sábado, 19 de diciembre de 2020

FELIZ NAVIDAD

Por Antonio Luis Aguilera 

Naranjas y capotes. Ernesto Castillejo 

Tenía que haber sido el año de Joselito al celebrarse el centenario de la muerte de tan extraordinario torero, pero ha sido el año en que el mundo se ha despertado cada día preguntándose si ha tenido una mala noche o es cierto lo que está ocurriendo. 

El virus nos ha robado muchas cosas, pero no la esperanza. Ha matado, arruinado y desesperado a muchas familias. Nos ha dejado sin aliento cuando no hemos podido abrazar a los nuestros, cuando hemos visto vacías las calles que rebosaban de gente, cuando hemos sufrido con los hijos que han perdido su trabajo, y cuando entre tanto drama observamos con estupor el circo de horror y espanto de los peores políticos de la democracia.

Llega la Navidad con el recuerdo del nacimiento del Niño que cambió la historia de la Humanidad. Y se multiplican los deseos de felicidad y prosperidad. Nosotros también queremos sumarnos a ellos, aunque sea sin abrazos, sin besos, sin tener cerca a los hijos que emigraron para ganarse la vida, sin acariciar emocionados a los nietos que todavía no hemos podido conocer... 

Ojalá las vacunas traigan el mejor regalo de Navidad a toda la Humanidad, a toda sin excepción, para frenar la propagación de esta terrible enfermedad. Ojalá por una vez los hombres se muestren solidarios con todos los hombres sin ignorar a los pobres, para que cobre auténtico sentido el recuerdo del nacimiento del Niño de Belén.

Desde esta Córdoba serena y profunda, mágica por su belleza y sus silencios, por su historia y su filosofía, desde esta preciosa cuna de civilizaciones que engrandeció el curso de la Humanidad y del Toreo, deseamos una feliz Navidad a todos los amigos de nuestra recoleta plaza de la Lagunilla. 

Feliz Navidad y taurinísimo año 2021. Hoy más que nunca creemos en la esperanza.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

EL FUGAZ Y MEMORABLE PASO DE MANOLETE POR RUEDOS MEXICANOS

Silverio Pérez confirma la alternativa a Manolete en la plaza
del Toreo de la Condesa. México, 9 de diciembre de 1945.

Al cumplirse el 75 aniversario de lal presentación de Manolete en México, reproducimos el interesante artículo de Leonardo Páez, publicado el 23 de septiembre de 2012 en el periódico Jornada de México, donde se detallan las actuaciones del torero cordobés en el país hermano.

Los genios no requieren longevidades ni estadísticas abultadas. ¿Sabe usted cuántas temporadas vino Manuel Rodríguez Manolete a México? Acertó: ¡dos! Luego de su presentación en El Toreo de la Condesa, el 9 de diciembre de 1945, tras haber bordado a Gitano, de Torrecilla, y recibido una cornada en el muslo izquierdo de Cachorro, su segundo, la tarde en que le confirmó Silverio Pérez, quien bordó a Cantaclaro, regresó tres tardes más a ese histórico escenario (16, 20 y 30 de enero de 1946), que celebró su última corrida el 19 de mayo de ese año, antes de ser demolido para posteriormente levantar allí un almacén.

Manolete tras triunfar con Gitano de Torrecilla en su presentación

¿Cuántas corridas toreó en el país El Monstruo de Córdoba esas temporadas de 45-46 y 46-47? Volvió a acertar: ¡37 y dos festivales! Tal cantidad le bastó para convertirse en ídolo de la afición mexicana, no solo por su personalidad y estilo incopiable, sino sobre todo por su entrega y honradez en cualquier plaza, fuese en la ciudad de México o en Torreón. Cobraba mucho, pero complacía más, a sí mismo, a conocedores, a villamelones y al gran público que abarrotaba las plazas, no se diga a las empresas.

Asombra asimismo comprobar que de esas 37 tardes en ruedos mexicanos, Manolete toreó 16 corridas en el Distrito Federal: cuatro tardes en El Toreo de la Condesa, donde alternó tres veces con Silverio y dos con Armillita, 12 en la recién inaugurada Plaza México y 21 en plazas de provincia: tres ocasiones en Guadalajara, Puebla e Irapuato; dos en Mérida, Orizaba y Torreón, y una en San Luis Potosí, Aguascalientes, Nuevo Laredo, Tijuana, Monterrey y Jerez, así como dos festivales, uno en la Plaza México, donde actuó como picador al lado de Cantinflasy otro en León.

