jueves, 29 de febrero de 2024

«JOSELITO EN VALENCIA (1910-1920)»

Por Antonio Luis Aguilera

Portada del libro

Editado por el Área de Asuntos Taurinos de la Diputación de Valencia ha visto la luz el libro «Joselito en Valencia (1910-1920)», excelente obra del periodista Ángel Berlanga Gagodonde a través de 279 páginas se expone un riguroso trabajo de investigación histórica, que analiza la honda huella en la ciudad del Turia del menor, y sin embargo más grande, de la dinastía sevillana de los «Gallo». El libro recorre los pasos de «Joselito» en la ciudad levantina desde sus inicios, siendo un chiquillo, cuando el jueves 5 de mayo de 1910 —festividad de la Ascensión por más señas— debutó como becerrista ante la entusiasta afición valenciana, que llenó la plaza hasta el tejado, para verlo como despachaba junto a José Gárate «Limeño» los seis becerros elegidos por el ganadero sevillano Rodrigo Solís, hasta el 13 de mayo de 1920 —también jueves día de la Ascensión—, que con veinticinco años de edad hizo su último paseíllo en la plaza de la calle de Játiva formando terna con Juan Belmonte y Manuel Varé «Varelito», para lidiar una deslucida corrida de Juan Contreras, cuando solo faltaban tres días para hallar la muerte en las astas de Bailaor. Ya entonces reinaba en el mundo taurino una agitada crispación contra José y Juan, aunque era «Gallito» a quien se consideraba el culpable de todos los males del toreo. Amarga resultó su última tarde de Valencia, desde donde partió a Madrid para que las cosas fueran aún peor… Y para apurar el cáliz, de Madrid a Talavera de la Reina, donde no habría retorno y acudía para cumplir el armisticio acordado en el madrileño restaurante «La Estrecha» con el influyente e insaciable crítico del diario «ABC» Gregorio Corrochano.

Último cartel de «Joselito» en Valencia

El ameno relato de Ángel Berlanga invita a conocer el recorrido de «Joselito» en Valencia, proponiendo profundizar con lujo de detalle en los hechos que acontecieron en los diez años y once temporadas de las actuaciones de aquel prodigioso torero —«Maravilla» le llamaban—, que entusiasmó con su incontestable magisterio a la afición de todo el orbe taurino. A modo de capítulos, el autor rotula cada uno de aquellos años y ofrece al lector 1910: Fulgurante debut; 1911: Doblete de becerradas; 1912: Primeros grandes retos; 1913: De príncipe heredero a rey; 1914: Por fin frente a Belmonte; 1915: Los seis miuras… y el fracaso ante Platero; 1916: Resistir hasta vencer; 1917: La grandeza no se agota; 1918: Solo en la cumbre —Gallito: «Doy lo que tengo, no me reservo nada» —El Gallo: «Las espantás son a causa de mi poco poder»; 1919: Dominio absoluto; y 1920: Triste final. Tras la cronología de los hechos, ilustrada con gran recopilación de fotos y documentos históricos, el libro sigue su curso relacionando las actuaciones de «Gallito» en Valencia, ofrece una miscelánea de instantáneas del torero, así como un inventario fotográfico a color de las piezas del espada que se exponen en el Museo Taurino de la ciudad, y reproducciones de los carteles de sus actuaciones.

Un hallazgo histórico: el montaje de una foto 

Mas nos queda ahí la cosa, pues el final llega con sorpresa en esta lujosa obra editada por la Imprenta de la Diputación de Valencia, donde Ángel Berlanga desvela un hallazgo sorprendente que descubrió mientras la realizaba. El sagaz periodista demuestra al lector el fraude de una foto considerada histórica, la única que se conocía de la tarde fatal, y que hasta ahora nadie había reparado que se trataba de un montaje, probando con fotografías como la instantánea atribuida durante un siglo a «Joselito» en Talavera, instrumentando un ayudado por bajo, fue publicada en el año 1914 por el Semanario «Sol y Sombra», y pertenece a la corrida de la feria de Algeciras del 15 de junio de 1914, y cómo para consumar el engaño se utilizó la parte superior de una imagen tomada en la plaza de Talavera de la Reina un día de toros anterior al año 1920, para hacer creer que el pase del genial torero había sido ejecutado la tarde de su último viaje. 


Nuestra más cordial enhorabuena al excelente aficionado Ángel Berlanga, a quien felicitamos por este magnífico trabajo periodístico.


