viernes, 22 de diciembre de 2023

FELIZ NAVIDAD Y TORERÍSIMO AÑO 2024

Por Antonio Luis Aguilera


 Santander. Foto Arjona-Lances de Futuro

Afortunadamente hay toreros excepcionales, capaces de esculpir en el ruedo imágenes vivas expresando las normas del arte de lidiar ante un animal bravo e imprevisible. Genios que se ponen delante del toro para quedarse y aguantar quietos la embestida, que eso es parar; para engancharla y llevarla cosida en los vuelos de la tela, aminorando la violencia inicial del empuje con un sometimiento de terciopelo, que eso es templar; para acompañar con la cintura el viaje hacia atrás y hacia adentro, hasta donde acaba el recorrido del brazo, dejando al toro colocado para el siguiente pase con un tenue toque de muñeca, que eso es mandar; para alternar los terrenos de afuera y adentro con un trozo de tela que lleva y trae encadenando los pases, que eso es ligar. Para jugarse la vida en un delicado equilibrio de piernas,  brazos y muñecas, que eso es el toreo.


Valladolid. Foto ABC Fernando Blanco


Sin levantar la voz, susurrando el toreo, acariciando las embestidas con engaños de seda guiados por las yemas de los dedos, para contagiar a quienes se sientan en los tendidos del sentimiento más místico y auténtico del arte de jugarse la vida. No hay nada más verdadero que el valor de quien relaja todo su cuerpo para crear una obra que estremece por su pureza y maravillosa belleza.

Madrid. Foto Plaza1

Con estas preciosas fotografías a modo de postales navideñas deseamos a los lectores de este blog una feliz Navidad y un torerísimo 2024. Lo hacemos admirando la belleza excepcional del toreo de Juan Ortega, que habla en el ruedo como muy pocos pueden hacerlo. ¡Mucha suerte para todos!


martes, 19 de diciembre de 2023

LA HISTORIA DEL ZURITO: RAÍCES ANDALUZAS Y SELLO “TXIKITERO”

Por Antton Iparraguirre

Peña Zurito en Gaztelubide (Donostia) con el torero Gabriel
de la Haba, abajo en el centro. Fotografía Kutxa Fototeka. 

Como continuación a la entrada de Francisco Bravo Antibón, que hablaba del origen y componentes de la cordobesa dinastía de los «Zurito», nos parece interesante reproducir la curiosa historia cervecera vinculada al famoso apodo de esta saga taurina. 

La escribió Antton Iparraguirre en el artículo «La historia del zurito: raíces andaluzas y sello “txikitero”», y fue publicada en el «Diario Vasco» de San Sebastián, el 26 de abril de 2018.

 

«¿Quién no ha tenido una urgencia fisiológica y ha entrado en un bar para ir al baño? ¿Pero qué pides cuando en realidad no te apetece tomar nada y tienes prisa? Pues muchos un zurito, ya que se sirve y se consume con rapidez. Además, es barato y el barero no te puede mirar mal. No utilizas su servicio por la cara.

Muchos creen que “zurito” es una palabra auténticamente vasca. Tal vez se basen en que no aparece en el diccionario de la Real Academia Española, pero sí en el de Elhuyar, que lo define como «medio vaso de cerveza». Lo cierto es que nació en la Parte Vieja donostiarra en la década de los 60, gracias a un “txikitero” que se pasó del oscuro  vino tinto a la bebida de color ambarino, y a un conocido barero, pero que tiene también una raíz andaluza.

Hace seis décadas el “txikiteo” vivía su particular edad de oro. Miles de cuadrillas de jóvenes y adultos cumplían, casi como una procesión religiosa, la tradición de tomar a diario una cadena de vasos pequeños de vino en bares concretos de una zona limitada. Era ir de “txikitos”, nombre surgido porque un vino costaba una perra chica. Podía ser al mediodía o después de finalizar la jornada laboral, entre las 19.30 y las 21. 00 horas. Incluso en ambos periodos del día. Cada grupo -ahora se diría “manada”- era inconfundible para el resto, raras veces se mezclaban y las razones que unía a sus miembros eran de las más variopintas. Todos se arrimaban a una barra de bar que normalmente solía estar a la izquierda y era muy larga para que cupiesen cuantos más “txikiteros” mejor.

Patxi Alkorta. Foto Kutxa Fototeka y DV.


Pero no a todos los miembros de una cuadrilla les gustaba el vino tinto peleón o el más suave clarete navarro. Ambos caldos estaban bien para el bolsillo, pero no para el paladar. Siempre había alguna “oveja negra” que se salía del rebaño y se decantaba más por la dorada cerveza. El vermú era caro y cabezón si se abusaba. Por eso, se tomaba principalmente los domingos con un aperitivo y en familia, no con la cuadrilla. El “marianito”, que llegaría desde Vitoria, todavía no se había popularizado en Gipuzkoa y tampoco es beneficioso en un poteo masivo.

