«La Manoletina» en los pinceles toreros de Diego Ramos. |
ENSANCHA el verso, Córdoba, buscando las estrellas.
¡Nada de romancillos
con ángeles toreros!
¡El que ha muerto
tenía los ojos pensativos,
como dos pozos negros!
Hay que llorarlo,
Córdoba, como pasa tu río,
bajo los arcos altos
de tu puente, en silencio.
Y hay que estar en su
muerte, como él ante los toros,
elegante y sereno.
Nada de romancillos,
Córdoba, ni cantares.
Un medio tono lleno de
tristeza en el verso.
Son las siete doradas
de su tarde infinita.
Ha dejado el capote de
brega, y, en silencio,
con un gesto tranquilo
de victoria y descanso,
ha tomado el capote
del último paseo.
Y se ha marchado
erguido contra la tarde quieta
de espaldas a las rosas, y -¡por fin!-, sonriendo…
JOSÉ MARÍA PEMÁN
PASODOBLE «MANOLETE»
(Autores:
Pedro Orozco González y José Ramos Celares)
Interpreta la Banda sinfónica de Algemesí
1 comentario:
¡VAYA POR EL!
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