NOTA: La obra puede adquirirse en Librería Rodríguez, Plaza de toros de las Ventas de Madrid, acceso 1, junto a la puerta de cuadrillas. DP 28028 Madrid. Teléfono 630 26 68 12.

 

domingo, 18 de febrero de 2024

COINCIDENCIAS ENTRE DOS GENIOS DEL TOREO: «JOSELITO» Y «MANOLETE»

Por Antonio Luis Aguilera

José Gómez Ortega «Joselito»

Hace unos días, organizado por la Fundación del Toro de Lidia, se presentó en Córdoba el magnífico documental «Joselito el GalloEl torero sabio», una producción de Canal Sur Televisión y TVE1, que una vez estrenada desapareció de la carta de ambas cadenas y no puede ser visionada. Una pena. Y un despropósito más de estos medios, que con sus cómplices silencios condenan todo lo que tenga que ver con los toros y la historia de España, tan inseparables, en prevención de las descompuestas embestidas de los antitaurinos, que de esta manera seguirán medrando ante el silencio cobarde de la mediocre clase política que gobierna las televisiones públicas.

Este excelente documental, de momento secuestrado, nos hizo reflexionar sobre la vida del genio sevillano de Gelves y las coincidencias con otro rey del toreo, el cordobés Manuel Rodríguez «Manolete». 

Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete»

Los dos fueron hijos de toreros y quedaron huérfanos a corta edadJosé Gómez Ortega era hijo del matador de toros sevillano Fernando Gómez García «El Gallo», casado con la bailaora gaditana Gabriela Ortega Feria, que falleció el 2 de agosto de 1897, cuando su hijo menor, nacido el 8 de mayo de 1895, contaba dos años de edad. Del mismo modo, Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete», hijo del matador de toros de idéntico nombre, apellidos y apodo, casado con la albaceteña Angustias Sánchez Martínez, falleció en Córdoba en su domicilio de la calle Benito Pérez Galdós número 8 el día 4 de marzo de 1923, cuando su hijo, nacido el 4 de julio de 1917, tenía cinco años de edad. Conviene precisar que «Manolete» vivió en cuatro casas de Córdoba, aunque muchos aficionados solo conocen tres. Nació en el número 2A de la calle Conde de Torres Cabrera, de allí la familia se trasladó a la calle Benito Pérez Galdós número 8, y posteriormente, al fallecer su padre, a la Plaza de La Lagunilla, hasta que en 1942 el torero adquirió el palacete colonial de la Avenida de Cervantes.

 

Ambos vivieron una infancia con estrecheces económicas, las propias de las familias donde faltaba el soporte económico de un jefe abastecedor. Para los Gómez comenzaron a superarse cuando Rafael —el «Divino Calvo»—, hermano mayor de José tomó la alternativa como matador de toros y, definitivamente, cuando el benjamín de los «Gallo» ingresó en el escalafón superior para auparse vertiginosamente hasta lo más alto. Mientras, en el domicilio cordobés de la Plaza de la Lagunilla del barrio de Santa Marina, las dificultades desaparecieron cuando aquel muchacho flaco, de aspecto serio y triste, impuso en los ruedos el toreo que concebía desde su verticalidad de torre. 

 

«Joselito»

Tanto «Joselito» como «Manolete» fueron los amos del toreo de sus respectivas épocas y marcaron el rumbo de la Tauromaquia moderna, pues mientras que «Gallito» experimentó e incluyó en su modelo de faena habitual de muleta la ligazón en redondo de los pases naturales, concepto de toreo que habría de continuar y poner en valor con la singular belleza de su arte Manuel Jiménez «Chicuelo», que agrupando los pases en series crearía el modelo actual de faena ligada en redondo, para que años después «Manolete», que acortó las distancias con los toros para provocar las arrancadas, le otorgara continuidad al imponer el toreo ligado a la mayoría de los toros, hasta implantar definitivamente la línea de toreo gallista cuyo soporte histórico se sustenta en estos tres espadas citados. Cuidado con confundir el significado de concepto técnico con la expresión artística personal o acento de cada torero, que ahí es donde radica la confusión de los partidarios de Belmonte.

