viernes, 26 de octubre de 2018

RABOS CORTADOS EN "LOS CALIFAS" POR MATADORES DE TOROS

Por Antonio Luis Aguilera

Morante con el último rabo otorgado en Córdoba. Foto Fidel Arroyo.

El 1 de junio de 2013 fue otorgado el último rabo en la plaza de toros de Córdoba al espada sevillano Morante de la Puebla, que con el número doce mas uno se incorpora al distinguido club de los matadores de toros que, hasta la temporada de 2018, han cortado los máximos trofeos en el coso califal, selecto escalafón que lidera en solitario Manuel Benítez El Cordobés

En la década de los años sesenta del pasado siglo se otorgaron 13 de los 22 rabos que en total han paseado triunfalmente matadores de toros, dato que puede ofrecer varias lecturas, como la calidad de los espadas que protagonizaron aquella época, la competencia que existía, el carácter festivo de un público que premiaba lo que le gustaba, o la ligereza en sacar el pañuelo de los presidentes para agradar al respetable. Sea lo que sea, muy distintos son los datos de décadas posteriores: en los años setenta se cortaron 2 rabos, en los ochenta 3, y en los noventa 2. En la primera decena del nuevo milenio 1, y en la segunda 1. 

Otra lectura que revela este estudio es la importancia que tuvo de la ganadería de los Herederos de don Carlos Núñez, una de las preferidas por las figuras en los años sesenta, pues a sus toros le cortaron 5 de los rabos concedidos en la plaza cordobesa. La divisa gaditana, formada con vacas y sementales de don Manuel Rincón, Mora Figueroa y Marqués de Villamarta, representa sin duda a uno de los encastes más importantes del toro de lidia, y fue la elegida durante décadas por las máximas figuras para anunciarse en los carteles más significativos. 

El Cordobés, ocho rabos en Córdoba
Pero vayamos con los protagonistas. Manuel Benítez El Cordobés con 8 rabos cortados lidera con autoridad este escalafón. El Huracán de Palma del Río cortó el primero el 9 de mayo de 1965, tarde de la inauguración de la plaza, al toro Catavinos de los Herederos de don Carlos Núñez, idéntico hierro al que cortaría otros tres más, dos en 1967, las tardes del 27 de mayo y 25 de septiembre, y uno en 1968, el 29 de septiembre. También obtuvo los máximos trofeos el 25 de mayo de 1965, tarde de la alternativa de Agustín Castellano El Puri, a un ejemplar de don Manuel Arranz; el 25 de mayo de 1966 a otro de doña Francisca García Villalón, procedencia Curro Chica; el 25 de mayo de 1970 a uno de Juan María Pérez Tabernero; y por último, el 1 de junio de 2002, tras oficiar la alternativa de Enrique Reyes Mendoza, al burraco Potrero, de doña María José Barral. Manuel Benítez El Cordobés no solo fue la locomotora que remolcó el toreo de su tiempo, sino el diestro con mayor poder de convocatoria de la historia del toreo. Triunfó clamorosamente en todas las plazas del mundo y su estadística en el coso califal resulta mareante: 13 corridas, 27 toros lidiados, 23 orejas y 8 rabos

Manuel Cano El Pireo. Revista El Ruedo
Al carismático torero de Palma del Río le siguen en este selecto escalafón Manuel Cano El Pireo y Juan Serrano Finito de Córdoba, con dos rabos cada uno. El torero del barrio de Las Margaritas cortó los máximos trofeos a un ejemplar de la ganadería de don Manuel Arranz la tarde del 25 de mayo de 1965, repitiendo balance la del 26 de mayo de 1967 con un toro de doña María Teresa de Oliveira. El Pireo despertó enorme pasión en la afición cordobesa por el arte y la gracia de su toreo. Actuó en la nueva plaza 9 tardes, lidiando 22 toros y cortando 20 orejas y 2 rabos.

Con idéntico número de rabos -uno simbólico-, figura otro espada no menos artista y elegante, Juan Serrano Finito de Córdoba, ambos obtenidos en 1994. El primero, el 27 de marzo a Chupador, de Guadalest, tras un trasteo que contó con diecinueve muletazos y una gran estocada, lo que indica la calidad y emoción de la faena. El segundo, dos meses después, el 28 de mayo, fecha que se concedió el primer indulto en el coso cordobés, a Tabernero de don Gabriel Rojas, tras una larga faena que encendió la pasión del público por su fina elegancia y excelente trazo. Hasta la temporada de 2018, Finito ostenta un récord de actuaciones en Córdoba, que será muy difícil de superar por ningún otro espada: 59 corridas, en las que lidió 135 toros, cortando 55 orejas y 2 rabos.

 Finito de Córdoba, de novillero, corta un rabo en Barcelona 
Otros diez matadores consiguieron pasear un rabo en la plaza de la antigua Huerta de la Marquesa. Ordenados por orden cronológico son: Gabriel de la Haba Zurito, Francisco Rivera Paquirri, Antonio Ordóñez, Diego Puerta, Florencio Casado El Hencho, Antonio José Galán, Paco Ojeda, Vicente Ruiz El Soro, Tomás Campuzano, y Morante de la Puebla.

Gabriel de la Haba Zurito
Gabriel de la Haba Zurito lo consiguió con Corredor, de la ganadería de Herederos de don Carlos Núñez, la tarde del 9 de mayo de 1965, fecha histórica para Córdoba por  inaugurarse la nueva plaza y porque aquella mañana fue coronada canónicamente la venerada imagen de la cordobesa Virgen de los Dolores. El penúltimo representante de la torerísima dinastía de los Zurito, que reaparecía tras sufrir un serio percance en la cabeza en la plaza de Jaén, reencontró el sitio y ese toreo, recio y hondo, de enorme pureza y verdad, que junto con su gallardía manejando la espada le hace ocupar un lugar de privilegio en el recuerdo de la afición. Gabriel de la Haba Vargas sumó 14 corridas de toros en la nueva plaza, estoqueando 28 ejemplares a los que cortó 24 orejas y 1 rabo. 

