lunes, 9 de enero de 2023

LA VENTA DE VARGAS DE CÓRDOBA

 Por Francisco Bravo Antibón

Antigua "Venta de Vargas", situada en la Avenida del Brillante.

La entrañable Venta de Vargas cordobesa, fue fundada en 1916, cesando en la actividad hostelera dieciséis años después. Su fundador fue Federico Vargas Madero que falleció en agosto de 1931. Estaba situada frente a otra, conocida por la del Brillante, y ambas ubicadas en la avenida del mismo nombre. La de Vargas se encontraba a la derecha y frente al desvío que enfilaba para el Cañito de Bazán”. 

Pues bien, en ese lugar tan privilegiado de la sierra de Córdoba, el almeriense, afincado primero en Adamuz  y posteriormente en nuestra capital: Federico Vargas Madero, tuvo la feliz idea de montar una venta, para el esparcimiento festivo de cordobeses y foráneos.

Disponía de un amplio espacio destinado a terraza de verano y aparcamientos; así como de un operativo salón, escenario,  pista de baile, patio interior con montera acristalada, jardines y una coqueta placita para espectáculos taurinos. Acertó el propietario a lograr un ambiente especial, convirtiéndolo en un agradable lugar de encuentro.   

Placita de toros de la "Venta Vargas"

La Venta Vargascon aires alegres a la par que distinguidos, era el punto predilecto de muy buenos clientes. La frecuentaban visitantes procedentes de todos los puntos de España, solo por disfrutar unas horas en tan emblemático lugar de esparcimiento. Por allí pasaron toreros, flamencos, pintores y personajes variopintos, entre los que se cuenta con el recordado Pepe Marchena, que efectivamente visitaba asiduamente el establecimiento, unas veces contratado para cantar y otras para divertirse. También figuraban en la nómina de visitantes cantaores: Félix Gallardo, “Niño de la Magdalena”, “Niño de Azuaga” etc. y  el maestro Manuel Soto Loreto “Manuel Torre”. A propósito de este apunte, Rafael García Velasco narró en la revista Toreros de Córdoba, la siguiente anécdota:

…”Por la noche, en la Venta de Vargas, había algunas reuniones de fiesta, en una de las cuales cantaba el citado “Manuel Torre”. Pues bien, como él y sus amigos, habían estado en una pelea de gallos, el cantaor andaba algo afónico, por lo que el banderillero “Guerrilla”, con unas copitas de más, le espetó irónicamente “que si él era el famoso” Manuel Torre…  El cantaor guardó la censura, y tuvo la suerte de encontrarse en Madrid en un colmado, con “Guerrilla” y con el resto de la cuadrilla en la que iba enrolado. Se dirigió a él, y le recordó que le había criticado duramente en la Venta de Vargas, pero que si querían oírle cantar esa noche, tendrían que abonar cuatro mil reales. Efectivamente así fue, el maestro cantó como los ángeles y ellos disfrutaron de las excelencias de un cante puro y poderoso”.

Una de las bebidas preferidas de los clientes, era  el famoso “vargas”, consecuencia de una equilibrada mezcla de vino tinto con sifón, que formaba parte de los atractivos del popular rincón  y que denominaba una especialidad, con el apellido del propietario. Por cierto, que sobre esta denominación genérica, atribuida al establecimiento hostelero en cuestión, existe otra versión en la que se vincula la alianza de vino y sifón, al vino de valdepeñas con gas, o lo que es lo mismo: “valgas”… Sea como fuere, para nosotros, los “vargas”, antes y ahora, siguen siendo los populares de la venta cordobesa, que para eso tenían apellido propio…

En noviembre de 1927, contrajo matrimonio la hija de don Federico,  Dolores Vargas del Moral, con el torero cordobés Antonio de la Haba “Zurito. En el Diario Córdoba, figuraba detallado el evento, de cuyo texto, extraemos los renglones más significativos:  

        ECOS DE  SOCIEDAD –VIERNES 25 DE NOVIEMBRE -1927

…”Esta tarde, a las tres y media, contrajeron matrimonio en la iglesia de San Rafael”…

…”La feliz pareja fue apadrinada por el padre del novio, el célebre piquero: Manuel de la Haba Bejarano “Zurito” y por su hermana Rafaela”…

…”Testificaron el acta matrimonial: don Francisco Jaén, don Rafael Sanz, don Antonio Alarcón Zehedor, don Luis de Las Morenas, don Francisco Fernández Caparrós y don Antonio Alvear”…

…”Todos los invitados, después de la ceremonia, se dirigieron a la Venta de Vargas, propiedad del padre de la novia, donde fueron obsequiados con un espléndido lunch”… 

Los "Zurito": Gabriel de la Haba Vargas flanqueado por sus
 hermanos Antonio y Manolo. Foto José Luis Cuevas.

La descendencia del matrimonio fueron nueve hijos, tres de ellos toreros como el padre: Gabriel de la Haba -matador de toros-, y Antonio y Manuelnovilleros primero y excelentes banderilleros después, categoría en la que actuaron muchas temporadas, enrolados en prestigiosas cuadrillas.