«Manolete»

A ninguno de los dos dejaron que fueran felices en sus relaciones sentimentales, pues mientras que «Joselito», enamorado de Guadalupe de Pablo Romero, tuvo que sufrir el rechazo del padre de esta y célebre ganadero, quien en los inicios del espada decía quererle como a un hijo, después, al ver que un gitano —Gabriela Ortega, la madre del torero lo era— pretendía casarse con su hija se opuso rotundamente al enlace. Según parece, finalmente y con la condición de que el espada dejara el toreo, estuvo dispuesto a consentir el enlace  que ya no llegaría porque un toro se cruzó en la toledana plaza de Talavera de la Reina. Por otra parte «Manolete», aunque en los difíciles años de censura franquista tuvo valor para ponerse el mundo por montera y vivir desde 1943 con su novia en Madrid, sufrió la irracional y cruel oposición de su madre, que nunca consintió que formalizara su noviazgo con la famosa actriz de cine Antonia Bronchalo Lopesino «Lupe Sino», boda que según confesó el torero al periodista de Diario «Pueblo» don Antonio Bellón, cuando en la madrugada del 28 de agosto de 1947 conducía su propio vehículo desde Manzanares a Linares, se iba a celebrar en Barcelona el 18 de octubre, con o sin el consentimiento de doña Angustias, sin imaginar que por la tarde un toro de Miura pondría el final a su vida en el coso de Santa Margarita de la localidad andaluza. «Bailaor» e «Islero», los toros de tan triste final, cargaron con las culpas inconfesables de quienes hicieron la vida imposible a estos toreros. 

Gregorio Corrochano, crítico taurino de ABC

«Joselito» y «Manolete» recibieron un trato despiadado de Gregorio Corrochano, crítico taurino del Diario ABC. La relación entre el crítico del periódico más influyente de España y el torero sevillano, que confesó haberle hecho muchos favores y se trataba de una persona insaciable, fue especialmente tensa desde que se llevó a cabo la construcción de la plaza de toros monumental en la capital hispalense. A «Joselito» le quitaba el sueño un acoso que consideraba cruel e injusto, mientras que desde su pedestal Gregorio Corrochano no tuvo el menor reparo en hacerle el mayor daño posible atacando por todos los frentes, incluidos los que trascendían de sus actuaciones en los ruedos, como insinuar la manipulación fraudulenta de los pitones de los toros en el cajón de curas del embarcadero ferroviario de «Los Merinales», o airear la tristeza de José por las dificultades que encontraba para formalizar su relación con Guadalupe de Pablo Romero.

Tratando de poner fin a tan áspera e insostenible relación, el matador de toros Ignacio Sánchez Mejías, cuñado de «Joselito», mediaría para propiciar el acercamiento y firmar un armisticio entre el crítico y el espada, encuentro que sería conocido como el «Pacto de la Estrecha», por haberse celebrado en el restaurante de este nombre ubicado en la calle Mayor de Madrid, donde en un almuerzo José llegó a tocar el punto débil del crítico, es decir, acceder a lo que le pedía en ese momento, que era actuar por 5.000 pesetas —la mitad de los honorarios que cobraba por corrida— en la fatídica tarde del 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina, localidad natal del crítico, en el festejo organizado por la propia familia del cronista de ABC, donde finalmente  hallaría la muerte en las astas del burriciego  "Bailaor", de la ganadería de la Viuda de Ortega, que era doña María Josefa Corrochano, tía de don Gregorio, en la corrida que organizaba su hijo Venancio, propietario de la plaza.

«Manolete»

Del mismo modo, «Manolete» no recibió mejor trato de don Gregorio. Narraba Guillermo Sureda que a su regreso a España en 1947, temporada que por voluntad propia no comenzaría hasta el 22 de junio en Barcelona, Manuel Rodríguez acudió como espectador a la corrida de Miura de la feria de Sevilla. En la crítica firmada por Corrochano en ABC pudo leerse: «Gitanillo de Triana» brindó a «Manolete», que estaba en un tendido. Desde lejos no se veía bien si brindaba a un torero o a un banquero. Realmente no es solo el indumento el que favorece en este caso la confusión, contribuye también que cuesta trabajo creer que en la feria de Sevilla, y particularmente en la corrida de Miura, el que es en la actualidad el primer torero de España está viendo toros desde la barrera». 

Sigue el relato de Guillermo Sureda: «Pero, en esta misma corrida Pepe Luis le brinda un toro a Rafael el Gallo, y Corrochano dice: “Cuando se levantó Rafael el Gallo al brindarle Pepe Luis Vázquez, toda la plaza vio que se levantaba un torero… Pepe Luis le llamó maestro y el maestro se puso en pie. Pepe Luis le dijo que sentía que por su edad estuviera en el tendido, porque tenía la seguridad de que con diez años menos estaría Rafael el Gallo en el ruedo con ellos, sin conformarse con verlos torear”. Marcial Lalanda estaba en el callejón, zona intermedia entre el público y los toreros. Se advertía marejadilla taurina... ¿Se puede aplaudir igual al torero que está en el tendido porque no puede ya torear que al que está en el tendido por qué no quiere torear?».

