Nueva plaza de toros de Córdoba inaugurada en 1965. Foto Paco Muñoz |
Coso de "Los Tejares" de Córdoba. |
En 1964 se celebró la última temporada en la céntrica plaza de “Los Tejares”, siendo programadas dieciséis funciones: cuatro corridas de toros, seis novilladas picadas, cuatro sin caballos y dos festivales benéficos. Aquél año echaron el paseíllo en el histórico ruedo cordobés los matadores Miguel Báez “Litri”, Paco Camino, Manuel García “Palmeño”, Miguel Mateo “Miguelín”, Santiago Martín “El Viti”, Pedro Martínez “Pedrés”, José María Montilla, Manuel Benítez “El Cordobés”, Antonio Bienvenida, Gabriel de la Haba “Zurito” y Manuel Cano “El Pireo”, que tomó la última alternativa de las once otorgadas en aquel recinto, cerrando con su doctorado la nómina que encabezaba desde 1862 Antonio Carmona “El Gordito”, maestro del gran "Lagartijo" y creador del par al quiebro -suerte que algunos siguen denominando erróneamente como par al cambio-.
Coso de "Los Tejares", testigo fiel del Califato Taurino de Córdoba. |
La nueva plaza y sus aledaños en 1965. Foto Paco Muñoz |
El último cartel |
Para la entrañable e incómoda plaza de “Los Tejares” las
funciones taurinas terminaron el 18 de abril de 1965, fecha para la que se
programó una novillada picada con utreros de doña Enriqueta de la Cova, que fue lidiada por Agustín Castellano
“El Puri”, Antonio Sánchez Fuentes y José María Susoni.
Al caer la tarde, con los últimos ecos de clarines y timbales, la afición
miraba con tristeza como se cerraban para siempre las puertas de un coso lleno de
historia. En ese taurinísimo lugar, desde 1846 habían expresado su magisterio, entre otros grandiosos espadas,
toreros de la categoría de Rafael Molina “Lagartijo”, Rafael Guerra “Guerrita”, Rafael González “Machaquito”, José Gómez “Gallito”, Juan Belmonte, Manuel Jiménez “Chicuelo”, Manuel Rodríguez “Manolete” o Manuel Benítez “El
Cordobés”.
Plaza de toros de "Los Califas" de Córdoba |
Cartel de la inauguración de la plaza
|
Se lidiaron seis
toros de Herederos de don Carlos Núñez, por los matadores
cordobeses José María Montilla (blanco y plata), que cortó una
oreja al primero y dio la vuelta al ruedo en el cuarto; Manuel Benítez “El
Cordobés” (grana y oro), que cortó una oreja al segundo y obtuvo las dos y
el rabo del quinto; y Gabriel de la Haba “Zurito” (rosa y oro), que
cortó una oreja al tercero y las dos y el rabo al último de la tarde. La
corrida fue amenizada por la Banda Municipal de Música del Ayuntamiento de
Córdoba, y la recaudación fue a favor de la Asociación Española de Lucha contra
el Cáncer. El cartel fue obra del pintor y escritor cordobés Mariano Aguayo,
siendo editado por la Imprenta “La Verdad”.
Antes de la corrida, el alcalde de Córdoba, Antonio
Guzmán Reina, el picador José de la Haba Torreras “Zurito”, el
Presidente del Consejo de Administración de la Sociedad Propietaria de la
plaza, José Rodríguez Jiménez, y el Presidente del Círculo Taurino de
Córdoba, Carlos Valverde Castilla, esparcieron sobre el flamante
redondel arena de la plaza de “Los Tejares”, mientras que miembros del Club
Taurino Sevillano depositaron albero de la Real Maestranza de Sevilla. Indicar
a modo de anécdota que la corrida iba a ser televisada en diferido al día
siguiente por TVE, pero problemas de índole técnica lo impidieron.
Como apuntes históricos indicamos que el primer toro que
saltó al redondel atendía por Cartujano, estaba marcado con el número 40
y era negro zaino. El resto del encierro, según orden de lidia, atendía por Bailaor,
núm. 187, negro zaino; Recortito, núm. 125, negro bragado; Fogatero,
núm. 163, negro zaíno; Catavino, número 170, negro zaino; y Corredor,
núm. 181, negro zaino. El primer lance
de la tarde corrió a cargo del diestro José María Montilla, que sin
dejar salir a sus banderilleros a parar el toro, como entonces era habitual,
toreó por verónicas.
