lunes, 22 de mayo de 2023

DESDE EL TENDIDO 4

Por Antonio Luis Aguilera

Andrés Roca Rey sale a hombros en Córdoba. Foto Manuel Murillo (Diario Córdoba)

El pasado fin de semana se celebraron las dos corridas de toros de feria programadas en el coso de «Los Califas». La empresa ofreció unos carteles atractivos que, a pesar de la incertidumbre meteorológica, llevaron hasta la plaza a un gran número de espectadores el sábado por la tarde, cuando el aforo se cubrió en más de tres cuartos de la totalidad, y que por la intensa lluvia caída fue aplazado hasta el domingo a las doce del mediodía. Menos tirón tuvo el programado para ese mismo día por la tarde, donde los espectadores solo cubrieron algo más de un cuarto del aforo. 

Lo primero a destacar es el considerable aumento de público y la gran respuesta a la oferta y trabajo previo de la empresa, que desde antes de Navidad puso a la venta los abonos con interesantes ventajas para quienes entonces los compraran, con garantía de devolución en caso de no estar de acuerdo con los carteles. Todo un acierto de «Lances de Futuro», que con esta atractiva forma de venta consiguió doblar el número de abonados de la plaza, que este año han rondado los 2.200. 

Lo segundo, que ese acierto puede durar poco ante la decepcionante presentación del ganado adquirido para Córdoba, donde se han lidiado toros impropios de una plaza de primera categoría, prevaleciendo en ambos encierros ejemplares sin remate, anovillados, indignos por su falta de trapío de saltar a una plaza de primera categoría, donde ha quedado de manifiesto la nefasta actuación de los equipos presidenciales, que han hecho un flaco favor a la historia taurina de la ciudad permitiendo encierros de plazas no de segunda, sino de tercera categoría. 

El domingo por la mañana se lidió la corridita de Domingo Hernández, una escalera presidida por dos zambombos y cuatro novilletes indignos del coso. «Morante de la Puebla» estuvo aseado con bellas reminiscencias gallistas ante el grandullón que abrió plaza, destacando un torerísimo y arriesgado  quite a cuerpo limpio que hizo a «Lili» a la salida de un par de banderillas; Juan Ortega, que no tuvo opciones con su lote y solo pudo dibujar alguna pincelada de su gran clase, estuvo francamente mal con la espada, dándose la circunstancia que su segundo, un manso de libro emplazado de salida en los medios, ante la escandalosa protesta del público no aficionado, fue devuelto antirreglamentariamente por eso, por ser manso, lo que manifiesta el escaso criterio del palco; y Andrés Roca Rey fue el gran triunfador del festejo, cortando tres orejas que debieron de ser cuatro, porque la faena y estocada al sexto era de dos y fue premiada con una. El peruano, que anda a gorrazos con los toros, le formó un alboroto a esos ejemplares que debieron recordarle su etapa de novillero, a los que estoqueó con la misma  contundencia que toreó, abandonando la plaza a hombros por la puerta grande.

En la plomiza y algo lluviosa tarde del domingo volvieron a lidiarse los toros de Álvaro Núñez Benjumea, corrida muy desigual, suelta y mansa en general, con cuatro ejemplares faltos de remate y anovillados, donde «Finito de Córdoba» dejó pinceladas de su clase en el saludo por verónicas al que abrió plaza, que acabó echándose antes de que el torero entrara a matar; Alejandro Talavante, que cortó una cariñosa oreja, demostrando que, aunque quiere, está lejos de ser el torero que dejó la profesión hace años en Zaragoza; y Pablo Aguado, que hizo el esfuerzo por volver a ser el torero que parece desaparecido y espera el aficionado. 

