sábado, 23 de julio de 2022

«MANOLETE» ESCRITOR

Por Antonio Luis Aguilera

Madrid, Hotel Victoria, 19 de septiembre de 1946. Antes de torear gratis la gran
corrida de Beneficencia, única que toreó en España ese año. Foto Finezas

Debido a la precaria economía familiar, a los doce años de edad «Manolete» hubo de dejar los estudios en  el colegio de los padres Salesianos de Córdoba, donde estaba considerado por sus profesores un estudiante responsable y aplicado. En su etapa colegial el niño Manuel Rodríguez destacó en Dibujo —siendo famoso como torero se divulgaron algunos de sus dibujos de toros y su propia autocaricatura—, y sobre todo era un apasionado de la lectura, inclinándose por los libros de Historia y por las Biografías de personajes importantes. Resulta menos conocida su facilidad en la escritura, algo que sin embargo no debe extrañar al tratarse de una persona que tanto cultivó su formación con la lectura.

Autocaricatura y autógrafo de Manolete

«José Luis de Córdoba», periodista y biógrafo del torero, contaba en sus publicaciones que el ilustre profesor D. Rafael Castejón y Martínez de Arizala, miembro y presidente de la Real Academia de Córdoba, le hizo llegar un artículo titulado «Mallorca, una invitación al reposo», publicado con la firma de «Manolete» en la revista «Trenes», en el verano de 1945, y posteriormente reproducido en la revista poética «Hixen I», editada en Córdoba en 1947 por la «Peña Domingo». El eminente profesor Castejón le explicaba que «dicho trabajo nos revela un «Manolete» intelectual que, como en sus trabajos de pintura, revela un espíritu claro y sereno, muy cordobés, que de haberlo cultivado hubiera dado sin duda muy buenos frutos».

Mallorca. Cala Gat.

Este es el breve relato de Manuel Rodríguez «Manolete:

«Cada región de España tiene para mí dos caras distintas. Una, en la plaza de toros; otra, fuera de la plaza. Cuando paseo por una capital, me olvido de mis actuaciones taurinas y me entrego a la belleza del paisaje o de las cosas. Y raro es el sitio donde no encuentro algo que me guste. Y eso que a la velocidad que yo veo España, apenas si puedo saborear nada. La velocidad fatiga el cuerpo y los ojos son parte de ese cuerpo que se fatiga.

Aparte de mi querida Andalucía, uno de los lugares que más impresión me causa es Mallorca. Creo que esa predilección se explica, porque en Mallorca todo parece invitar al descanso, que es lo que yo suelo necesitar. Ante aquellas casas pequeñitas, que son como pequeños hogares de la naturaleza en espera del inquilino de vida agitada; ante aquella luz —yo soy de una tierra luminosa— me siento tranquilo y satisfecho. Para mí, Mallorca, más que una isla llena de encantos es un gran establecimiento de reposo, donde no llegan más ruidos que los del mar, que, por cierto, es poco amigo de escándalo. A cada uno, lo suyo. Los toros que sean bravos y que embistan. Los mares, que sean suaves y que estén quietos».

sábado, 9 de julio de 2022

TU SILLÓN

Por Antonio Luis Aguilera

Sillón de «Manolete» de la desaparecida taberna «Casa de 
Paco Acedo» de Córdoba. Foto Rafael Baena Ruiz.

A la sombra de la Malmuerta, la vieja torre albarrana que tantas veces te viera pasar, cuando venías desde la plaza de la Lagunilla a casa de Paco Acedo, la taberna donde te reunías con tus amigos, se conserva la sala que cobijó aquellos cálidos encuentros, repleta de fotografías de tus actuaciones, como cuando albergaba la peña «Los amigos de Manolete».

En ella, bajo la ventana que se asoma a la calle Adarve, permanece tu sillón, símbolo del trono del héroe, en cuyo asiento de noble anea, a modo de homenaje y para que nadie lo ocupe, reposan capote, muleta y espada, trastos como los que en tus prodigiosas manos esculpieron la nueva tauromaquia que te consagró rey del toreo, con la que restauraste para Córdoba el esplendor de otro Califato, donde el cetro hubo de ceder su sitio al estoque y el turbante a la montera.

En tu sala, geográficamente situada en el corazón de la Córdoba torera, siguen campanilleando los finos cristales de las copas al rozar sus peanas, para recibir el vino de Moriles que acompaña a las charlas taurinas. El flujo de la gente del toro que acude a ese santuario es constante, Manuel. ¡Si vieras con la admiración que tus compañeros de profesión escrutan lo que rememora tu carrera…! Todos observan atentamente las fotos de tu alternativa y confirmación, o los trofeos expuestos de tus tardes memorables, como el rabo que cortaste en la Real Maestranza de Sevilla al toro de Villamarta.

«Manolete». Natural al toro Perfecto  (Ganadería de Miura).
Plaza Monumental de Barcelona, 2 de julio de 1944. Foto Mateo.