Un diestro muy querido por la afición cordobesa, Francisco Rivera Paquirri, cuya raza y ambición por mandar en el toreo se adivinaban desde novillero, no permitió que El Pireo, que el 26 de mayo de 1967 había cortado los máximos trofeos, se proclamase triunfador solitario, y tras una faena de poder y torería cortó el segundo rabo de la tarde a un encastado ejemplar de doña María Teresa de Oliveira, origen Parladé. El diestro de Barbate, que años más tarde encontraría la muerte en Pozoblanco, actuó 12 tardes en Los Califas, lidiando 24 toros,  y cortando 17 orejas y 1 rabo

Antonio Ordóñez y Paquirri con Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez en Ronda
Dos días después del triunfo de Paquirri, el  28 de mayo de 1967, Antonio Ordóñez haría lo propio al toro Boticario, del hierro de don Carlos Urquijo, tras una faena plena de majestad, hondura, temple y dominio.  El maestro de Ronda, que años más tarde sería suegro de Francisco Rivera, sumó 3 corridas en la plaza de Ciudad Jardín, lidiando 6 toros con un balance de 3 orejas y 1 rabo.

Diego Puerta pasea un rabo en Sevilla
No sería el último rabo de la temporada de 1967, pues en la desaparecida feria de septiembre, la tarde del 25, Diego Puerta paseó el albero con los máximos trofeos de un astado del Conde de Mayalde, encaste Contreras, tras entusiasmar con la gracia y raza de su toreo. Diego Valor, como fue llamado en su época, actuó 6 tardes en la nueva plaza, enfrentándose a 12 toros a los que cortó 7 orejas y 1 rabo.

El 1 de junio de 1969 se doctoraba Florencio Casado El Hencho, que cuajó una importante actuación, pues tras cortar una oreja a Idiota, el toro de la ceremonia, consiguió las dos y el rabo del último ejemplar, ambos del hierro de Gerardo Ortega. El torero nacido en Santa Marina, actuó en Córdoba 8 tardes, lidiando 16 toros y cortando 13 orejas y 1 rabo.

Antonio José Galán. Foto Chapresto
Otro espada cordobés, Antonio José Galán, natural de Bujalance, cortaría los máximos trofeos a Madrileño, bravo ejemplar de la añorada y encastada ganadería cordobesa de don Francisco Martínez Benavides la tarde del 26 de mayo de 1973. El recordado diestro, célebre por rematar las faenas entrando a matar sin muleta o con un pañuelo, actuó en el nuevo coso 9 tardes, lidiando 19 toros a los que cortó 15 orejas y 1 rabo.

Paco Ojeda era el gran atractivo de la feria de 1983, pues se anunciaba dos tardes tras formar un lío y triunfar clamorosamente en la de abril de Sevilla, donde impresionó con su toreo revolucionario. El diestro de Sanlúcar de Barrameda lo expuso con claridad la tarde del 26 de mayo ante un bravo ejemplar de González Sánchez-Dalp, antes de pasear triunfalmente el ruedo con los máximos trofeos. El último revolucionario del toreo actuó como matador en el coso cordobés –también lo hizo como rejoneador-  en 13 corridas de toros, lidiando 27 toros con un balance de 9 orejas y 1 rabo.

Paco Ojeda. Madrid 1983, año de la revolución ojedista
Un día después, el 27 de mayo de 1983, Vicente Ruiz El Soro también cortaría los máximos trofeos a un ejemplar de la divisa de Puerta Hermanos. El valenciano, que forjó sus comienzos como novillero en la plaza cordobesa, donde gozó de gran predicamento por su espectacular forma de banderillear, actuó 6 tardes como matador, lidiando 12 toros y cortando 10 orejas y 1 rabo.

Tomás Campuzano cortó el penúltimo la tarde del 28 de mayo de 1986 a Balconero, de don Victorino Martín. Si inolvidables resultan los encierros lidiados en la década de los ochenta por el gran ganadero de Galapagar, no es menos memorable la faena del torero ecijano, en la que templó largos y ligados muletazos al encastado y noble albaserrada, al que estoqueó de forma soberana. Tomás actuó en la plaza de Ciudad Jardín 9 tardes, lidiando 19 toros con un balance de 12 orejas y 1 rabo.

Plaza de toros de Córdoba. Foto FIT
La nómina de los trece matadores de toros que han conseguido los máximos trofeos la cierra, de momento, José Antonio Morante Camacho, Morante de la Puebla, que el 1 de junio de 2013 recibió las dos orejas y el rabo de Guasón, de don Juan Pedro Domecq. El torero de La Puebla del Río ha sumado en Córdoba 17 corridas, lidiando 33 toros y cortando 13 orejas y 1 rabo.

1 comentario:

Luis Miguel López R. dijo...

Maravilla de blog, D. Antonio Luis. Sólo puedo quitarme el sombrero ante la labor que hace de difusión de la tauromaquia en general y de Córdoba y Manolete en particular.
La Córdoba taurina se debe sentir orgullosa y agradecida de que alguien como usted, se haya decido a hacer un blog con la categoría que Córdoba tiene y merece en la historia del toreo.
Para los que amamos la tauromaquia, leer su blog es una verdadera delicia.
Mucho ánimo en su labor.
Gracias D. Antonio Luis.
Un fuerte abrazo desde Toledo.