Plaza de toros de la Carrera de los Tejares en Córdoba |
El documento más antiguo que a tal respecto ha llegado hasta nosotros
data de 1493. Se refiere a una función “en honor y divertimento del Príncipe
Don Juan” (único hijo varón de los Reyes Católicos), en la que se corrieron dos
toros en el Alcázar de los Reyes Cristianos, residencia de Isabel y Fernando
durante sus prolongadas estancias en Córdoba. El lugar donde debió desarrollarse esta función, según historiadores consultados, cabría situarlo en lo que hoy es el Campo Santo de los Mártires, que, integrado entonces en dicho conjunto, correspondía a lo que en los castillos y demás fortificaciones de esta índole se conoce como el patio de armas.
Alcázar de los Reyes Cristianos, lugar de la primera función taurina de Córdoba. |
A partir de aquella fecha se celebraron festejos taurinos en varias
plazas -públicas o instaladas para dicho fin- situadas en diferentes puntos de
la capital, mereciendo destacarse la Plaza de la Corredera y las que en distintas
ocasiones se alzaron en el Campo de la Merced. Pero molestos los cordobeses por
la circunstancia de tener que levantar y desmontar aquellos circos taurinos que
se ubicaban en el arrabal contiguo al Convento de los Mercedarios, a iniciativa
de Juan Manté, industrial tipográfo y aficionado, se constituyó una sociedad
encaminada a la construcción de una plaza de toros con carácter permanente.
Así, bajo la dirección del arquitecto Manuel García del Álamo, en 1844 dieron
comienzo las obras sobre terrenos adquiridos a José Severo García en la llamada
Huerta de Perea, situada en la Carrera de los Tejares. De ahí su nombre.
Plaza de la Corredera, donde se celebraron festejos taurinos. |
La plaza tenía forma poligonal de 16 lados, con tres pisos (palcos,
gradas y tendidos) y una capacidad inicial de 8.278 espectadores. El redondel
medía 52 metros de diámetro y el callejón una anchura de 1,50. Contaba con las
correspondientes dependencias de toriles, con 10 chiqueros y dos corrales,
patio de caballos, desolladero, enfermería, cuarto para monturas, cuadras,
vivienda para el conserje, ambigú y dos taquillas.
Vista aérea de la plaza de Los Tejares de Córdoba |
Aún cuando oficialmente se inaugurase en septiembre de 1846, los
primeros espectáculos se dieron con motivo de la Feria de Nuestra Señora de la
Salud de aquel año, los días 31 de mayo, 2 y 3 de junio, haciéndose constar en
los carteles la siguiente nota: “La Sociedad dueña de la plaza previene al
público que por la premura de tiempo no han podido concluirse los trabajos de
la misma; sin embargo, se hayan habilitadas todas las localidades, si no con el
lujo que deberán estar en adelante, a lo menos con la seguridad y comodidad
consiguientes”.
En los citados días se celebraron tres corridas, lidiándose 24
toros -ocho en cada festejo- pertenecientes -a partes iguales- a las ganaderías
de don Plácido Comesaña, de Sevilla (divisa morada y blanca), procedente de la
que fuera de don Vicente Márquez; don
Manuel Siguri, de Sevilla (celeste y negra); don Manuel Suárez, de Coria (rosa
y morada) y don Francisco Escobedo, de Martos (con cintas verde y azul).
Los toreros encargados de su lidia y muerte fueron el sevillano Juan
León, el famoso Cúchares (Francisco
Arjona), de Madrid, y nuestro paisano Antonio Luque El Camarada -que más tarde se anunciaría Camará- cuando aún no había confirmado su dudosa condición de
matador de toros.
Cartel del último festejo celebrado en Los Tejares.Taberna San Cristóbal |
Ocurrió que veinte
años después, el 15 de agosto de 1866, al término de una novillada y de manera
fortuita se produjo un gran incendio que destruyó todo el maderamen,
principalmente de gradas y tendidos. Tras la oportuna reconstrucción, dirigida
por el arquitecto Amadeo Rodríguez, la plaza fue reinaugurada el 20 de enero de
1868, dándose un cartel netamente cordobés. Con toros de don Rafael José Barbero,
actuaron, mano a mano, Rafael Molina Lagartijo
y Manuel Fuentes Bocanegra -superadas
ya sus particulares rencillas familiares-, quienes
rivalizaron en valor y destreza ante el beneplácito de sus paisanos.
Posteriores reformas
posibilitaron un aforo que rebasaba los diez mil espectadores, pero no lograron
que el coso ganara en comodidad. Esta circunstancia y la lógica especulación
del suelo propiciaron su demolición, comenzando el derribo en agosto de 1971.
A tres novilleros, El Puri, Antonio Sánchez Fuentes y José
María Susoni, les cupo el honor histórico de realizar el último paseíllo sobre
el albero de Los Tejares el 18 de
abril de 1965, para lidiar astados de doña Enriqueta de la Cova.
No haría falta indicar
que numerosos acontecimientos, de muy distintos signos y diversa índole,
tuvieron por escenario el ruedo del desaparecido recinto taurino. Si acaso,
recordar que Antonio Carmona El Gordito
fue el primer torero que recibió la alternativa en esta plaza (8/6/1862),
cerrándose la nómina de doctorados con Manuel Cano El Pireo, el 26 de septiembre de 1964.
Marco de azulejos en el lugar que ocupó la antigua plaza cordobesa |
No hay comentarios:
Publicar un comentario