Pero, como hacían los “txikiteros”, no hay que desviarse de la ruta marcada. Estamos hablando del origen del zurito, que en muchas zonas del Estado se conoce como “corto de cerveza” y en Aragón “penalti”. Pues bien, la primera pista se remonta un joven y prometedor torero cordobés llamado Gabriel de la Haba. El tercer miembro de la ya entonces conocida dinastía de los Zuritos nació en 1945 y tomó la alternativa en 1964 en Valencia. Toreo en San Sebastián, donde existía una gran afición taurina que tenía como “catedral” la plaza de El Chofre. Fue tal su éxito que, en su honor, se fundó en la Parte Vieja de San Sebastián la Peña Zurito. Su sede estaba en el bar Loretxu, sito en la populosa calle Fermín Calbetón. En 1965 llegó a contar con 54 miembros,  una cifra nada desdeñable en la época. Entre sus fundadores se encontraban conocidos “txikiteros” como los cuatro hermanos Subijana, Hilario Olasagasti y Periko Sagarzazu. Pero uno de sus “alma máter” pasaría a ser Patxi Alkorta, dueño de la taberna Irutxulo, ubicada en la calle Puerto, junto a Portaletas. Fue, además, el pionero en el lanzamiento de los cohetes en el campo de fútbol de Atotxa, dos cuando la Real Sociedad metía gol y uno cuando lo hacía el equipo rival. Por la barra de su establecimiento pasaron los más importantes deportistas que llegaban a San Sebastián. Desde atletas, ciclistas, futbolistas… a músicos, actores, médicos y turistas.  El Irutxulo era un punto obligado para los visitantes ilustres, y todos recibían una de las típicas txapelas que Patxi Alkorta supo llevar por el mundo entero.

Carlos Pérez Garrido. Foto Kutxa Fototeka y DV


Otro nombre propio de gran importancia en esta historia es su amigo y cliente del bar Carlos Pérez Garrido, que falleció el pasado 23 de febrero a los 80 años de edad. Cuando comenzó a “txikitear” con su cuadrilla hubo un momento en el que, según reconoció, se hartó del vino peleón, por lo que se decantó por pedir cerveza en los bares. Esto no impedía que se le considerará un “txikitero” más en la cuadrilla. El poteo, en el que cada uno pagaba una ronda en un bar distinto. Siempre había un gorrón que tenía “alergia” a la barra y entraba el último en el local para no pagar, o se iba a casa cuando le tocaba invitar al resto. Las cuadrillas recorrían los emblemáticos Irutxulo, Loretxu, Arzak, Astelena, Aralar, Txukun, Patxiku Kintana… y otros muchos establecimientos frecuentados por grupos diferenciados que pululaban por la angosta Parte Vieja donostiarra. A veces a sus calles se las conocía más por el nombre de un bar que por el personaje, lugar o hecho histórico al que estaba dedicada. Se hablaba de deportes, toros o música en voz alta, y de política de conflictos laborales en un susurro para no tener problemas con las autoridades.

Lo malo para Carlos Pérez Garrido es que en los 60 todavía no habían llegado a las barras de los bares donostiarras los resplandecientes cañeros. Para no quedar retrasado ante el “txikito” que se tomaba en dos sorbos, pedía medio botellín -lo llamaba “un mini”-  y se tomaba el resto en la segunda vuelta a ese mismo bar. Su idea tuvo cada vez más adeptos entre los “parroquianos” de Lo Viejo, y con el tiempo se puso de moda. Además, como era miembro de la ya mencionada Peña Taurina Zurito, Carlos Pérez Garrido comenzó a ser conocido con el alias de “Zurito”. Esto último podría explicar porque algunos lo consideran el “padre” del corto de cerveza “a la vasca”. Pero la historia sobre la paternidad de la ambarina bebida de cebada no termina ahí. Hay otra teoría, que para muchos es la más fiable.

Se dice que nombrar “zurito” a esta forma de tirar cerveza en un vaso de txikito se le ocurrió a otro miembro de la peña taurina. El ya mencionado Patxi Alcorta, que servía a los “minis” más auténticos en su bar Irutxulo. Al parecer, en pleno poteo alguien exclamó: ¡Qué pena que no tengamos un nombre para esto! A lo que, según esta hipótesis, Patxi, que ya despuntaba por su rápido ingenio, respondió: «Oye ¿no tenemos una Peña Zurito? Pues lo llamamos así».

La historia oral también cuenta que los distintos miembros de la dinastía de los Zuritos cuando toreaban en San Sebastián pedían en los bares de la Parte Vieja un corto de cerveza, y que ésa es la raíz de todo. Esta versión no cuenta con muchos adeptos.

La conclusión tal vez más plausible sería que Carlos Pérez Garrido fue el inventor del zurito y Patxi Alcorta el que le puso el nombre.

Seguro que este último, que falleció en 1975, nunca pensó que el zurito llegaría imponerse al “txikito”.