«Joselito»

José Gómez Ortega y Manuel Rodríguez Sánchez —que había dado orden a su apoderado José Flores «Camará» para que no le firmara ninguna corrida en la plaza de Talavera de la Reina— fueron víctimas del toro y, curiosamente, ambos resultaron corneados mortalmente por el quinto de la tarde —para que digan que «no hay quinto malo»—. El destino quiso que fuera el orden de lidia que habría de corresponder en el sorteo a “Bailaor” e “Islero”. 

 

La última coincidencia y la breve pero magnífica reflexión final que relatamos vienen de la pluma del grandioso historiador «José Alameda»: «los dos cubrieron ocho temporadas cada uno. «Gallito», de 1912 a 1920; «Manolete», de 1939 a 1947. Meses más, meses menos, pues la temporada de la alternativa y la de la muerte son en ambos incompletas. Corto tiempo para tan honda huella».

 

ENTRADAS RELACIONADAS CON ESTE TEXTO: 

VENCIDOS POR LA VIDA

EL PACTO DE LA ESTRECHA

MANOLETE CAMINO DE LA MUERTE

 

martes, 6 de febrero de 2024

ANTONIO REVERTE: DEL TORERO AL MITO

Por Antonio Luis Aguilera

Portada del libro

Finalizaba el mes de enero cuando nos emocionó recibir la noticia de la presentación del libro «Antonio Reverte: del torero al mito», de Rafael Sánchez González, compañero durante muchos años en la información taurina de medios de comunicación de Córdoba, y colaborador habitual de este blog hasta su fallecimiento el pasado año. Se trata de una magnífica y documentada obra de investigación sobre el espada de la localidad sevillana de Alcalá del Río, de más de 400 páginas, que ha sido editada por la Hermandad de la Vera-Cruz de la localidad natal del torero. Por fortuna no se trata de una obra póstuma, pues según nos informa Juan Galán, gran amigo de Rafael que ha sido colaborador en el soporte informático de la misma, el autor pudo ver acabado su trabajo y tener en sus manos un ejemplar en su domicilio, pero la pandemia del Covid-19 fue la causante de trastocar los actos de presentación en Alcalá del Río y Sevilla de la forma prevista.

Rafael Sánchez González

En muchas ocasiones Rafael Sánchez González, tan añorado en Córdoba por sus conocimientos y por la magistral huella que ha dejado por su categoría de documentalista taurino, nos habló con entusiasmo del libro que estaba escribiendo. Nos insistía en lo mucho que iba a sorprender a los aficionados, pues en sus páginas repasarían la historia del toreo entre las luces de los siglos XIX y XX, y encontrarían la figura de Antonio Reverte Jiménez, a quien como investigador pretendía rescatar de la penumbra histórica donde lo habían situado, y colocar en el lugar que realmente ocupó en el toreo de su tiempo, donde aseguraba que no fue ni mucho menos uno más. Rafael consideraba necesario hacer justicia a un torero que generalmente suele pasar inadvertido cuando en los libros se habla de los protagonistas de aquella etapa de transición entre dos siglos, donde el matador de Alcalá del Río se codeó con los más grandes espadas de su época.

Magníficamente ilustrada, con profusión de fotografías y carteles, la obra analiza de forma amena, magistral y minuciosa la biografía del torero en siete capítulos, que van desde sus inicios, su dimensión como matador de toros, la cronología desde la alternativa en 1891 a su final en los ruedos, la campaña americana entre 1902 y 1903, la importancia de Alcalá del Río en la Fiesta de los toros, el torero como hombre, y su querida Hermandad de la Vera-Cruz de Alcalá del Río, cofradía que en gratitud al espada y hermano tan vinculado  a su historia, decidió encargar a Rafael este libro con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, que ha sido editado por «Círculo Rojo». Como final de la obra se agrega a modo de resumen un curioso apéndice, donde se contemplan datos de interés y curiosidades relacionadas con la biografía de Antonio Reverte.

Antonio Reverte ante un Veragua el 7 de mayo de 1899.