Poca historia la de un ciclo corto donde hubo más sombras que luces, pues la empresa ha comprado un ganado impresentable para una plaza de primera categoría y, lo que es peor, la autoridad gubernativa se lo ha consentido. La ilusión de los aficionados que fueron al coso se tornó en decepción a la salida, esos pocos que, como sentenció «Jesulín de Ubrique», caben en un autobús. Así las cosas, vendiendo humo, como este año ha hecho el señor Garzón, Córdoba volverá a dar la espalda a esa plaza que la propiedad procura rentabilizar con conciertos musicales y bares ubicados en las antiguas taquillas, para aprovechar con veladores las amplias terrazas de los exteriores del inmueble. Una pena.

lunes, 15 de mayo de 2023

SALIDA A HOMBROS DE MANUEL ROMÁN

Por Antonio Luis Aguilera

Salida a hombros de Manuel Román. Foto José Luis Cuevas

El pasado sábado se inauguró la temporada cordobesa con el primero de los tres festejos de abono confeccionados por «Lances de Futuro». Se trataba de una novillada con picadores donde hacía la presentación ante sus paisanos el joven novillero Manuel Román, que salió a hombros por la puerta grande, gracias a sus muchos partidarios y el escaso pulso de un palco que más que la presidencia de una plaza de primera categoría parecía una tómbola de feria. El titular en esta ocasión, don Jesús Coca, aficionado en posesión del certificado del curso de presidencias taurinas que expide la Asociación Nacional de Presidentes de plazas de toros españolas, y candidato a concejal de un partido político para las elecciones municipales, parecía estar en campaña electoral, y para no defraudar a los miles de seguidores del novillero otorgaba sin reparos las orejas que estos solicitaban, incluidas las que premiaban infames golletazos, como el instrumentado al segundo ejemplar, o las dos que recompensaron el trasteo del novillo sobrero de regalo, que facilitaron la puerta grande a una faena que tuvo las propiedades del agua, sin color, olor ni sabor, para no tener que aguantar la bronca que se habría llevado en caso contrario, lo que puso de manifiesto que el aguante a la hora de hacer cumplir el reglamento no se aprende en un cursillo intensivo de presidentes. En definitiva, una puerta grande para el novillero, que ojalá no sirva para confundir al muchacho y sus mentores, y sonoro petardo como aficionado del presidente de la novillada.

Lo mejor de la tarde fue el ambiente que reinó en la plaza, que registró una gran entrada tratándose de una novillada con picadores: medio aforo. Ese fue el gran éxito de Manuel Román: meter en el coso de «Los Califas» a siete mil personas, y que las taquillas registraran un movimiento que hacía décadas que no se conocía para un festejo menor. Increíble el ambiente de los bares y restaurantes próximos a la plaza, que fue magnífico antes, durante y después de la corrida. El espectáculo de los toros volvió a demostrar con evidencias su impacto económico, que en esta ocasión benefició al comercio de un barrio deprimido y olvidado por la clase política, que solo suele visitarlo por elecciones para pedir el voto prometiendo el oro y el moro, o cuando hay toros para presenciarlos, por supuesto de «beneficencia», cómoda y gratuitamente en el callejón.

En circunstancias normales, la salida a hombros por la puerta grande del jovencísimo novillero de la plaza de la Lagunilla, por el gran éxito taquillero, debería motivar a la empresa para repetir su actuación. Pero como hemos dicho anteriormente, las circunstancias que propiciaron el triunfo tuvieron bastante de artificio, y es probable que la prudencia aconseje, de momento, cuidar a ese interesante proyecto de torero que encarna Manuel Román, que posiblemente necesita del sabio consejo de un profesional competente, de un maestro del toreo experimentado que le ayude a asimilar los conceptos fundamentales que son las claves del toreo, como la colocación correcta, la distancia de cada animal, torear encajado... Eso solo puede aprenderlo de un profesional con capacidad para enseñar de verdad, que además le transmita una buena dosis de confianza, seguridad e ilusión por abrirse paso en un mundo dificilísimo. Cualidades no le faltan.

sábado, 6 de mayo de 2023

MANUEL ROMÁN SE PRESENTA EN CÓRDOBA

Por Antonio Luis Aguilera    

Manuel Román. Foto Philippe Latour

Tras debutar con picadores el pasado 28 de febrero en Linares, el novillero Manuel Román Álvarez, que tanta expectación levantó el pasado año toreando festejos sin caballos, se presentará ante sus paisanos el sábado 13 de mayo —festividad de la Virgen de Fátima— en el coso de «Los Califas» de su Córdoba natal, donde se encerrará en solitario con cuatro novillos toros de las ganaderías de Jandilla y Fuente Ymbro, en el primer festejo del abono de la feria de mayo organizada por la empresa «Lances de Futuro», que se compone de una novillada y dos corridas de toros el siguiente fin de semana.