Precisamente fue Cartujano,
el toro de la inauguración, el primero que saltó al callejón. Tras su intento
de huida tomó tres varas, corriendo el primer puyazo a cargo del picador Francisco
Sánchez “Ventolera”. El primer par de banderillas lo arponó Cristóbal
Molina Alba “Minuto”, que previamente lo dedicó al público. El primer
brindis de un matador de toros corrió a cargo de José María Montilla y
fue para el público, correspondiendo al espada el honor de escuchar el primer
pasodoble que amenizaba una faena de muleta en la nueva plaza. El primer puntillazo lo instrumentó con éxito
José López Fuentes.
El primer matador en visitar la
enfermería fue Manuel Benítez “El Cordobés”, a quien Bailaor,
segundo de la tarde, le dio una cornada en la axila derecha que le impedía
continuar la lidia, pero el genio de Palma del Río, tras ser intervenido en la
enfermería, decidió volver al ruedo para lidiar al quinto, al que cortó las
orejas y el rabo. “El Cordobés” declinó salir a hombros por la puerta
grande al encontrarse herido. Tampoco lo hizo, por respeto a su compañero herido, en un gesto de torería Gabriel
de la Haba “Zurito”.
"El Cordobés". Foto Framar |
José María Montilla. Picadores: Francisco
Sánchez “Ventolera” y Andrés Garrido “El Gordo de Linares”.
Banderilleros: Cristóbal Molina Alba “Minuto”, Julián Álvarez
y Juan Márquez Sierra.
Manuel Benítez “El Cordobés”.
Picadores: Juan María García “Palero” y José Ramos, que
sustituía a Cristóbal Díaz “Ratón”. Banderilleros: Mariano Guerra,
Paco Ruiz y Pepín Garrido.
Gabriel de la Haba “Zurito”.
Picadores: Manuel Pérez y Rafael González Alcaide “El Pela”.
Banderilleros: Cristóbal Sánchez “El Niño del Brillante”, y sus
hermanos Manuel y Antonio de la Haba
Vargas.
Indicar que la plaza, obra del
arquitecto José Rebollo Dicenta, fue bendecida el día anterior a su
inauguración por Paulino Ortiz Molina, párroco de la Iglesia de Los
Olivos Borrachos, desencajonándose a continuación la corrida de toros. El
primer festejo fue presidido por José Ortega Pérez, Comisario del Cuerpo
Nacional de Policía, que estuvo asesorado por el veterinario Manuel Daimiel
Contreras y el banderillero Rafael Saco “Cantimplas”. Como Delegado
Gubernativo actuó Ángel García García.
Gabriel de la Haba "Zurito" |
Aforo de la plaza: En numerosos libros, revistas y
portales taurinos se ofrece un dato erróneo que para nada guarda relación con
la realidad, reproducido por el hecho de figurar así en la prestigiosa
enciclopedia “Los Toros”, de José María de Cossío, obra que lo data en
16.900 espectadores. Al parecer era la cifra prevista cuando el proyecto
arquitectónico contemplaba la mitad de vomitorios de los que definitivamente se
construyeron para lograr mejor accesibilidad y evacuación, modificación que
provocó que el aforo real fuera de 14.842 localidades, dato fidedigno que nos
facilitó el empresario cordobés Antonio Pérez-Barquero Herrera, extraordinario y meticuloso aficionado que se encargó personalmente de verificarlo.
Interior de la nueva plaza. Foto FIT |
Posteriormente, en el año 2003, el aforo volvió a
disminuir hasta las 14.621 localidades debido a las reformas que fueron
llevadas a cabo en el recinto, dato que nos fue confirmado por Tomás
González de Canales, entonces Presidente
del Consejo de Administración de la Sociedad Propietaria de la plaza.
Categoría de la plaza. También sobre este aspecto conviene
recordar que en mayo de 1965 el coso abrió sus puertas siendo de segunda categoría,
pero ese mismo mes fue clasificado como de primera por el Ministerio de la
Gobernación, en reconocimiento a la importancia de Córdoba en la historia del
toreo, calificación que fue comunicada mediante oficio al Gobierno Civil de
Córdoba. Como este ascenso no figuraba en el Reglamento Taurino de 1962, la nueva categoría no estuvo exenta de confusión entre aficionados y medios de comunicación especializados.
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