolgar y tirando derrotes. 

Por su enorme influencia en el toreo de su época, el que fuera gran especialista en el encaste Saltillo, pidió a los ganaderos que afinaran en el tipo y el comportamiento de las reses, que seleccionaran animales que posibilitaran el toreo, con mejores e igualadas hechuras y cornamentas proporcionadas, indicaciones cuyos frutos no se lidiarían en el reinado del II Califa, pero que poco a poco acabaron siendo una realidad en los ruedos, donde fueron apareciendo en la llamada edad de oro del toreo.

Así comenzaba un capítulo trascendente y apasionante de la historia, con un nuevo toro que iba a permitir un nuevo toreo, un animal seleccionado que permitiría que le disputaran su terreno, para que fuera posible otra lidia de mayor sosiego y superior rango artístico, un toreo moderno que se iría desarrollando hasta alcanzar su madurez con la ligazón de los pases de muleta en redondo. En el punto de partida de este momento histórico se encontraron los dos protagonistas de aquella época: Joselito y Belmonte.

Dos genios del toreo: Belmonte otorga la alternativa a Chicuelo.

Del primero sabemos de su aportación a la ligazón de los pases de muleta; del segundo no han faltado aficionados que ante la afirmación de que Joselito, Chicuelo y Manolete forman la columna vertebral del toreo ligado en redondo, muestran sus reservas por lo mucho que han leído sobre el papel de Belmonte en el toreo actual, que sin duda lo tuvo, pero no de esa forma exclusiva que le atribuyen sus panegiristas, donde la mayoría se pierde magnificándolo sin explicar lo que hizo. No obstante, lo que debe quedar suficientemente claro es que la evolución del nuevo toreo no habría sido posible sin el ceñimiento de las suertes que trajo Belmonte, que al acortar las distancias y curvar el final del muletazo sujetó al toro.

Pero Belmonte no cambió el planteamiento del antiguo toreo de muleta. Sus faenas se desarrollaban siguiendo las normas clásicas, con el diestro situado en los terrenos de adentro y el toro en los de afuera, la misma preceptiva anterior, y consistían en pases por alto, el natural ligado con el de pecho —no con otro natural o naturales—, molinetes, faroles y desplantes. La diferencia estuvo en que al ceñirse más con el animal, al torear más cerca y empaparlo de muleta, conseguía sujetarlo al terminar el pase, pues el toro no abandonaba la suerte en línea recta, sino que al ir toreado comenzaba a describir una línea curva, y como el torero permanecía en los terrenos de adentro, para no quedarse fuera de cacho entre pase y pase no tenía más remedio que cruzarse en busca del pitón contrario, mientras el toro en su trayectoria entre pases por las afueras iba describiendo ochos en la arena.

El natural de Chicuelo con el toro por los terrenos de adentro. El torero
gira y alterna los espacios, para aprovechar la curvatura y ligar los pases. 

Posteriormente sería Chicuelo quien toreando en la distancia establecida por Belmonte, y sujetando de igual manera al toro, al curvarse el animal al final del muletazo, en lugar de irse al pitón contrario, para seguir toreando por los terrenos de afuera, resolvió el problema girando sobre sus plantas para permutar los espacios y así, al dejar al toro pasar por adentro, ligar el siguiente muletazo. Y como lo hizo con la mano izquierda, resultó que en lugar de la combinación del toreo antiguo del pase natural ligado con el de pecho, ejecutada con la misma mano para conservar los terrenos, el maestro de la Alameda de Hércules enseñaba que con la alternancia de espacios se podían enlazar los pases naturales en series.

Chicuelo versificó el toreo moderno agrupando los pases en series como los versos se agrupan en estrofas. De ahí que pueda afirmarse que él fue el creador de la faena moderna. Una faena que para su evolución requirió el ceñimiento de las distancias de Belmonte, la búsqueda de un toro que la permitiera propiciada por Guerrita, la ligazón revelada por Joselito en su modelo de faena, que tras la fatal tarde de Talavera continuó y resolvió embelleciéndola con su arte Chicuelo, y unos años después Manolete, que por su valor y perseverancia la ejecutó a todos los toros, para consagrarla definitivamente como la arquitectura que acogería cualquier expresión artística.

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