A modo de explicación del libro, Rafael Sánchez González escribe como introducción: «Pocos toreros habrán encauzado más rápidamente el camino de la profesión que Antonio Reverte. Apenas había hecho su aparición en las plazas de toros, sin otras enseñanzas en el arte que las escasas nociones que le pudo proporcionar el encuentro ante el ganado bravo en sus correrías de chaval, cuando ya se vio en el pináculo de la fama, convertido en matador de toros tras un brevísimo paso por el escalafón novilleril. Reverte podía parodiar como ninguno el venevidivinci de Julio César al dar cuenta ante el senado de Roma de sus campañas frente a los enemigos de aquel imperio que dominó el mundo.

La causa que propiciara todo esto bien pudo ser la falta de lidiadores que pudieran competir con Guerrita, el torero más completo de cuantos ha conocido la historia del toreo, que no tenía quien pudiera disputarle su bien ganado liderazgo en los ruedos. Si a ello unimos la torería de Reverte, con la novedad de sus recortes capote al brazo, la manera de quebrar en la suerte de banderillas, el valor y la sangre fría al pasarse los toros con la muleta y su verdad a la hora de matarlos, quedará suficientemente justificado tan rápido ascenso». 

«Antonio Reverte: del torero al mito», la última gran faena de nuestro amigo y escritor taurino Rafael Sánchez González, está disponible en librerías y ha sido presentada hace unos días en Alcalá del Río (Sevilla) por la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima de las Angustias Coronada, estando previsto que próximamente también lo sea en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Ojalá pronto Córdoba, la ciudad natal del autor, sea el escenario de presentación de esta magnífica biografía, que solo un aficionado de la categoría y de los conocimientos de Rafael Sánchez podía realizar. Sería un justo y merecido homenaje a tan gran documentalista e historiador taurino.

sábado, 3 de febrero de 2024

JUAN ORTEGA VUELVE A MÉXICO

Por Manolo Castilla

Juan Ortega mece la verónica en Sevilla. Foto Arjona


Desde Holanda el buen amigo y gran aficionado mexicano Manolo Castilla nos envía este emocionado texto para su publicación, dedicado al matador de toros Juan Ortega con motivo de su regreso esta tarde a los ruedos de México.

 

Después de 1756 días o 4 años, 9 meses, 20 días y más una docena de faenas de culto Juan Ortega vuelve a México en plan de artista para encontrarse con el toro mexicano y su afición.

Hoy hará el paseíllo en “La Luz” de León, Guanajuato un torero sevillano, especial, de corte clásico, autentico, puro, torero de culto, torero de toreros, que su concepto encaja con la templada embestida del toro mexicano misma con la que llevarían su tauromaquia Joaquín Rodríguez Ortega "Cagancho", Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete" y Paco Camino Sánchez a su máxima expresión de belleza, sentimiento, temple, suavidad, profundidad, técnica, empaque, poder y dominio entregados ante una afición -mexicana- que disfrutó de su toreo de oro haciendo de éstos los más grandes ídolos toreros españoles queridos por la afición mexicana. 

Ese es el sitio donde pertenece y hacia dónde va el toreo de Juan Ortega.

Ortega acaricia el lance en Ronda. Foto Arjona

El Hilo del Toreo vuelve a encontrarse ahora en tierra de don Rodolfo Gaona “El Califa de León” y de la dinastía Silveti, una de mayor abolengo, riqueza e historia taurina para partir plaza junto a Diego Silveti y Joselito Adame con toros De la Mora; al aficionado mexicano le confesamos y sugerimos no perder la oportunidad de ver a un torero único e inigualable, al que basta con verle hacer el paseíllo, moverse con cadencia por el ruedo o encajar la barbilla al pecho para con suavidad en dedos y muñecas pegar unas verónicas -¡Orteguistas!- y quedar completamente extasiado!

Para aquellos aficionados, llamémosles "Orteguistas", que se multiplican cada tarde que su torero firma una obra de arte en toreo de magia y seducción, conocen y reconocen una evolución, diríamos más bien revolución (¡el que mejor y más despacio torea de todo el escalafón, en frase de mi amigo Antonio Aguilera!) y reencarnación (¡Juan -de Belmonte- y -JoselitoOrtega!) en su toreo, en su figura, pose y expresión cuyo reflejo y fuente de inspiración (¡hilo del toreo!) bebe de los más grandes bohemios de la historia de la tauromaquia: CaganchoCurro PuyaSernaRomeroPaula y que nos hace viajar en tiempo cada tarde que viste el traje de luces o azabache al hacer el paseíllo.

Toreo de seda con las yemas de los dedos. Foto Arjona

La tarde de hoy será apenas su cuarta actuación en México y primera desde que se presentó en tierra de otra leyenda mexicana Silverio Pérez, en Texcoco, Estado de México, ante un serio y fuerte encierro de la legendaria ganadería de Pastejé, misma con la que el “Faraón de Texcoco” hiciera una faena de culto al inmortalizar al toro “Tanguito” hace 80 años (31.01.1943) en el Toreo de la Condesa; pero aquella actuación en Domingo de Ramos fue más bien un preámbulo a su temporada que arrancaría 7 días más tarde en Las Ventas de Madrid, dónde escribiría el periodista Gonzalo I. Bienvenida "El talento de Juan Ortega cala en Madrid... Una faena de otra época llenó de argumentos la peregrinación sevillana. Juan Ortega resucitó el toreo olvidado de capote. Toreó a la verónica reunido, despacio y con ritmo. No le importó el viento, tampoco el gesto encampanado del segundo de El Torero. Meció el capote con suavidad y remató con una media preciosa que calcaría en dos ocasiones más. Madrid rugió desde el principio...,” sobre su actuación.

La temporada 2019 Juan Ortega acabaría con 12 festejos y empezaría una revolución (artística) implantada a través de su arte, personalidad y única forma de ver, entender e interpretar el toreo, o que es lo mismo: “el Torero que mejor y más despacio torea de todo el escalafón”.

Inspiración, sentimiento y profundidad. Foto Arjona

El “Hilo del Toreo” llega a tierra de don Rodolfo Gaona “Califa de León”, el Indio Grande y “Petronio de los Ruedos” cercano al cumplirse el centenario de su despedida (12.04.1925). 

Juan Ortega vuelve a México para fundirse en tierra Azteca eternamente ligada a las entrañas por su aportación taurina, riqueza cultural e idiosincrasia, por su independencia, por su historia, plazas de toros, afición, y por su toro fuente, pilar y bastión para grandes artistas y en general para el toreo universal como lo fue, por ejemplo, para Manuel Jiménez Moreno "Chicuelo" (éste, por su descubrimiento ante “Dentista y “Lapicero”) y, más recientemente, en menor rango a Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea", Enrique Ponce y Julián López "Juli", dejando aparte en otra órbita a José Tomás simplemente porqué es ¡José Tomas!, quién no por nada tuviera una alternativa mexicana con el toro “Mariachi” de Xajay (10.12.1995) en la misma Plaza México.

¡Un torero distinto a todos! Foto Arjona

Juan Ortega vuelve a México para encontrar aún más inspiración y profundidad en su toreo, sumergido en campo bravo mexicano, encontrando en sus raíces la expresión y sentimiento de la escuela mexicana del toreo, a través de su toro, misma que empieza con don Rodolfo pasando por Ortiz, Balderas, El Soldado, Garza, Silverio, Ranchero, Callao, Procuna, Capetillo, Manolo, Mariano, Eloy, Miguel, Jorge, David y, muchos más, hasta llegar al mismo Pana más recientemente, pero esa historia del hilo del toreo mexicano merece una entrada aparte y mención especial.


Manolo Castilla


 

Cartel - sábado 3 febrero 2024

Localidad: León, Guanajuato, México

Plaza de toros: "La Luz"

Inauguración: 16 septiembre 1961

Cartel: Manuel Capetillo, Juan Silveti, Felipe Rosas

Toros: Valparaíso

Propiedad: Espectáculos Taurinos de México (ETMSA)

León de los Aldama, conocida como León, es capital del estado de Guanajuato ubicada en el centro de la República Mexicana fundada un 20 de enero de 1576 por Martín Enríquez de Almansa cuenta con un total de 46 municipios es el sexto estado con más población del país

 

JOSELITO ADAME

Alternativa: 7 septiembre 2007

Lugar: Arles, Francia

Padrino: Julián López "El Juli"

Testigo: Juan Bautista

Ganadería: Antonio Bañuelos

Toro: "Magnífico"

 

DIEGO SILVETI

Alternativa: 12 agosto 2011

Lugar: Gijón, España

Padrino: José Tomás

Testigo: Alejandro Talavante

Ganadería: Salvador Domecq

Toro: "Lisonjero"

 

JUAN ORTEGA

Alternativa: 27 septiembre 2014

Lugar: Pozoblanco, Córdoba, España

Padrino: Enrique Ponce

Testigo: José María Manzanares

Ganadería: Zalduendo

Toro: “Amante”