La joven promesa de la Plaza de la Lagunilla cordobesa, el recoleto lugar donde hace años otro Manuel, que por su majestuosa torería está en los altares de la Tauromaquia, también soñó con ser figura del toreo, ha destacado por el excelente trazo de su toreo y la capacidad de pensar y resolver en la cara de los novillos. Además, por su juventud y torería, ha conectado con no pocos aficionados, a los que desde su etapa de becerrista moviliza para acompañarle en sus actuaciones, y ha conseguido algo nada fácil: generar ilusión en Córdoba, la ciudad que en otros tiempos fuera definitiva en el toreo y hoy anhela tener un torero de postín que la represente en los ruedos.

Manuel Román. Foto Philippe Latour

La encerrona de Manuel Román en el coso de «Los Califas» será la cuarta protagonizada en esta plaza por un novillero con picadores, y la primera donde se lidiarán cuatro ejemplares. Las tres anteriores, anunciadas con seis novillos-toros, fueron las siguientes:

La primera la protagonizó el cordobés Rafael González «Chiquilín», que el 27 de septiembre de 1991 hizo el paseíllo para lidiar un encierro de la ganadería de don José Luis Marca Rodrigo. Con un aforo de media plaza, el balance del espada del barrio de Santa Marina, que vestía de verde botella y oro, fue: ovación, oreja, palmas, silencio, oreja, ovación y silencio en el sobrero que regaló en séptimo lugar. Salió a hombros.

La segunda se celebró el 5 de octubre de 1996, fecha donde se anunció un encierro de la ganadería de doña María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, para el novillero cordobés Manuel Romero Santiago «Romero de Córdoba», que vistiendo un traje blanco y oro, con un aforo de un cuarto de plaza, ofreció una gran tarde de toros, saliendo a hombros junto a don Luis Saavedra, mayoral de la célebre ganadería, que con orgullo pudo contemplar como le daban la vuelta al ruedo al sexto utrero, de nombre Topamucho, número 60, negro, con 490 kilos. El balance del novillero fue: vuelta, oreja, oreja, vuelta, ovación tras aviso y dos orejas. Aquella tarde figuró en la cuadrilla del novillero cordobés la picadora Eva Armenta Bonilla, que fue derribada por el bravo pedrajas que picó y hubo de ser atendida en la enfermería, donde se le diagnosticó una contusión cervical.

Y la tercera encerrona la protagonizó el 20 de octubre de 1996 el novillero de Herrera (Sevilla), afincado en Antequera (Málaga), Juan Muriel Álvarez, que de verde botella y oro, ante un aforo de un cuarto de plaza, lidió cuatro utreros de don Juan Antonio Ruiz Román y dos de Casa de los Toreros (3º y 6º), con el resultado de oreja, oreja, vuelta, oreja, vuelta y vuelta.

Deseamos que los utreros seleccionados para esta encerrona, por el prestigio de sus ganaderías, permitan al nuevo novillero del barrio de Santa Marina expresar la calidad de su toreo y triunfar en la presentación ante su afición, que lo espera y anhela su triunfo en el ruedo. La misma que confía en su capacidad de llevar público a la plaza, para que la empresa tenga motivos para repetirlo. Ojalá entonces estuviera acompañado por otros chavales cordobeses que destacan como becerristas y tienen previsto el debut con los del castoreño, como David Fuentes «Bocanegra», por cuyas venas corre la sangre del histórico matador de toros cordobés Manuel Fuentes Rodríguez «Bocanegra», y abriendo plaza alguno de esos novilleros también cordobeses que llevan años aguardando la ocasión de presentarse ante sus paisanos, como Rafael Reyes, que se ha presentado con plazas montadas en Madrid pero no en «Los Califas», o José Antonio Alcalde