Un bar de la Parte Vieja donostiarra en los años 60. Foto Kutxa Fototeka

Los “txikiteros” son casi historia. Una especie en vías de extinción. Ya nadie se acuerda de que hasta se hacía huelga cada vez que se subió el precio del vaso de vino. En 1969 fue polémico  que pasara de costar 70 céntimos a 1 peseta. Los bareros alegaron que era un incordio para ellos devolver tres perras gordas o seis perras chicas. Para calmar los ánimos prometieron «echaremos algo más de líquido en el vaso».

Precisamente el declive comenzó a principios de los 70, y una de las razones se encuentra en que el precio fue subiendo paulatinamente.   

Es significativo que el propio Carlos Pérez Garrido tuvo que potear en solitario durante sus últimos años, ya que todos sus amigos habían fallecido. Se suele decir que el hígado pasó factura los “txikiteros” y ahora son una especie en extinción. Muchos médicos prohibían a sus pacientes el “txikiteo” cuando confesaban que podían tomar entre 24 o 28 vinos  al mediodía y otros tantos al anochecer. ¿Te imaginas qué gasto supondría hoy en día si se multiplica por 30 días? Nada tiene que ver el valor que tenía en la década de los 60 la perra chica, moneda que dio lugar a la denominación de “txikito”, con el del euro más de medio siglo después.

Vaso del antiguo "txikito" y "zurito" de cerveza,
con más de su mitad inferior rellena de vidrio.

El vino “peleón”, de color oscuro, rudo y de alto octanaje, ha sido reemplazado por bareros y clientes en favor del caldo “de año”, más de color burdeos y suave al paladar. El tradicional vaso del “txikito” -y en los inicios del zurito- estaba más de su mitad inferior rellena de vidrio. El vino se depositaba en la parte superior, que tenía capacidad para 70 cl, y su diámetro era de 60 mm. Ya no se ven en las barras. Han sido sustituidos por cristalinas y esbeltas copas altas. Además, hay tal variedad de botellas que uno ya no sabe ni por cuál decantarse. Los amantes del vino siempre han dicho que no hay ninguno malo. «Hay bueno, muy bueno y excelente, proclaman».

Pero el “corto” de bebida ambarina no ha sabido crear aquel ambiente aglutinador y festivo que se vivía en los bares hace medio siglo gracias a las cuadrillas de “txikiteros”. Hay que decir, además, que no todos eran hombres con tripa, vestidos con camisa de cuadros y txapela»

martes, 12 de diciembre de 2023

LA DINASTÍA CORDOBESA DE LOS "ZURITO"

Por Francisco Bravo Antibón

Dinastía torera de los "Zurito"

En lo taurino, la columna vertebral de los “Zurito” parte del señor Manuel, que inició el camino profesional de esta dinastía que llega hasta Paco de la Haba Rodríguez, que ha sido el último, de momento, que ha representado con dignidad tan prestigioso apodo.

MANUEL DE LA HABA BEJARANO "ZURITO"

Manuel de la Haba Bejarano, "el señor Manuel"

Nació en Córdoba el 6 de octubre de 1868, hijo de José de la Haba que ejercía como mayoral, en la vacada del ganadero cordobés Rafael José Barbero y Blancas. Precisamente, tan cercana dedicación facilitó que el joven Manuel entrara en contacto con cierta facilidad en el mundillo taurino. Si bien el señor José no fue lo que en principio pretendió para su hijo, pues pensaba que lo mejor era alejarlo del entorno del toro y que aprendiera una profesión más segura que la de los toros. Probó suerte en las varias opciones de los trabajos relacionados con la fragua, hasta que definitivamente dejó esta posibilidad de trabajo y entró de lleno en la otra probabilidad laboral, la que desde pequeño le había entusiasmado: quería ser torero. Antes de olvidarnos de la mencionada profesión, viene al caso contar que un día ser acercó tanto a la fragua para comprobar una pieza que estaba manipulando que se quemó las cejas, circunstancia que propició que se le señalara una zona circular blanquecina, y como además sus ojos eran oscuros, pues el chaval cuando miraba a los compañeros fijaba la vista como un palomo zurito. Esa simpleza origina la utilización del apodo “Zurito”, que felizmente han conservado sus descendientes.

En sus primeros movimientos, alternó el oficio de forjador con los toros, probándose en primer lugar como novillero, pero dado que sus actuaciones no pasaron de discretas, aunque sí demostró ser un estupendo jinete, se incorporó por tanto de lleno al tema taurino, pero naturalmente dentro de lo que mejor se le daba, es decir como varilarguero.

El "señor Manuel" picando con decisión, valor y eficacia

Como tal se presentó en la plaza de "Los Tejares" de Córdoba el 25 de julio de 1884. Empieza a sumar actuaciones y éxitos, lo que posibilita que José Rodríguez "Bebe Chico" le ofrezca el primer contrato fijo y con él se presenta en Madrid el 28 de agosto de 1892. En la siguiente temporada figura en las filas de Antonio Fuentes y finalizada esta lo reclama "Guerrita", con el que permanece hasta la retirada del segundo califa en 1899.