Manolete torea al natural a uno de La Punta en México

En su efímero contacto con la fiesta de México el diestro más mitificado, famoso, poemizado y plasmado de la historia moderna del toreo estimuló el celo y competitividad de los matadores mexicanos y contó con la bravura, estilo y fuerza del toro criado en estas tierras, cuando aún no prevalecía el torito de la ilusión, de entra y sal, el que pasa y pasa sin que pase nada, pues carece de transmisión de peligro aunque tenga recorrido.

Revelador también que la mitad -18- del total de los encierros mexicanos que lidió aquí Manuel Rodríguez fueran de la ganadería de La Punta, de los hermanos Madrazo, uno de los hierros más encastados, por no decir duros, que existían en esa época; toros para toreros, pues, y otro de Matancillas, de la misma simiente punteña. También triunfó con tres corridas de San Mateo y Torrecilla, dos de Coaxamaluca y Xajay, y una de Piedras Negras, Pastejé, La Laguna, Carlos Cuevas, Sinkehuel, Peñuelas y Palomeque. Haber hecho caso Manolete y Arruza a sus respectivos apoderados de nunca alternar en plazas mexicanas, sería la única desconsideración cometida aquí por ambos colosos, que no tuvieron inconveniente en actuar juntos en Colombia, Venezuela y Perú. 

Leonardo Páez

TEXTO RELACIONADO CON IMÁGENES CINEMATOGRÁFICAS DE RTVE:

"PRESENTACIÓN DE MANOLETE EN MÉXICO"


viernes, 4 de diciembre de 2020

EL TEMPLE SE ENTRENA

Por Antonio Luis Aguilera 

Manolete engancha a la becerra con la misma panza de la muleta y la lleva embebida en los vuelos

La foto es de escasa calidad pero mantiene intacto su mensaje. Debe tener unos ochenta años y en ella observamos a Manolete interpretando el toreo actual, el de nuestro tiempo. Cuando se captó la instantánea, cuyo autor desconocemos, habrían transcurrido cinco a seis lustros de la revolución de Joselito y Belmonte. Pero el toreo ya era distinto al de su época, aunque algunos de los que escribieron la historia se habían apresurado en redactar el capítulo del toreo moderno atribuyendo "paternidades". Tenían un serio problema, pues la historia seguía su curso dejando en evidencia un relato inconcluso, para el que buscaron un titular rimbombante, que no ofreciera dudas, escogiendo la edad de oro del toreo, el mismo que en el siglo anterior había nominado la competencia entre Lagartijo y Frascuelo

Así las cosas, resultaba complejo reescribir la historia, y optaron por silenciar su curso, por esconder la evolución sin valorar un hecho que la cambiaba por completo, y lo que es peor, por ningunear al protagonista, el gran orfebre del toreo Manuel Jíménez Chicuelo, al que pretendieron envolver en el papel de regalo de la chicuelina, o catalogar como un fino torero sevillano. Pero no fue así, porque el torero de la torerísima Alameda de Hércules, aunque nacido en la trianera calle Betis, fue quien pulió y puso en valor el toreo de línea gallista, el ligado en redondo. Fue él quien con su gracia manifestó la geometría de la ligazón de los pases en redondo, demostrando que era posible alternando los terrenos de adentro y los de afuera, cuando entonces era habitual que el lidiador ocupara los de adentro -dando la espalda a tablas-, y el toro los de afuera, para dar dos pases: el natural y el cambiado o de pecho. Por tanto, Chicuelo fue el creador de la faena moderna, la que relaciona los pases y otorga cohesión a la lidia. Qué razón llevaba su banderillero Manuel González Buzón el Rerre, cuando la tarde del 24 de mayo de 1928 en Madrid, tras la apoteósica faena al toro Corchaíto, se dirigió a su maestro y le sentenció: "Manolo, hoy has cambiado el toreo".

Chicuelo otorga la alternativa a Manolete

Posteriormente vendría otro hecho determinante, la alternativa de Manolete, porque el 2 de julio de 1939 en la Maestranza de Sevilla, donde Chicuelo fue el gran triunfador cortando un rabo, el sevillano no solo entregaba al cordobés espada y muleta otorgándole el grado de matador de toros, sino que le cedía el testigo de su propio toreo, el que eslabona los pases, para que Manuel Rodríguez Sánchez, con el valor y la regularidad que atesoraba, lo implantara como el sistema al que habrían de adaptarse todos los toreros para expresar su arte. 