Sería maravilloso prestar atención a los novilleros cordobeses, la asignatura pendiente de José María Garzón, y trabajar por buscar una noble y atractiva competencia, como aquella que hace tres décadas protagonizaron dos novilleros inolvidables, que en pie de guerra arrastraron hasta la plaza de Ciudad Jardín a miles de seguidores: «Finito» y «Chiquilín».


jueves, 4 de mayo de 2023

MUNDOTORO TELEVISIÓN

Por Antonio Luis Aguilera 

Mundotoro Televisión

    

Terminó la feria de Sevilla, un ciclo de enorme atractivo e interés donde pudieron contemplarse grandes tardes de toros y toreros. Para quienes la seguimos por televisión debutaba «MUNDOTORO TV», una nueva plataforma televisiva que, con su atractiva llegada económica para las empresas de Sevilla y Madrid, había propiciado el cierre de «Canal TOROS de MOVISTAR». El hecho de retransmitir en streaming, a través de Internet, provocó rechazo y preocupación entre la afición, que finalmente hubo de aceptar que era la única solución para continuar estando presente, a través de la televisión, en las grandes ferias y de esta forma seguir el apasionante curso de la temporada,

El debut tuvo lugar el domingo 9 de abril en Sevilla, fecha donde la falta de previsión sorprendió en fuera de juego al nuevo canal televisivo, que en una tarde tan señalada en el calendario de la temporada pegó un sonoro petardo que se escuchó en toda España. Porque en toda España hubo problemas de conexión, siendo miles los abonados que no accedieron a las imágenes que habían suscrito hasta la lidia del cuarto toro de la tarde. Sorpresa mayúscula, estupefacción general, sensación de engaño y nostalgia de la plataforma anterior… La reacción de los responsables fue rápida, pues al día siguiente se ofreció a los perjudicados rescindir el contrato o ser indemnizados con una mensualidad gratis. Y lo que es mejor, las retransmisiones empezaron a ganar en calidad de visualización, aunque es cierto que todavía faltan por ajustar algunos instantes donde las imágenes se detienen, mientras un círculo gira como una noria indicando que se produce fallo de la conexión.

En cuanto a la retransmisión en sí, el cambio del equipo de locución ha sido notable, pues si bien se mantiene el esquema aplicado en la plataforma anterior, que trata de armonizar el hilo conductor mantenido por el periodista David Casas, comentarista principal, con las intervenciones de un matador de toros, Fernando Cepeda o Eduardo Dávila Miura, y del aficionado Domingo Delgado de la Cámara, opinamos que en esta parcela hay bastante que mejorar. 

La prudencia en los comentarios que se observaba en la anterior plataforma queda lejos de la pretensión del señor Delgado, empeñado en impartir cada tarde un curso intensivo de Tauromaquia de una densidad poco digerible, recordando aquellos momentos que de niños vivimos en la escuela, donde nunca  faltaba el nene de la mano levantada, anhelando dar respuesta a todas las preguntas de la señorita. No debe olvidarse que «Mundotoro Tv» es un canal para aficionados a los toros, y la mayoría, salvo recordarle fechas o hechos puntuales, tiene conocimientos suficientes para seguir la corrida con las palabras precisas, como se sigue el festejo en la propia plaza, para que cada tarde de corrida no se tengan que acordar de aquel niño de la clase de infantil.

En cuanto a los matadores de toros que han intervenido, destaca la participación de Fernando Cepeda, que con prudencia y conocimientos no solo ha estado oportuno en sus juicios y comentarios, sino que ha brillado cuando ha sabido corregir al señor Delgado en temas tan delicados como difíciles de probar, cuando en sus juicios censuraba corridas  con toros sospechosos de pitones o demasiado astigordos. Con buen criterio, el maestro Cepeda mostraba su desacuerdo y pedía no sembrar confusión con comentarios de sospechas injustificadas. 