Trabaja con José García Rodríguez "Algabeño" la temporada de 1900 y en la cuadrilla del cordobés Antonio de Dios "Conejito" en 1901.

A partir de esta etapa, digamos que él mismo dirigió su carrera de la forma que más le convenía. Picó por ejemplo enrolado en la cuadrilla de "Machaquito". También picó a las órdenes de "Manolete -el Sagañón-" en las temporadas 1912-1913. En 1914 se agrupa con los hombres de "Curro Posada".

También tenemos anotadas actuaciones, acompañando a Rafael Gómez "El Gallo" y a "Joselito de Málaga". Colgó la pica en 1926. Diez años después fallecía (16-7-1936) en Córdoba.

De sus hijos siguieron su camino José y Francisco, y Antonio escogió realizarse como torero a pie, lo que culminó doctorándose en el coso de Gandía (Valencia) el 26 de octubre de 1924.

JOSÉ DE LA HABA TORRERAS "ZURITO"

José de la Haba Torreras

Digno continuador de la dinastía iniciada por su padre. Nació el 10 de abril de 1898 en Córdoba, entre capotes de brega y creció en el ambiente y aroma de toreros y picadores. Este paisaje y forma de vida hizo que con apenas quince años, ya asombraba por su destreza en la monta de caballos, incluso siendo tan joven se probó en alguna tienta echando el palo.

Recién cumplidos los dieciséis, picó por primera vez en un coso con público, exactamente en la sevillana localidad de Osuna.

Simultaneó esta afición y tradición familiar con un empleo en el sector de la ferretería, que más tarde cambió por la gestión y atención de una carnicería, hasta que definitivamente se centró por convicción y vocación en la profesión de varilarguero como su padre. Después de Osuna (Sevilla), se presentó en Córdoba acompañando a su hermano Antonio.

Iba acumulando prestigio como picador eficaz y elegante en la realización de la suerte, lo que le llevó a formar parte de cuadrillas importantes, como las de Juan Belmonte (1926-27); Manuel Jiménez "Chicuelo" (1928 y 1929); Joaquín Rodríguez "Cagancho" (1930 a 1933); Rafael Gómez "El Gallo" (1934), y 1935-1936 se ajustó con Ventura Núñez "Venturita". Finalizada la guerra civil vuelve de nuevo a la carga, y lo encontramos relacionado por libre con muchos matadores señeros, tales como: "Bienvenida", "Curro Caro", Jaime Noaín, Rafael Albaicín, Vicente Barrera, Eduardo Liceaga, Rafael Soria "Lagartijo", Manuel Calero "Calerito", Alfonso González "Chiquilín", Julio Aparicio, Manolo de la Haba, etc. Una extensa nómina de diestros que culminó cuando anunció su retirada para el 1º de enero de 1959.

De entre las muchas tardes que hubo de saludar castoreño en mano, hay una que sobresale y que destaca en la historia taurina cordobesa. Sucedió en el coso de "Los Tejares" la tarde del día 16 de diciembre de 1945. Picó de forma excepcional al toro Bailaor de la ganadería de Manuel Guerrero Palacios; hasta tal punto que al término de los tres puyazos que recibió el animal, el público le obligó a saludar, y además, cuando "Curro Caro" estoqueó a Bailaor, José de la Haba tuvo que dar la vuelta al ruedo muy emocionado, saludando y devolviendo prendas. En el cartel figuraban junto a "Curro Caro", "Carnicerito de México" y Julián Marín.

La despedida (1-1-1959) fue en el antiguo coso cordobés, aprovechando el festival entonces denominado Campaña Pro-Navidad e Invierno. Salieron al ruedo seis ejemplares del hierro de Rafael Espinosa de los Monteros, para los matadores: Antonio González, Manuel Sánchez Saco, Rafael Gago, Antonio Sánchez Fuentes, José María Montilla y Enrique Vega. El veterano picador estuvo colosal, teniendo en cuenta que se cumplían cuarenta y cinco años de su primera y juvenil intervención como varilarguero. Al término de la actuación recorrió el anillo acompañado por José María Montilla, que le había brindado su novillo. Brindis que se producía por dos motivos: el primero la despedida del maestro y el segundo porque el diestro hacía su presentación con caballos.

El 9 de mayo de 1965 tuvo el privilegio de recibir una arqueta con arena del viejo coso de "Los Tejares", para depositarla en el nuevo piso de "Los Califas". Falleció el 10 de febrero de 1977.

ANTONIO DE LA HABA TORRERAS "ZURITO"

Antonio de la Haba Torreras

Fue el sexto hijo del señor Manuel. Nació en Córdoba el 15 de noviembre de 1901.