La unión de Antonio de la Haba y Dolores Vargas, favoreció el hecho de que en los mismos terrenos del establecimiento de hostelería, se construyera una placita para espectáculos taurinos, que fue inaugurada el 25 de noviembre de 1929, con la actuación de los diestros: Cayetano Ordóñez Niño de la Palma”, Manuel Jiménez “Chicuelo” y Antonio de la Haba “Zurito”. 

Y teniendo la plaza, lo inmediato fue fundar la Escuela Taurina “Venta de Vargas, presidiéndola el hombre de negocios taurinos Enrique Piédrola y dirigiendo las clases prácticas naturalmente, Antonio de la Haba “Zurito”.

El domingo 18 de octubre de 1931 y en la mencionada placita, toreó “Manolete” una becerra de Flores Albarrán, junto a Esteban Romero “Chocolate”. El joven figuraba en el cartel así: Manuel Rodríguez (Manolete hijo). Esa fue una de las primeras tardes como becerrista, del que, pasado el tiempo, se convertiría, nada más y nada menos, que en el cuarto califa del toreo cordobés y uno de los mitos de la historia de la tauromaquia. 

Por cierto que siguiendo con el tema taurino, Antonio Vargas del Moral, hijo de Federico, casó con la hermana de “Manolete”: Angustias Molina Sánchez, de cuya unión nacieron DoloresEncarna y Rafaela, quienes prácticamente se criaron con la abuela, doña Angustias al fallecer relativamente joven su yerno Antonio.    

Dos años después, cerrada ya la singular Venta de Vargasel primer negocio que utilizó el edificio fue una panadería, cuyo anuncio publicitario en “Córdoba Gráfica” del año 1933, daba cuenta de la situación y de sus  productos: 

PANADERÍA DE SAN MIGUEL

-  FRANCISCO MOLLEJA CANTERO  -

Situada en la antigua Venta de Vargas

(CARRETERA DEL BRILLANTE)

Establecimiento de Comestibles Finos y Bebidas

SERVICIO A DOMICILIO -- TELÉFONO :  336

De esta forma, el entrañable rincón cedía protagonismo a otras actividades, tras cumplir una etapa, y pasaba a formar parte de la historia popular de Córdoba.      

4 comentarios:

Andrés Osado dijo...

Siempre está en tu ánimo el sorprendernos con algo, ya sea nuevo o como, en este caso, removido de entre el esportón de los recuerdos. Muchas gracias amigo Antonio.
Que este año, recién estrenado, siga siendo tan prolífico, o más, que el anterior. Esperamos tus enseñanzas.
Un abrazo amigo Antonio.

Manolo Ortas. dijo...

Una suerte el poder leeros a los dos, Antonio Luis Aguilera y Andrés Osado, he tenido la suerte de conoceros en persona y trabajar con vosotros y he de decir que ha sido todo un placer. He investigado mucho el tema del "Vargas" y es exactamente como lo describe Antonio Aguilera, es un claro ejemplo del fenómeno de ultracorrección histórica, como olvidamos el origen del término ("Vargas" en este caso) procedemos a inventarnos la explicación más probable y ahí llegamos al "Valgas", cuando aquí nunca se ha pronunciado así, ni el vino era siempre de Valdepeñas. Es totalmente cierto lo que cuenta Antonio Aguilera en este espléndido artículo, Federico Vargas Madero (o Mahedero según otras fuentes) inventó el hecho de en los meses de la terrible canícula cordobesa, echarle sifón al vino tinto para refrescarlo en su Venta, y así la gente pedía: "Vargas, ponme un vino de los tuyos", " Federico, ponme un Vargas", etc. Más tarde, el sifón se fue cambiando por la gaseosa hasta llegar a nuestros días.
Fenómenos como éste, de ultracorrección histórica se repiten de forma constante, baste citar el célebre caso de los chistes de Lepe, que no, no proceden de la localidad de Huelva del mismo nombre. A finales del siglo XIX nacía en Madrid José Álvarez Jáudenes, actor, cómico y payaso, de nombre artístico "Lepe", actuó durante la primera mitad del siglo XX en los principales teatros y revistas de Madrid, dónde después de una actuación suya no era infrecuente el oir la frase "¿Has oído el último chiste de Lepe?", así se asoció el tema de los chistes al nombre de Lepe. Una vez retirado Lepe, y tras su fallecimiento el personaje cae en el olvido, pero la asociación "Lepe-Chistes", permanece en el imaginario popular, y como no se sabe o se desconoce la raíz del nombre, se inventa, en Huelva está la localidad de Lepe, pues allí se la atribuímos y los leperos, antes molestos por ser objeto de los chistes, luego lo aceptan de buen grado porque sitúan a su pueblo en el mapa. Otro evidente fenómeno de ultracorrección histórica, como el del "Vargas", pero hay que ser justos y dar a cada uno lo suyo, a Don Federico su "Vargas" y a Don José Álvarez "Lepe" sus chistes.

Anónimo dijo...

Magnífico trabajo. Aunque ya conocía algo de ello. Suerte en este venturoso año 2023

A.Estevez dijo...

Estimado Antonio Luis, leerte cada entrada en tu magnífico blog es una fuente cristalina de información que nos hace más sabios con respecto a nuestra historia, costumbres y anécdotas. Que el 2023 nos traiga salud, trabajo y amor. Un abrazo enorme.

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