Mas donde todos detienen melancólicamente la mirada, como si figurándote intentaran encontrarte, es en el viejo sillón donde te sentabas para tomar unas copas de vino con los amigos del Campo de la Merced, el barrio más fecundo de la historia del toreo. Y es que el lugar invita hablar de toros como lo hacen los buenos aficionados: escuchando al que más sabe, mientras se guarda ese silencio tan cordobés, que se caracteriza por su proverbial prudencia y sabiduría. Parece como si tu sillón, con legítimo orgullo de haber sido el trono del Califa, guiase las charlas para que fluyan con respeto y elegancia, el estilo que dedicaste a la Fiesta y a la vida.

Por eso no es de extrañar que tus compañeros te consideren torero de toreros, la figura de mayor personalidad de todos los tiempos, y te sitúen en la historia como la piedra angular que consolidó la quietud de Belmonte, con la ligazón de los pases prescrita por Guerrita, revelada por Joselito, y pulida con la gracia y el arte de Chicuelo; como el definitivo arquitecto del toreo ligado en redondo, el sistema que hubo de aceptar y adoptar toda la torería, ante la exigencia de un público, que, tras tu inmarchitable huella, no estaba dispuesto a tolerar la vuelta de sistemas pretéritos.

Tu sillón, Manuel, austero como tu toreo, rememora tu majestuosa figura mientras contempla en silencio el curso de una historia inacabada, que recobra vigencia cada tarde de corrida. Porque siempre que un torero deje venir al toro por su terreno natural, para llevarlo hacia atrás y hacia dentro, y permanezca en el sitio dejando la muleta colocada para repetir la suerte, estará proclamando la grandeza del toreo de reunión que tú elevaste a definitivo desde tu esbeltez de minarete, valiéndote de un valor seco que demostró que a la célebre frase «parar, templar y mandar» le faltaban otros dos verbos: «aguantar y ligar», para que cristalizara un método que todavía, tantos años después, admite la expresión de cualquier manifestación artística.

Permite, admirado Manuel, que en esta sala dedicada a tu memoria de la taberna de Paco Acedo, junto al sillón considerado como el trono del héroe, levante mi copa para brindar emocionadamente por la gloria del torero más grande de todos los tiempos.


NOTA: Este texto, publicado en 2008 por la Revista «Cartel de Toros», recuerda la antigua taberna «Casa de Paco Acedo», en cuyo salón «Manolete» tuvo su sede la peña «Los amigos de Manolete». Posteriormente, desde 1995 hasta su cierre en 2011, acogió a los miembros de la Tertulia Taurina «Tercio de Quites» de Córdoba. El establecimiento estaba situado junto a la Torre de la Malmuerta, en el barrio del viejo Matadero, actual Campo de la Merced, fecunda cuna de la torería cordobesa.

Los miembros de «Tercio de Quites» en el «salón Manolete de casa
Paco Acedo», conversan en tertulia con el ganadero Victorino Martin.
Al fondo, la ventana que asoma a la calle Adarve. Foto Rafael Alonso.


domingo, 3 de julio de 2022

CONCIERTO HOMENAJE A «MANOLETE»

Por Antonio Luis Aguilera

Ayer sábado 2 de julio, cuando se cumplían 83 años de la alternativa de Manolete, y con motivo de celebrarse el 75 aniversario de su fallecimiento, organizado por el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, con la colaboración de la Hermandad de «Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad» —conocida popularmente como «La Hermandad de los toreros cordobeses», de la que fueron hermanos mayores Rafael Molina «Lagartijo» y Manuel Rodríguez «Manolete»—, se celebró en la emblemática plaza del Conde de Priego, frente a la iglesia de Santa Marina, junto al monumento que la ciudad ofrendó a la memoria de su Califa, un emotivo concierto conmemorativo, que corrió a cargo de la joven Banda de Música de «Nuestra Señora de la Esperanza», que tuvo una excelente actuación, recibiendo las cariñosas muestras de agrado del público allí congregado, que a pesar del calor de la tarde-noche llenó la conocida plaza cordobesa para recordar a su señorial torero.

En este concierto fue estrenado un nuevo pasodoble dedicado a Manuel Rodríguez «Manolete», que lleva por título «GLORIA DE SANTA MARINA», del que es autor el compositor sevillano Antonio Hurtado.

Para disfrute de los aficionados al toro en general y «manoletistas» en particular, insertamos el enlace de este concierto, editado en los medios sociales por la Banda de «Nuestra Señora de la Esperanza» de Córdoba.

 

ENLACE AL CONCIERTO COMPLETO

 

viernes, 1 de julio de 2022

ANIVERSARIO DE LA ALTERNATIVA DE «MANOLETE»

Manuel Rodríguez «Manolete»

Con motivo de cumplirse el 83 aniversario de la alternativa de «Manolete» en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla, rescatamos unos fragmentos de la crónica del periodista, biógrafo y amigo personal del torero José Luis Sánchez Garrido, que firmaba sus artículos como José Luis de Córdoba, recogida en el libro «50 años de Manolete», editado por «Diario Córdoba» y «Cajasur» en 1997.