En 1915 mató su primera becerra en Córdoba, alternando con "El Melonero" y "Verdades". A partir de aquí continuó aprendiendo y toreando en tientas y novilladas menores, hasta su presentación en "Los Tejares" vestido de luces junto a Manuel Martínez "Viruta" y Francisco Bejarano "Torerito", lidiando reses de Velasco Zapata. Poco después se presentó también en el mismo coso con picadores, alternando con Marcial y Pablo Lalanda y ganado de García Pedrajas. Antes de su presentación torea dos tardes seguidas en "Los Tejares", el 28 de mayo junto a "Algabeño" y novillos de Surga, y el 29 en un mano a mano con "Algabeño" y reses de García Pedrajas. Hace el paseíllo en la capital del reino el 25 de agosto de 1922 con "Andaluz" y Fuentes Bejarano, lidiándose novillos de Revello.

A partir precisamente de esta temporada, es cuando su carrera se afianza alternando con las figuras más prestigiosas. Para la temporada en cuestión tenía ajustadas cuarenta tardes, cifra que le fue imposible cumplir, por una cornada que le infirió un novillo en Jerez de la Frontera el 17 de septiembre, circunstancia por las que perdió 16 novilladas. El 26 de octubre de 1924 toma la alternativa en Gandía (Valencia) de manos de Manolo Martínez y de testigo Manuel Báez "Litri". Toros del hierro de Herederos de Vicente Martínez. Junto con su hijo Gabriel fueron los dos únicos matadores de toros de la dinastía.

Alternativa de Antonio de la Haba Torreras

Confirma el doctorado el 14 de junio de 1925, actuando de padrino Emilio Méndez y testigo Juan Anlló y Orrio "Nacional II". El toro de la ceremonia se llamó Corchero de la ganadería de Matías Sánchez.

La temporada siguiente sumó veintisiete corridas, cifra que pudo ser más alta, pero un ejemplar de Murube le enganchó el 7 de marzo en Castellón lo que le fastidió varios contratos.

En 1928 sufre un cuadro de disnea, siendo rara la tarde que no pasaba por la enfermería para atenuar su dificultad respiratoria. Consecuentemente bajó ostensiblemente el número de actuaciones, hasta llegar a 1930 en la que hizo el paseíllo sólo dos tardes.

En 1931 renuncia al doctorado e inicia de nuevo el camino como novillero.

Decepcionado del segundo intento, prueba fortuna como subalterno a partir de 1937, y sin emplearse de forma fija con ningún diestro, alterna con los hombres del rejoneador Antonio Cañero y esporádicamente torea con Marcial Lalanda, "Morenito de Valencia", "Manolete", Pepe Luís Vázquez y algunos diestros más.

El domingo de Resurrección de 1943 torea en Córdoba junto a Miguel del Pino. No tuvo la fortuna de su lado, un novillo de García Pedrajas le infiere una cornada que le hace retirarse de la práctica taurina y así lo decide de forma definitiva en 1944.

El pundonoroso torero cordobés fallecía en la ciudad que le vio nacer, el 28 de enero de 1965.

FRANCISCO DE LA HABA TORRERAS "ZURITO CHICO"

Francisco de la Haba Torreras en el lecho del dolor

Fue el benjamín de los nueve hermanos y cuarto varón de la dinastía. También nacido en la tierra de los califas, el 5 de octubre de 1905.

Francisco de la Haba ha pasado a la historia taurina como un buen varilarguero, que paseó dignamente el apodo "Zurito". Su carrera resultó más corta que la de sus hermanos, debido a un percance que sufrió en la Maestranza sevillana.

Inició la trayectoria probándose como novillero, pero ni le convenció ni resultó ser la mejor elección. Abandonó pronto la inclinación de ser torero de capote y muleta y se montó en lo que mejor conocía, en el caballo… preparándose concienzudamente para ser alguien como varilarguero, habilidad en la que triunfó como era de esperar.

La carrera de piquero la inició en Cabra (Córdoba) el 8 de abril de 1928. El 22 del mismo mes actuó en Andújar (Jaén) con superior éxito en ambas, hasta el punto de que le salieron veinte tardes más, que le supuso una inyección de moral y de enseñanza práctica.

En 1929 entró a formar parte de la cuadrilla de Manuel Molina "Atarfeño". Al llegar el invierno su hermano Antonio se lo llevó para cubrir los contratos firmados en América. Y en 1930 requirió sus servicios y buen hacer Lorenzo Garza, con el que estuvo hasta su incorporación al equipo de José Vera "Niño del Barrio". Posteriormente estuvo con "Palmeño", y finalmente quedó integrado en las huestes de  Manuel Rodríguez "Manolete", entonces novillero, con el que estuvo fijo durante cinco novilladas y la alternativa en Sevilla. Precisamente esa tarde significó un antes y un después en la trayectoria de Francisco, pues picó al segundo toro del doctorado, un animal bronco que se dolía con el palo, y que propició las tres caídas aparatosas que sufrió el picador cordobés; caídas que le ocasionaron a la larga un daño físico irreparable. No obstante, a pesar del grave inconveniente que suponía picar, lo volvió a hacer en Sevilla.

