martes, 17 de enero de 2023

CONCHITA CINTRÓN

Por Francisco Bravo Antibón 

Conchita Cintrón

Tengo la duda de si esta pequeña entrevista se publicó en la revista «El Califa», en la que ya escribía desde muy joven, o no llego a publicarse, porque en mi particular archivo no guardo constancia de ello. De todas formas me apetece volver a recordar a la «Diosa Rubia» desempolvando la reducida entrevista epistolar, datada en el mes de julio de 1961.

Sus respuestas fueron consecuencia de mis juveniles preguntas, a las que contestó con la sabiduría de la más completa torera de todos los tiempos, sin olvidar a otras lidiadoras de campanillas, como por ejemplo Juanita Cruz y Cristina Sánchez, pero hoy nos ocupa el recuerdo a una grande de la historia taurina.

«La Diosa Rubia»

Concepción Cintrón Verrill, nació el 9 de septiembre de 1922 en Antofagasta (Chile), pero desde los dos meses vivió en Perú, ya que su padre, que era de Puerto Rico, fue destinado a Lima (Perú), país del que siempre la rejoneadora se ha considerado natural.

El primer obsequio importante que recibió, fue cuando contaba siete años, porque sus progenitores le regalaron una yegua, germen sin duda de su futura afición profesional por los caballos.

Desde muy joven asistió a la escuela de equitación, donde conoció a su maestro: Ruy da Cámara.

Dos figuras despertaron en Conchita la afición por la Tauromaquia, Diego Mazquiarán «Fortuna» y el mencionado rejoneador Ruy da Cámara. Ellos modelaron en lo taurino, la mujer que después triunfaría en tantísimos ruedos.

Se despertó pronto al mundo de las actuaciones en público y con tan solo 14 años debutó en el coso limeño de Acho. Dos años después (31 de julio de 1938), se presentó como novillera en Tarma (Perú). Más tarde actuó en la plaza de «El Toreo» de México obteniendo un éxito total.

Conchita lidiando

SE CONSOLIDA EN EL MUNDO TAURINO

Según las estadísticas, desde 1939 a la temporada de 1943, sumo 211 corridas, entre la capital y los estados. Estoqueando 401 ejemplares alternando con las máximas figuras mexicanas, y logrando un resultado muy halagüeño. Como suma a su importante carrera americana, toreó ante la gran expectación que despertaba su toreo, en las plazas de Bogotá, Medellín, Quito y Caracas. Y también lo hizo muy cerca de nosotros, en Lisboa.

En España quiso cumplir la ilusión de torear a pie, en una época donde estaba prohibido hacerlo a las mujeres. Lo logró solo en algún festival y en el campo, donde reproducía en silencio todo su saber taurino tanto con el capote como con la muleta.

En España hizo el paseíllo 38 tardes, solo a caballo, pues no logró disfrutar de un especial permiso para el toreo de a pie. Se presentó en la Monumental madrileña como rejoneadora el 13 de mayo de 1945.

Se retiró el 18 de octubre de 1950 en Jaén, toreando por fin a pie, junto a sus compañeros Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez.

Alternativa de María Sara

Volvió a reaparecer en Nimes (21 de septiembre de 1991) pero solo para otorgar la alternativa a la rejoneadora francesa María Sara (Marie  Bourseiller).

De la mencionada entrevista epistolar, entresacamos de sus contestaciones lo siguiente:

AÑO 1961

«El toreo actual, a caballo, evoluciona en el sentido de la comodidad del jinete, pues se castigan de sobremanera a los toros, con rejoneo de lanza, antes de banderillearlos».

Manuscrito de Conchita

«Lo verdadero es indispensable en todo. Sin verdad todo es superfluo y todo pierde interés. Momentáneamente el adorno, por ejemplo, entusiasma, pero terminada la corrida no perduran en el recuerdo, nada más que los instantes de verdadera emoción, y la emoción en el toreo (o en el rejoneo es igual) proviene, se quiera o no, del peligro burlado con el arte».

FALLECIMIENTO

Concepción Cintrón Verrill «Conchita Cintrón», falleció a los 87 años, en su domicilio de Altabireche, en la ciudad de Lisboa, el 17 de febrero de 2009. Fue una mujer torera digna de figurar en las páginas brillantes de la historia de la Tauromaquia.       


      

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