Deseamos que la nueva oferta televisiva continue con la calidad de realización mostrada durante el ciclo abrileño, y se cuiden todos los aspectos técnicos que sean mejorables e inciden de forma determinante en la calidad de las retransmisiones.

lunes, 17 de abril de 2023

MEDIA OPORTUNIDAD

Por Antonio Luis Aguilera

Borja Jiménez, Lama de Góngora, Rafael Serna, Ángel Jiménez, 
José Ruiz Muñoz, y Juan Pedro García "Calerito". Foto Arjona

Si difícil es lograr que a los toreros sevillanos que no tienen padrino los pongan en la Maestranza, más lo es catalogar la idea empresarial de otorgarles media oportunidad, como el que ofrece un plato de lentejas por aquello de las tomas o las dejas, con una caridad impostada, fría, arrogante, insensible e irrespetuosa para el toreo y para los toreros que luchan por abrirse camino en el difícil mundo del toro, el que algunos empresarios como el sevillano convierten en el más difícil todavía para los que anuncia en ese cartel de la oportunidad, donde rifan seis toros para seis toreros, mientras en el amplio abono hispalense se contratan sí o también a espadas con más ferias que el teatro chino, aunque no interesen a nadie, al estar dirigidos por los influyentes comisionistas del toreo. 

Hablando en plata: ¿qué atractivo tiene para el público la inclusión en la feria de los diestros que han vuelto este año —sin que nadie los reclame— tras una fugaz retirada, o la de esos otros que retornan cada primavera como los vencejos sin llevar a nadie a la plaza? ¿Incluirían fuera del abono a tanto jeringo frío y olímpico velocista que repiten sin decir nada en una plaza tan sensible para el toreo como Sevilla? Rotundamente, no. Mas es primordial mantener las buenas relaciones con las familias del negocio, para que los comisionistas no tengan dificultades en obtener sus réditos en el coso del Baratillo, por mayo en Las Ventas, y después en el resto de ferias controladas por quienes se devuelven favores en el intercambio de cromos en que han convertido el toreo.

No es nuevo que las empresas taurinas ofrezcan oportunidades buscando su propia rentabilidad, bien sea para quitarse de en medio al humilde que les da la coña implorando como un martillo pilón, o para satisfacer al torerito del comisionista que no quiere abrir plaza, y para ello colocan en un cartel de figuras a un novillero al que dan la alternativa. De esta forma le toca la lotería al muchacho, sale rentable a la empresa y resuelve el capricho del comisionista y del comisionado. Pero generalmente toda la vida se ofrecieron oportunidades con una corrida de seis toros para tres matadores. Por eso debe de ser durísimo que a seis toreros que se han preparado a conciencia para estar en Sevilla les ofrezcan media oportunidad. El plato de lentejas, advirtiéndoles que hay cola esperando, la limosna que nunca darán a tanto comisionado protegido, que reaparece o vuelve cada año por abril sin interés para el aficionado, porque lleva temporadas sobreviviendo en las ferias por lo que fue en el toreo, mientras hoy no es capaz de preguntar ni a la hora que empieza la corrida. La media oportunidad es como la media verdad: media mentira. La que ayer hubieron de aceptar a la trágala seis toreros sevillanos a los que se ofreció la "piadosa" oportunidad de jugarse la vida con un solo toro. Igual que un festival, sin beneficio alguno, pero de luces y con el animal en puntas. ¿Eso es preocuparse por la Sevilla taurina y su cantera?

lunes, 10 de abril de 2023

LA ESTOCADA

Por José María de Cossío


Estocada de Juan Ortega a "Lanudo" de la ganadería de Álvaro Núñez.
Foto: David Bracho. (Málaga, 8 de abril de 2023, corrida Picassiana).

En la estocada se necesita valor, decisión, seguridad, confianza ilimitada en el juego de la muleta con la mano izquierda, serenidad para afrontar ese momento tremendo en que al zambullirse sobre la res se pierde de vista su cabeza. Esa confianza valerosa, esa decisión sin vacilaciones, ese admirable juego de muñeca al vaciar al toro, medido y acompasado el empuje de su embestida, son virtudes de auténtico matador de toros.