Como resultado de accidente, estuvo diez años sufriendo las consecuencias, tres de los cuales los pasó postrado, hasta que en plena juventud dejó de existir el 8 de noviembre de 1949, con tan solo 44 años de edad.

ANTONIO DE LA HABA VARGAS "ZURITO"

Antonio de la Haba Vargas. Foto JL Cuevas

Hijo de Antonio de la Haba Torreras, nace el 28 de junio de 1931 asimismo en Córdoba.

Asiste como alumno de la Escuela Taurina que a la sazón la dirigía su padre, -según nos ilustra José María Portillo-. Se inicia como novillero en Bujalance con 18 años, lo que indica claramente que no fue muy precoz en esto del toro. El resultado artístico fue esperanzador, por lo que llegó a torear una setenta tardes. En general sus actuaciones siempre fueron dignas, eso sin duda, pero no lo suficientemente impactantes como para sobresalir y arrastrar a la afición.

Antonio de la Haba en la Plaza de la Lagunilla. Foto JL Cuevas

Decide pasar al escalafón de subalternos, alternando en primer lugar en la cuadrilla de Pepe Quesada, después se enroló en la de Miguel Montenegro, a continuación lo hace acompañando a Alfonso González Olmo "Chiquilín", José María Montilla, "El Cordobés" y otros, hasta que finalmente junto a Manolo de la Haba, recala en la cuadrilla de su hermano Gabriel, con el que cubre casi toda su trayectoria taurina.

Javier Hurtado ("Tendido Cero") y Pepe Toscano, hicieron un reportaje en la casa de paso que se encuentra en la Plaza de la Lagunilla, junto a la casa que nació "Manolete", siendo invitado Antonio de la Haba.

Pepe Toscano, Antonio de la Haba y Javier Hurtado. Foto Cuevas
Javier Hurtados y Antonio dela Haba

Antonio de la Haba se retiró del toreo activo en Sevilla, el día 12 de octubre de 1 967.

Falleció en Córdoba el día 21 de julio de 2023.

MANUEL DE LA HABA VARGAS "ZURITO"

Manuel de la Haba Vargas

Hermano del anterior y segundo hijo torero de Antonio de la Haba. Manolo nace el 16 de junio de 1934. Cordobés como sus hermanos. Tras el oportuno aprendizaje en tientas, torea en varios festejos –temporada de 1952- como novillero, calando por su empaque y buen hacer. En 1953 se presenta con picadores el 14 de mayo en Montoro (Córdoba), en una novillada patrocinada por los Antiguos Alumnos del Colegio Maristas. En el cartel le acompañaron Ángel Martorell y Manuel Benayas quien también se presentaba con caballos. Los novillos lidiados fueron tres del hierro de Calderón y tres de Manolo González. El 29 de julio de ese mismo año, hace el paseíllo en Córdoba lidiando novillos de Marceliano Rodríguez junto a Pepe Ordóñez y Antonio Vázquez.

Antonio, Gabriel  y Manolo, en un homenaje en el Castoreño,

En la temporada de 1954 alternó en cinco ocasiones y tres en 1955. Toma la decisión de cambiar la seda por el percal, categoría en la que triunfa, destapándose como un eficaz y garboso peón de lidia. Su trayectoria comienza un 18 de julio de 1959 y la cierra el 7 de octubre de 1978. En este periodo acompañó a los matadores que siguen:   Manuel Benítez   "El Cordobés" , José María Montilla, a su hermano Gabriel, José Fuentes, Jaime González "El Puno", Pedro Gutiérrez Moya "Niño de la Capea", Agustín Parra Vargas"Parrita" y Manuel Rodríguez "El Mangui".

GABRIEL DE LA HABA VARGAS "ZURITO"

Gabriel de la Haba Vargas

Hermano de Antonio y Manuel de la Haba, nace el 14 de septiembre de 1945 en el barrio de Santa Marina de nuestra Córdoba.

Con apenas 13 años lidió en Ronda una becerrada acompañado de Juan Jiménez y "El Puri". Por cierto que este festejo lo organizó el tío de Agustín, lo que dio pie a que en adelante, torearan juntos Gabriel y "El Puri" muchísimas tardes. En concreto, la temporada de 1960 sumó "Zurito" emparejado con Agustín veinte tardes y cuarenta en la siguiente.

"Zurito" y "El Puri"

Con paso firme en 1963 se encaramó al primer puesto del escalafón, figurando en 85 carteles, que pudieron ser 113 si tres inoportunas cogidas no lo hubieran impedido. Lo acompañaban en la cuadrilla sus hermanos Antonio y Manuel, y Cristóbal Sánchez Contreras “El Niño del Brillante”. Lo apoderaba Rafael Enríquez Piédrola y le auxiliaba Antonio Mata.

