Por Antonio Luis Aguilera
Cartel del 12 de octubre en Córdoba en las taquillas de la plaza |
Cuando en el año del maldito virus
parecía imposible organizar festejos en el coso de la antigua Huerta de la Marquesa, la empresa que
dirige José María Garzón no solo
anuncia el único espectáculo mayor de la temporada española en plaza de primera, sino
que con su valiente decisión, al transmitirse el espectáculo por el Canal Toros de MoviStar Televisión —de lo contrario sería imposible con un aforo reducido a 2.300 localidades—, sitúa
a Córdoba en el epicentro del orbe taurino con la corrida del 12 de octubre,
conmemoración de la Hispanidad.
Tras una sórdida pero real batalla
contra tirios y troyanos, aguantando con señorío los reproches de algunos empresarios significativos de ANOET, a los que se adelantó un cantamañanas en calidad de pregonero, todos con intención de desprestigiar su gestión en la
plaza de El Puerto de Santa María —y todos desmentidos por el
informe emitido por el Cuerpo Nacional de Policía, que asegura que el
empresario había cumplido escrupulosamente las medidas impuestas por la Junta
de Andalucía—, además de otras chinitas en el camino, como la lesión de Pablo Aguado, que sufrió recaída para el festejo del día 12, y sin embargo se daba por mejorada para poder anunciarse el 31 de octubre en
una plaza de tercera —¿Acaso podía
dirimirse en Córdoba y con la televisión como testigo el nuevo príncipe del toreo sevillano?—. Lo cierto es que la empresa del señor Garzón Mergelina, con la estrecha colaboración para celebrar esta corrida de Morante de la Puebla, todo hay que decirlo, ha colocado el cartel
de no hay billetes en menos de 24 horas de venta. Propuesta superada con nota alta.
Córdoba necesita un empresa así, que le devuelva la esperanza para que la afición retorne a su gran plaza, una empresa capaz de orillar el rancio menú de sota, caballo y rey impuesto por los comisionistas que manejan el orden taurino, y cambiarlo por carteles atractivos, que disten de los del clan que lleva décadas exprimiendo el toreo. Hay que abrir las ventanas de par en par y ventilar el toreo, para que penetre ese aire fresco y puro del concepto clásico de Juan Ortega, y el de esos otros nuevos toreros a los que sistemáticamente se cierra el paso y la afición quiere ver para volver a ilusionarse, como se ilusionó, y de qué forma, con la epifanía del torero de Triana ante el toro Nardito de Parladé en la tarde de la plaza de Linares.
Son momentos de ir por derecho y dar la cara por el toreo. Y Lances de futuro debuta en Córdoba devolviendo la esperanza a muchos aficionados y dejando en evidencia al orden establecido, ese que manejan quienes en el año Covid no han sido capaces de ofrecer ni un solo festejo en plazas de primera. Por supuesto, eso no se lo van a perdonar. Aún así, bienvenido a Córdoba señor Garzón. Y enhorabuena por homenajear a José Gómez Ortega Gallito en el centenario de su muerte en el cartel. No podía ser de otra forma viniendo de un aficionado.
2 comentarios:
Enhorabuena, Antonio
Vaya 3 y la media, don Antonio!! Ole!!!
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