Por Antonio Luis Aguilera
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Los gerentes taurinos de Madrid y Sevilla, las plazas más
importantes del mundo, han dado la espalda a Canal Toros, que al quedarse fuera de las grandes ferias ha decidido
cerrar antes de desangrarse por falta de abonados. Poco ha importado el buen trabajo
realizado durante treinta años por este canal bajo sus distintas denominaciones (Canal+ toros, Vía Digital y últimamente Canal Toros de Movistar),
ni la vital ayuda prestada al toreo en los difíciles años de pandemia, cuando los mismos que ahora le dan la puntilla no tuvieron cojones de organizar un solo
festejo en sus distinguidas plazas, dejando en entredicho su dignidad empresarial
en los horribles momentos que vivía la gente del toro.
Este año, sin negociaciones previas con la anterior proveedora televisiva Canal Toros, y por supuesto sin consultar con ninguno de los colectivos de profesionales taurinos que han de ponerse delante y ser televisados, que como siempre reaccionarán tarde, ambas empresas han aceptado la oferta de un nuevo operador para televisar digitalmente todos los festejos de sus plazas, enterrando así, sin funeral ni siquiera un responso de tercera, al anterior medio televisivo que durante tantos años les permitió organizar con holgura las ferias, colando entre col y lechuga, para inflar los ciclos, carteles paupérrimos que, sin ese soporte televisivo, jamás habrian sido posibles.
Nadie tiene claro qué va a ocurrir. El nuevo medio, al parecer una plataforma digital de fútbol con cápital américano, que aún no ha hecho acto de presentación oficial y dicen que se denominará One Toros, ha llegado con enorme sigilo,
no tiene aún sede ni infraestructuras, pero ha logrado la inmediata y apasionada reacción empresarial porque ha pagado por adelantado el
primer año de contrato, aumentando la oferta. Y como los gestores en cuestión no entienden de romanticismo, pues lo dicho: pronto y en la
mano.
Sin embargo, los mosqueados son los aficionados y consumidores del producto. Ha sido todo demasiado rápido y bonito, para los empresarios, claro está: negociaciones fluidas, dinero adelantado del primer año de contrato, capital extranjero, difusión de la maravilla del toreo por todo el mundo mundial… Curiosas las pegatinas de colores para vender el producto, sobre todo cuando lo normal fuera de nuestras fronteras es que nos llamen bárbaros a quienes amamos y defendemos las corridas como la fiesta más auténtica y culta de nuestro pueblo.
¿Y si detrás de esta historia fulgurante y rentable
para las empresas de las plazas de Madrid y Sevilla, dentro de un año o dos, con el toreo fuera de la
televisión pública y tras el derribo del Canal
Toros de Movistar, es decir, sin competencia alguna, la nueva televisión taurina de Internet decidiera cerrar por falta de negocio? ¿No podríamos estar ante un caballo
de Troya que llevaría oculto el apagón televisivo del toreo? No lo vemos nada
claro.
1 comentario:
Querido amigo Antonio:
Se que tus afirmaciones no están hechas a la ligera y siempre sueles dar en el centro de la diana.
Espero que no se cumpla lo del Caballo de Troya. Deseo que los afectados sepan hacerle frente a esta terrible sombra que se cierne sobre el toreo.
El Gerente de la Plaza de Toros de Las Ventas adornó, a ese caballo, con una verborrea barata de la (creo que ni el mismo se enteraba de lo que decía en la entrevista televisiva del otro día) que, en el fondo, se desvelaba su afán por lucrarse aún más. Entendí que todo lo demás no le importaba.
Como siempre, genial
"Vamos palante"
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