Manolete dio otra vuelta de tuerca a la ligazón con su forma de obligar a los toros quedados. Y toreó a la inmensa mayoría acortando las distancias con pasos laterales sin corregir su posición para provocar las embestidas. Pero los escolásticos le acusaron de perfilero, y organizaron campañas difamatorias que llegaron hasta después de su muerte, siendo una de las más tristes la engolada conferencia de un espada de distinta cuerda en el Ateneo madrileño, donde leyó lo que escribió o le escribieron, un manifiesto antimanoletista cuando ya el honrado y cabal torero de Córdoba no existía. Sin embargo, la lección de Manolete había sido suficientemente explicada en el ruedo y con el toro, por eso todos los toreros adoptaron el nuevo sistema para expresar su acento artístico. Además, el público no habría soportado el regreso de ese toreo de un pase aquí y otro allí, y exigía la ligazón de los pases en series en la faena de muleta. 

En la antigua fotografía vemos a Manolete entrenando en una placita campera en el marco de un paisaje otoñal. Relajado, con los botos clavados, el compás ligeramente abierto y desmayado el brazo que no torea. La escena expresa absoluta naturalidad. El torero ha enganchado la embestida con la panza de la muleta y lleva a la becerra embebida en los vuelos, mientras hundiendo el mentón acompaña el viaje con la cintura para sentir el temple con que somete a la res, que noblemente humilla siguiendo la bamba que suavemente la trae y la lleva en ese emocionante equilibrio de quietud de piernas, movimiento de brazos y goznes de muñecas que determina el toreo. ¿Entrenaba Manolete el temple...? 

Manolete descansa al sol en la plaza de tienta
Defendía el magistral escritor José Alameda que el temple se entrena, «que cuando se tiene un don, éste se acendra y afina con el ejercicio, no se entrenan sólo mecanismos concebidos, "se" entrena uno mismo, sus facultades, sus posibilidades, los niveles de su aptitud. El objeto del entrenamiento es el artista mismo». Y recordando una gélida mañana de invierno, que tuvo el orgullo de ser ayudante de Juan Belmonte en un tentadero celebrado en la ganadería de don Nemesio Villarroel, añadía: «Lejos del barullo de los cosos, y del delirio de los públicos, prácticamente sin ambiente, o digamos, en el ambiente neutral de la placita gris, de la mañana fría y del silencio, las formas esenciales del toreo de Belmonte, sus engranajes íntimos, sus goznes determinantes, cobraban un valor paradigmático y se veían, como en un cuadro "abstracto", los valores esenciales, despojados de la anécdota». 

Entendemos que para ser torero se necesitan dos cualidades con las que hay que nacer: el valor y el temple. Y consideramos que ambas se pueden entrenar por quienes las atesoran. Nos contaba Pascual Membrives, amigo entrañable de la Tertulia Tercio de Quites de Córdoba, una anécdota que vivió en su niñez y traemos a colación por la enseñanza que pueda aportar.

Manolete ayudándose por alto en un tentadero

Recordaba que estaba en la tapia de un tentadero dirigido por Manolete en la finca Las Cuevas, en el término de Villarrubia (Córdoba la Vieja), donde pastaba la ganadería de don Alfonso de Olivares. Su viuda, doña Conchita Gómez-Barzanallana, era aficionada práctica y con frecuencia salía a torear. En ello estaba cuando una de sus becerras la derribó. Inmediatamente, los banderilleros salieron para hacer el quite, pero Manolete les ordenó que se detuvieran: «¡No corráis, dejarla ahí un momento para que se le quite el miedo!». A continuación fue él mismo para llevarse la vaca y cuando se la había quitado preguntó a la ganadera: «¿Te has asustado?».

La teoría del gran analista taurino parece cobrar vida en la fotografía que nos ha servido para recordar la evolución del toreo moderno, aquel del que hablaba Guerrita en su Tauromaquia, iniciara Joselito, puliera Chicuelo e implantara Manolete. Una foto que también invita a reflexionar sobre el importante trabajo de los ganaderos, que seleccionaron un animal con mayor entrega y fijeza que posibilitara ese nuevo toreo.  

TEXTO RELACIONADO CON LA EVOLUCIÓN DEL TOREO: