martes, 12 de septiembre de 2023

JUAN ORTEGA: EL CANON CLÁSICO DEL TOREO

Por Antonio Luis Aguilera

Juan Ortega en Valladolid. Foto Fernando Blanco (ABC)

Nunca estuvo al alcance de muchos toreros el don de la armonía musical del toreo, esa gracia que viene de arriba como dice Rafael de Paula, y permite interpretar en la arena y ante el toro la música callada de la que hablaba José Bergamín. Esas notas insonoras que despaciosamente van «crescendo», apoderándose del alma, aumentando gradualmente su intensidad hasta crear un canon que estremece, como el compuesto en 1690 por Johann Pachelbel, cuyos envolventes acordes actúan como un bálsamo hipnótico y relajante, que nos detiene a escuchar la creación de un genio de la música, de un maestro que logró acariciar los sentidos con la divina armonía de una norma clásica, que resiste el paso de los siglos sin dejar de cautivar por su belleza.


Juan Ortega, un torero distinto

También en la historia del toreo hubo y afortunadamente hay toreros excepcionales como el célebre músico alemán, capaces de esculpir en el ruedo imágenes vivas expresando las normas del arte de lidiar un animal bravo e imprevisible. Genios que se pusieron y se siguen poniendo delante para aguantar quietos la embestida, que eso es parar; para engancharla y llevarla cosida en los vuelos de la tela, aminorando la violencia inicial del empuje con un sometimiento de terciopelo, que eso es templar; para acompañar con la cintura el viaje hacia atrás y hacia adentro, hasta donde acaba el recorrido del brazo, dejando al toro colocado para el siguiente pase con un tenue toque de muñeca, que eso es mandar; para alternar los terrenos de afuera y adentro con un trozo de tela que lleva y trae encadenando los pases, que eso es ligar. Para jugarse la vida en un delicado equilibrio de piernas,  brazos y muñecas, que eso es el toreo.

Juan Ortega en Valladolid. Foto Mundotoro

El pasado sábado el milagro del toreo cristalizó en la plaza de Valladolid, donde un torero distinto como es Juan Ortega interpretó el canon más puro y hermoso, recreándose con pasmosa lentitud y belleza en las notas clásicas de la escala del arte de torear, armonizando magistralmente el ritmo de las suertes con el toreo más templado y reunido que puede verse en los ruedos, para interpretar la música callada que lleva dentro, ese toreo de hondas raíces que buscó cerca del Guadalquivir, y que hoy solo es capaz de expresar con suavidad de seda y acento singular este torero de Triana, al que los tiburones del orden taurino, infestado de comisionistas necios y loros parlantes, se resisten a poner en el sitio que demanda la pureza y verdad de un arte que tiene sello propio, el de Juan Ortega, quien por respeto al toreo debe estar anunciado en todas las ferias importantes. 

CANON DE PACHELBEL

martes, 5 de septiembre de 2023

CANAL SUR TOROS: URGE UN CAMBIO DE TIMÓN

Por Antonio Luis Aguilera

Enrique Romero y Francisco Ruiz Miguel

Las retransmisiones taurinas de las televisiones autonómicas son irreprochables, no solo por el conocimiento y la corrección de los periodistas conductores, sino por la prudencia y el saber ser y estar de los matadores que los asesoran. Algo que lamentablemente no ocurre en Canal Sur Televisión, donde a la demagógica conducción de Enrique Romero, con halagos para todos en busca del fervor popular, se suma la grosera asesoría de Francisco Ruiz Miguel, sustentada por el mal gusto de hallar gracia a sus palabras malsonantes, para poner de relieve el nivel de su preparación para la comunicación y su falta de respeto a la audiencia, con una conducta que evidencia no ser la persona adecuada para desempeñar un puesto retribuido con dinero público.

Noelia López entrevistando al ganadero Ricardo Gallardo

La palabrería del conductor y la chabacanería del asesor dieron que pensar a la audiencia el domingo 3 de septiembre, cuando Noelia López, periodista que realiza las entrevistas desde el callejón, fue objeto del reprobable comentario de Ricardo Gallardo, ganadero de la corrida, que al ser preguntado si se llevaría al campo el toro para el que algunos espectadores solicitaban el indulto, en lo que tuvo mucho que ver desde el callejón Ruiz Miguel, este la dejó sin palabras con su vergonzosa respuesta: «¡A ti te llevaría al campo!». Enrique Romero y Ruiz Miguel callaron y no condenaron en ningún momento de la retransmisión la ofensa a su compañera, demostrando así que no se podía caer más bajo en la conducción de las programaciones  taurinas de la televisión andaluza.

Ya es hora de poner fin a los habituales improperios de Ruiz Miguel, tomados a broma por su compañero, así como las salidas de tono del espada gaditano, que venido arriba por la coba que recibe, recuerda a cada instante su historia profesional con una ensoñación idílica, creyendo haber sido GallitoBelmonte y Manolete juntos, para permitirse dar instrucciones a gritos a todos los actuantes, sin importar que sean becerristas, novilleros o matadores de toros. Ya está bien que en lugar de unas retransmisiones taurinas dignas como en todos los canales autonómicos, los andaluces tengamos que sonrojarnos con las que ofrece nuestra televisión pública, saturadas de halagos y palabras malsonantes para todos, donde el domingo se guardó un reprobable silencio ante un ataque machista de auténtica vergüenza. 

Urge un cambio de timón en la información taurina de Canal Sur televisión.