José María de Cossío: Enciclopedia «Los Toros»

(Tomo IV: Reflexión sobre «Manolete») 

martes, 4 de abril de 2023

LA PASIÓN NO DEBE ECLIPSAR LA OBJETIVIDAD

Por Antonio Luis Aguilera 

Escultura de Juan Belmonte en Triana.
Obra de Venancio Blanco

No es fácil estudiar a fondo la historia del toreo. Como todos los estudios, requiere objetividad, cualidad que por lo difícil que resulta armonizar con la pasión no han sabido aplicar muchos de los escritores. Un siglo después de la competencia de José, Juan y Rodolfo el grandioso torero mexicano que trajo de cabeza a «Joselito» y todos dejan fuera del relato—, se sigue discutiendo sobre la «paternidad» del arte del toreo, como si el toreo hubiera tenido un solo padre. Hay aficionados que les encanta expedir partidas de nacimiento del registro civil que solo existe en su imaginación. ¿Así las cosas, a qué padre se refieren cuando tratan de explicar el toreo anterior a «Gallito», Belmonte y Gaona?

¿O es que no existió el arte de «Cúchares», como la sabiduría popular llamó con acierto al nuevo modo de hacer de Francisco Arjona Herrera, cuando el madrileño tenido por sevillano se echó la muleta a la mano derecha —reservada exclusivamente para el uso del estoque—, y marcó el punto de partida del desarrollo creativo de la lidia, ese arte que la gente llana inmortalizó con su apodo? ¿O acaso no existió manifestación artística en el toreo del también madrileño Cayetano Sanz, a quien se atribuye la invención del lance de frente por detrás —que refinaría Gaona de tal forma que sería conocido por su apellido—, y de quien se escribió que dio siete naturales seguidos? ¿Y si la palabra arte la sustituimos por elegancia, acaso no es «Lagartijo» el que pone a todos de acuerdo en el refinamiento que aportó a las suertes del toreo el inolvidable espada cordobés? ¿No fue el señor Fernando «el Gallo», padre de la célebre dinastía formada por Rafael, José y Fernando, el espada del que todos los toreros de su tiempo decían que por la belleza de su arte daba gusto verlo torear? Sirvan estos ejemplos para afirmar que cada época tuvo su toro, su torero y su público. Y por supuesto, su manifestación artística, condición sin la que el toreo no habría apasionado a tantas generaciones de españoles, que con rotunda seguridad no habrían pagado una entrada para presenciar labores exclusivas de matarifes.

Recorte del señor Fernando «el Gallo» en la plaza de Madrid

Pero centrándonos en quienes pretenden expedir la partida de nacimiento «al arte del toreo» en un imaginario registro civil, sorprenden las declaraciones del catedrático y filósofo Francis Wolff, recogidas en el diario ABC del 22 de marzo, donde el prestigioso aficionado francés señala la fecha del 11 de abril de 1913 como punto de partida artística de la Tauromaquia, cuando el «Pasmo de Triana» intercaló varias verónicas sin enmendar la plana en la plaza de toros de Madrid: «Juan Belmonte es el inventor del toreo como arte. Aquello se consideró una “revolución belmontina”. Y lo fue porque sus innovaciones se impusieron como cánones hasta hoy».

Juan Belmonte torea por verónicas en Madrid

Pensamos que nadie en su sano juicio puede cuestionar el singular magnetismo del toreo de capa de Belmonte. Con razón recurrieron a la hipérbole para calificarlo y le llamaron «Terremoto», pues era tal la fuerza telúrica de ese toreo que fue considerado como un «fenómeno», porque por primera vez, tras reducir las distancias con el animal, el torero conservaba su terreno para ejecutar la verónica como nadie lo había hecho, cuadrando el capote para que el toro lo tomara como una golosina, donde Juan lo envolvía en un temple portentoso que lo traía, llevaba y sujetaba para repetir la suerte, resolviendo con el gozne de un giro de muñeca que lo conducía hasta detrás de la cadera, proclamando así la ligazón del lance a la verónica.