Esta temporada hizo su primer doblete: toreó el día 7 de abril en Barcelona a las doce de la mañana y por la tarde actuó a las cinco en Valencia, circunstancia que le sugirió el empresario catalán Pedro Balañá, quién tenía un marcado interés en que repitiera en Barcelona, tras el resonante triunfo de Gabriel el anterior 24 de marzo. Para llevar a cabo las actuaciones, Balañá fletó un avión para el torero, la cuadrilla y el fotógrafo Carretero.

Gabriel de la Haba "Zurito" entre Diego Puerta y Rafael Peralta, y Jaime Ostos Plaza de Toros de Albacete, feria del año 1964

El resultado artístico fue: dos orejas en la Monumental barcelonesa y otros dos apéndices en Valencia donde alternó con "El Cordobés" y Paco Pastor.

El 27 y el 30 de mayo lo vemos en Córdoba con resultado positivo al que ya nos tiene acostumbrados. Repite el 27 de septiembre.

En este mismo mes pero el día 7 realiza otra jornada doble: por la tarde en Aranjuez junto al "Pireo" y José Fuentes, y por la noche en Málaga acompañado por "El Jerezano" y de nuevo Manuel Cano "El Pireo".

Manolo de la Haba, Matías Prats, Cristóbal Sánchez Contreras, Salvador                                                                         Sánchez Marruedo "El Pipo"........

Dentro de la vorágine de contratos, figura la presentación en la Monumental madrileña, el 25 de septiembre acartelado con "El Jerezano" y "El Puri". Repitió el 26, cortándole una oreja al primero de Núñez.

Continúan los éxitos y decide tomar la alternativa en Valencia, el 24 de mayo del 64 de manos de Miguel Báez "Litri" y testigo Joselito Huerta. El toro de la ceremonia se llamó Repollito de Manuel Arranz. Los tres espadas salieron por la puerta grande.

Homenaje a Gabriel de la Haba en el Castoreño, acompañado por Fernando Tortosa, El Califa, Jose María Montilla, Jose María Portillo Fabra, "El Puri" Rubén y Manuel Cano "El Pireo"

El 26 de septiembre disfruta y disfrutamos de un cartel de lujo en Córdoba: Antonio Bienvenida, Gabriel y Manuel Cano "El Pireo" que tomaba la alternativa.

Durante las temporadas siguientes sigue en la brecha con la impronta de torero lidiador importante y conscientemente valiente. Demostraba todas las tardes su dominio del toreo profundo y una entrega verdadera sin concesiones a la galería.

José María Montilla, Manuel Benítez "El Cordobés" y
Gabriel de la Haba "Zurito", la tarde del 9 de mayo de 2015
hacen el paseíllo de honor en la corrida del cincuentenario de
 la inauguración de la plaza de "Los Califas". Foto JL Cuevas.

Cartel de la inauguración de la plaza

En la temporada de 1965, tiene lugar un suceso importante para nuestra tierra y fue la INAUGURACIÓN EL 9 DE MAYO DE 1965 DEL COSO DE "LOS CALIFAS". Imborrable espectáculo, en el que la terna formada por José María Montilla, Manuel Benítez "El Cordobés" y Gabriel de la Haba "Zurito", estuvieron a la altura de las circunstancias ofreciendo una tarde inolvidable. José María de blanco y plata, lidia al primero de la tarde de nombre Cartujano marcado con el hierro de Herederos de Carlos Núñez. No estuvo acertado con el estoque, lo que no impidió que los aficionados le ovacionaran y le premiaran con la oreja del primer toro. En su segundo dio la vuelta al ruedo tras una insistente petición de apéndice.

Gabriel de la Haba Vargas

Manuel Benítez "El Cordobés", de grana y oro, recibió del primero de su lote, una cornada en la axila, que a punto estuvo de costarle la tarde. Pero su probada actitud hizo que siguiera en el ruedo, y que el devenir de las faenas fueran interesantes. De este su primero, pasea una oreja. Sale muy resuelto en el segundo y construye una gran faena, que merece las dos orejas y el rabo y el reconocimiento unánime de los asistentes, que le obligan a dar dos vueltas al ruedo.

Gabriel de la Haba "Zurito", de rosa y oro, torea con empaque y sabor a su primero, de nombre Recortito, cortándole un apéndice. En su segundo estuvo superior, rebosando casta y maestría, logrando los máximos trofeos. El público puesto en pie le ovacionó con fuerza. Hubo intentos de sacarlo en hombros, pero el del barrio de Santa Marina se negó por respeto a sus compañeros, pues Montilla había cortado una oreja y "El Cordobés" estaba siendo atendido en la enfermería, dependencia que estrenó el espada de Palma del Río.