DE CÓRDOBA A LA ALAMEA PASANDO POR TRIANA

Por José Luis de Córdoba

«Chicuelo» otorga la alternativa a «Manolete»
Desde la presentación de Manolete en la plaza de Tetuán de las Victorias en el año 1935, hasta el 25 de junio de 1939, en que se despidió como novillero en la plaza de El Puerto de Santa María, había toreado el diestro de Córdoba un total de 42 novilladas con picadores, en diferentes plazas, pero sobre todo en las de Sevilla, Córdoba, Algeciras, Granada, Cádiz, Huelva y otros puntos de Andalucía, con la excepción de Salamanca y Zaragoza. La novillada de El Puerto fue a beneficio de las obras de reconstrucción del Santuario de Nuestra Señora  de la Cabeza de Andújar, y alternó Manolete con Gallito y Paquito Casado, con ganado del Conde de la Corte. Rotundo fue el triunfo obtenido aquella tarde por el joven diestro cordobés. Al entrar a matar a su primer novillo y cobrar una soberbia estocada, ejecutando los tiempos del volapié, fue derribado y pisoteado. Pasó a la enfermería, donde le fue llevada a la oreja de su enemigo. En el segundo se superó y cortó las dos orejas y el rabo. 

Cartel de la alternativa

Córdoba, en Sevilla.

No dudamos en calificar de histórica la fecha del 2 de julio de 1939, en que el torero de Córdoba Manuel Rodríguez Manolete recibió el doctorado en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Aquel día, que, por más señas, era domingo, la afición cordobesa se volcó materialmente en la tierra de la Giralda para presenciar el acontecimiento. Nosotros tuvimos la dicha de ser testigos de tan singular efeméride. Testigos y cronistas. Aún no se había fundado el diario Córdoba y ocupábamos la tribuna taurina del diario Azul. Como enviados especiales del mismo, vivimos aquella jornada inolvidable. De aquella crónica nuestra, que vio la luz el 4 de julio, martes, y que se titulaba “De Córdoba a la Alamea pasando por Triana", vamos a reproducir algunos párrafos.

«Manolete» al natural  con Comunista, rebautizado como Mirador.

«Los que comenzamos a poner andadores a la carrera taurina de Manolete, recordamos ahora su breve pasado profesional. Evocamos la figura de aquel torerito enclenque, serio y modesto, codillerillo, defectuoso en su forma de hacer el toreo, fácil estoqueador, que cruzó tantas veces el ruedo de Córdoba  recibiendo el aliento de sus paisanos y siempre el apoyo de nuestra pluma de revistero.

Más tarde, seguimos admirando su evolución artística, su modelación de torero de porvenir. Y así Manuel Rodríguez ha llegado a Sevilla y al doctorado. A pulso de tesón. En empuje magnífico de voluntad, de juventud de ansias infinitas de gloria y de triunfo… Al verle nosotros ahora, en esta tarde del quemante julio, avanzar, decidido y animoso, con aire de conquistador, por el ruedo de la Maestranza, de compañeros el maestro de la lidia Chicuelo  y el faraón de la torería Rafaelito Vega de los Reyes, hemos sentido emocionarse nuestro corazón y nos han dado ganas de gritar al paisano con todas las fuerzas de nuestros pulmones: ¡Buena suerte, muchacho!».

El espada de Córdoba con el toro de su alternativa

Más adelante, al referirnos en la crónica a la actuación de Manuel Rodríguez, nos expresamos así:

«Vino luego la cesión de trastos, de manos de Chicuelo, y después la faena. Una faena brindada al público, acabada y completa de torero de calidad, acoplado con el toro, natural y elegante. Labor fue esta del paisano subrayada por la aprobación de los tendidos, en la que desde el pase por alto o de pecho, hasta el adorno final, porfiado y artista, tuvieron su adecuado marco. Broche de la faena, media estocada lagartijera, marcando los tiempos, como un gran maestro. Y premio, las orejas del cornúpeta y la vuelta triunfal al redondel».

Y finalizábamos la crónica con el párrafo siguiente:

«¡Enhorabuena a todos! Manuel Rodríguez acaba de doctorarse en materia taurina. Materia difícil que logra dominar a fuerza de estímulo, de valor y de arte. Y así la vencerá este torero que ha nacido a Córdoba y en cuya carrera por los ruedos españoles han de sonar bien pronto los claros y vibrantes clarines de la fama…». 

En la desaparecida taberna cordobesa de Paco Acedo, donde se reunía
el torero con los miembros de la Peña "Los amigos de Manolete", se
conservaba en el salón principal este recordatorio de la tarde de su alternativa.