Por Barquerito
«Juan Ortega, el garbo grave del buen toreo». Foto Plaza1 |
Antes de asomar el sexto cobró cuerpo un palmeo por bulerías, que iba por Juan Ortega. Tardó en fijarse el toro, nunca llegó a hacerlo del todo y hasta terminó buscando tablas y a su aire. Pero no paró de moverse y de venirse franco cuando tomó engaño. Con ese toro tan distinto a los cinco jugados por delante Juan Ortega improvisó una faena de puro garbo, el garbo grave del buen toreo. Un toreo de una despaciosidad insuperable, la propia del tenido por toreo de compás. Lo hubo por las dos manos, en el medio perfil, tan distinguido, y hasta de frente. La sucesión fue caprichosa, ajena a los patrones preestablecidos. Molinete de apertura ligado con el de pecho a pies juntos, y el de pecho con el natural y este con el remate en recorte. Golpes de sorpresa, uno tras otro. Posado en todas las bazas el toreo sevillano, ni relamido ni envarado, pura melodía. Pero fue faena sin espada.
«Posado en todas las bazas del toreo sevillano, ni relamido ni envarado, pura melodía». Foto Plaza1 |
Madrid, 2 de octubre de 2021 (COLPISA, Barquerito).
Plaza de Las Ventas. 5ª del abono de otoño. Veranillo. 12.000 almas. No hay
billetes. Aforo reducido. Dos horas y veinte minutos de función. Cuatro toros -1º,3º,5º y 6º- de Domingo
Hernández (Concha Hernández) y dos -2º y 4º- de Garcigrande (Justo Hernández).
El Juli, una oreja y silencio. Emilio
de Justo, silencio tras un aviso y dos orejas. A hombros. Juan Ortega, silencio y saludos tras
aviso.
3 comentarios:
Muy buena crónica. Gracias, Antonio
Así lo vi yo
No necesita comentarios, sólo leerlo.
Gracias amigo Antonio, esto también demuestra tu sensibilidad al transmitírnoslo.
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