Esa fue la clave: la forma de hilvanar los lances a la verónica, con un acento personal único e intransferible, y la manera de rematar con media verónica escultural, liándose el toro a la cintura, que liberaba la emoción en los tendidos y provocaba el jubileo universal de la plaza ante ese toreo nuevo, excepcional por su temple y por la quietud del torero en la ejecución de la suerteY del magnetismo de aquel toreo y la locura provocada por la emoción levantada, vino la repercusión literaria del personaje, en una carrera de ditirambos donde compitieron por no quedarse atrás los intelectuales y los revisteros de la época, que fue consensuada sin mucho rigor con la proclamación del «padre» del toreo moderno. No del toreo de capa moderno, sino del toreo en toda la extensión de la palabra.

El toreo de muleta de Juan, en la pintura de Adolfo Durá Abad

Juan Belmonte fue un genio que por torear más cerca y disputarle los terrenos al toro de su tiempo, más seleccionado y con mayor fijeza, que ya empezaba a consentir que le disputaran su terreno, permitió que pudiera revelar el temple el trianero, su portentosa virtud, definitiva para  expresar un hondo sentimiento artístico, tan extraordinario que aún parece latir en las fotografías que recuerdan su paso por el toreo. Como decía el propio torero: «Para mí, aparte de las cuestiones técnicas, lo más importante en la lidia, sean cuales sean los términos en que ésta se plantee, es el acento personal que en ella pone el lidiador. Es decir, el estilo. El estilo es también el torero. Se torea como se es. Esto es lo importante: que la íntima emoción traspase el juego de la lidia: que al torero, cuando termine la faena, se le salten las lágrimas o tenga esa sonrisa de beatitud, de plenitud espiritual, que el hombre siente cada vez que el ejercicio de su arte, el suyo peculiar, por ínfimo o humilde que sea, le hace sentir el aletazo de la Divinidad».

Sin embargo, los panegiristas del torero omiten que Belmonte no cambió el planteamiento del antiguo toreo de muleta. Sus faenas se desarrollaban según las normas clásicas, con el diestro en los terrenos de adentro y el toro en los de afuera, la misma preceptiva anterior, y consistían en pases por alto, un natural ligado con el de pecho con la misma mano, molinetes, faroles y desplantes, con la diferencia que al ceñirse más con el toro, al torear más cerca y empaparlo de muleta, conseguía sujetarlo al terminar el pase, pues el animal no abandonaba la suerte en línea recta, sino que al ir toreado comenzaba a describir una línea curva, y como el torero permanecía en los terrenos de adentro, para no quedarse fuera de cacho entre pase y pase, no tenía más remedio que cruzarse en busca del pitón contrario, mientras el toro en su trayectoria entre pases por las afueras iba describiendo ochos en la arena.

«Chicuelo» inmortaliza a "Dentista" en México el 25/10/1925

La ligazón del toreo de muleta vendría posteriormente con «Chicuelo», que toreando en la distancia establecida por Belmonte, y sujetando de igual forma al toro, al curvarse el animal al final del muletazo, en lugar de irse al pitón contrario, para torear por los terrenos de afuera, resolvió el problema girando sobre su eje para permutar los espacios y así, al dejar al toro pasar por adentro, ligar el siguiente muletazo. Y como lo hizo con la muleta en la mano izquierda, en lugar de la combinación del toreo anterior del natural ligado con el de pecho con la misma mano, el genio de la Alameda de Hércules enseñaba que con la alternancia de espacios se ligaban los pases naturales en series.

«Chicuelo» cambia el toreo en España la tarde del 24/5/1928

«Chicuelo» versificó el toreo moderno agrupando los pases de muleta en series como los versos lo hacen en estrofas. Manuel Jiménez Moreno, poseedor de una gracia y expresión artística simpar, fue el inventor de la faena moderna. Una faena que en su evolución requirió la selección de un toro distinto al del siglo anterior, el ceñimiento de las distancias de Belmonte, la ligazón revelada por «Joselito», esa que tras la tarde de Talavera de la Reina continuó y embelleció «Chicuelo» puliéndola con su arte. Años después vendría «Manolete», que con su valor, regularidad y solemnidad la consagraría definitivamente como la arquitectura que habría de acoger cualquier expresión artística. Así las cosas nos preguntamos: ¿Y con la muleta, no hubo «inventores» del toreo como arte?