Por Antonio Luis Aguilera
Manuel Román. Foto Philippe Latour |
Tras debutar con picadores el pasado 28 de febrero en Linares, el novillero Manuel Román Álvarez, que tanta expectación levantó el pasado año toreando festejos sin caballos, se presentará ante sus paisanos el sábado 13 de mayo —festividad de la Virgen de Fátima— en el coso de «Los Califas» de su Córdoba natal, donde se encerrará en solitario con cuatro novillos toros de las ganaderías de Jandilla y Fuente Ymbro, en el primer festejo del abono de la feria de mayo organizada por la empresa «Lances de Futuro», que se compone de una novillada y dos corridas de toros el siguiente fin de semana.
La joven promesa de la Plaza de la Lagunilla cordobesa, el recoleto lugar donde hace años otro Manuel, que por su majestuosa torería está en los altares de la Tauromaquia, también soñó con ser figura del toreo, ha destacado por el excelente trazo de su toreo y la capacidad de pensar y resolver en la cara de los novillos. Además, por su juventud y torería, ha conectado con no pocos aficionados, a los que desde su etapa de becerrista moviliza para acompañarle en sus actuaciones, y ha conseguido algo nada fácil: generar ilusión en Córdoba, la ciudad que en otros tiempos fuera definitiva en el toreo y hoy anhela tener un torero de postín que la represente en los ruedos.
Manuel Román. Foto Philippe Latour |
La encerrona de Manuel Román en el coso de «Los Califas» será la cuarta protagonizada en esta plaza por un novillero con picadores, y la primera donde se lidiarán cuatro ejemplares. Las tres anteriores, anunciadas con seis novillos-toros, fueron las siguientes:
La primera la protagonizó el cordobés Rafael González «Chiquilín», que el 27 de septiembre de 1991 hizo el paseíllo para lidiar un encierro de la ganadería de don José Luis Marca Rodrigo. Con un aforo de media plaza, el balance del espada del barrio de Santa Marina, que vestía de verde botella y oro, fue: ovación, oreja, palmas, silencio, oreja, ovación y silencio en el sobrero que regaló en séptimo lugar. Salió a hombros.
La segunda se celebró el 5 de octubre de 1996, fecha donde se anunció un encierro de la ganadería de doña María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, para el novillero cordobés Manuel Romero Santiago «Romero de Córdoba», que vistiendo un traje blanco y oro, con un aforo de un cuarto de plaza, ofreció una gran tarde de toros, saliendo a hombros junto a don Luis Saavedra, mayoral de la célebre ganadería, que con orgullo pudo contemplar como le daban la vuelta al ruedo al sexto utrero, de nombre Topamucho, número 60, negro, con 490 kilos. El balance del novillero fue: vuelta, oreja, oreja, vuelta, ovación tras aviso y dos orejas. Aquella tarde figuró en la cuadrilla del novillero cordobés la picadora Eva Armenta Bonilla, que fue derribada por el bravo pedrajas que picó y hubo de ser atendida en la enfermería, donde se le diagnosticó una contusión cervical.
Y la tercera encerrona la protagonizó el 20 de octubre de 1996 el novillero de Herrera (Sevilla), afincado en Antequera (Málaga), Juan Muriel Álvarez, que de verde botella y oro, ante un aforo de un cuarto de plaza, lidió cuatro utreros de don Juan Antonio Ruiz Román y dos de Casa de los Toreros (3º y 6º), con el resultado de oreja, oreja, vuelta, oreja, vuelta y vuelta.
Deseamos que los utreros seleccionados para esta encerrona, por el prestigio de sus ganaderías, permitan al nuevo novillero del barrio de Santa Marina expresar la calidad de su toreo y triunfar en la presentación ante su afición, que lo espera y anhela su triunfo en el ruedo. La misma que confía en su capacidad de llevar público a la plaza, para que la empresa tenga motivos para repetirlo. Ojalá entonces estuviera acompañado por otros chavales cordobeses que destacan como becerristas y tienen previsto el debut con los del castoreño, como David Fuentes «Bocanegra», por cuyas venas corre la sangre del histórico matador de toros cordobés Manuel Fuentes Rodríguez «Bocanegra», y abriendo plaza alguno de esos novilleros también cordobeses que llevan años aguardando la ocasión de presentarse ante sus paisanos, como Rafael Reyes, que se ha presentado con plazas montadas en Madrid pero no en «Los Califas», o José Antonio Alcalde.
Sería maravilloso prestar atención a los novilleros cordobeses, la asignatura pendiente de José María Garzón, y trabajar por buscar una noble y atractiva competencia, como aquella que hace tres décadas protagonizaron dos novilleros inolvidables, que en pie de guerra arrastraron hasta la plaza de Ciudad Jardín a miles de seguidores: «Finito» y «Chiquilín».
1 comentario:
Gracias señor Aguilera , gracias catedrático de la información , periodistas como tú hacen grande la profesión , tan necesaria para informarnos y formarnos como aficionados gracias muchas gracias " un abrazo catedrático de la información taurina , " un modesto aficionado .
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