Cincuenta años después, los tres toreros cordobeses. Foto Cuevas

Confirma el doctorado el 19 de mayo del citado año. Fueron sus compañeros: Joaquín Bernardó y Jaime Ostos. El toro de la confirmación se llamó Sevillano, del hierro de Cobaleda.

Para no hacer este recuerdo muy pesado en cuanto a datos y fechas, generalizamos reafirmando que el resto de temporadas hasta su retirada fueron muy interesantes y repletas de acontecimientos, unas veces de corte eral. Subrayar que siempre estuvo atento a su Córdoba y a prestarse en cuantos festejos benéficos se organizaban.

En el 68 por ejemplo, se hace acreedor del prestigioso Trofeo Municipal "Manolete" al triunfador de la feria de Córdoba.

Paulatinamente fue disminuyendo sus actuaciones, de forma que optó por despedirse taurinamente de Córdoba el 26 de mayo de 1970. Escuchó una fuerte ovación en su primero y cortó la oreja al segundo de su lote. Y de forma definitiva lo hizo en Daimiel (Ciudad Real), ruedo en el que realizó su último paseíllo vestido de luces, -3 de septiembre-, alternando con el rejoneador Ángel Peralta y los diestros "Calatraveño" y Juan Asenjo Calero. De esta forma Gabriel puso punto final a su etapa profesional, pero no su inquebrantable afición ya que de una forma u otra siempre ha seguido de cerca el mundillo taurino, y como ejemplo basta un botón: encauzó acertadamente la carrera taurina de "Finito de Córdoba".

FRANCISCO DE LA HABA RODRÍGUEZ "PACO ZURITO"

Biznieto del señor Manuel. Se le conoce a Francisco en el mundillo taurino por Paco de la Haba. Hijo de Paco de la Haba Martínez y de Rafaela Rodríguez López. Nace en Córdoba el 24 de noviembre de 1966.

Cuando estudiaba segundo de B.U.P en Lasalle, ya acudía como alumno a las clases taurinas que se impartían en la Escuela Taurina Manuel Benítez "El Cordobés" del Círculo Taurino; contaba catorce añitos… por entonces sólo contaba con su generacional tilde taurino y de momento, una sola pretensión: probarse para así decidir en su momento el camino a tomar.

Eran los años en que también formaban parte de la Escuela Antonio Manuel de la Rosa, Rafael Herrero, Juan Carlos Domingo y Rafael Mangas.

Justamente con Mangas se forjó la idea de preparar una nueva pareja de niños cordobeses, proyecto que no cuajó y decidieron marchar ambos por separado y que la decisión y la suerte les guiara.

El 23 de abril de 1982 tentaron los dos varias vacas y lidiaron un novillo semental de la ganadería de Clemente Parras. Asimismo torearon emparejados en Montoro el sábado Santo del mismo año.

Se presenta en Madrid como novillero sin caballos, tuvo lugar el 19 de julio de 1984, con ganado de doña M. Pérez Tabernero. El cartel lo formaban jóvenes promesas: José Andrés, Andrés Caballero y Paco de la Haba.

Se presenta con picadores en Torralba de Calatrava (Ciudad Real) el 15 de septiembre de 1984.

Justo es recordar que este nuevo "Zurito", encendió la llama de los aficionados cordobeses, que anhelaban aplaudir a otra figura de la tierra, pero este deseo por unas razones u otras no llegó a cumplirse.

El 7 de abril de 1985 es anunciado en Córdoba para abrir la temporada junto a Rafael Gago y Manuel Díaz "Manolo". Se lidiaron novillos de Lora Sangrán. En el transcurso de la corrida tuvo lugar la despedida de los ruedos, tras dilatada carrera, del banderillero Cristóbal Molina Alba "Minuto", fallecido en febrero del 2017.

Cerró la temporada del 85 con cuatro novilladas, la del 86 con siete y la del 87 con sólo una tarde. Motivo suficiente para abandonar la pretendida y no consolidada trayectoria taurina, del último representante por ahora, de tan prestigiado apodo.

Montaje, Editor y Fotografías: Jose Luis Cuevas (Escalera del éxito 254)

miércoles, 6 de diciembre de 2023

DE AYER A HOY EN EL TOREO

Por Antonio Luis Aguilera

Quite de Juan Belmonte a Bernabé Álvarez "Catalino" en Lima

Con enorme interés hemos visionado la película mexicana «Yo quiero ser torero», que ofrece fragmentos de actuaciones de extraordinarios toreros y mantiene el discurso sobre la evolución del toro y de la lidia. Gracias a sus imágenes se puede observar el progresivo refinamiento de las suertes con el avance de las épocas, así como la asimilación de los conceptos instaurados por los diestros que dejaron su huella magistral en los ruedos, aquellos que además de mostrar el toreo lo enseñaron a los demás.

Lástima que en la película, que lógicamente subraya la historia taurina del país hermano, se mantenga el discurso evolutivo de los partidarios de Belmonte, que en sus panegíricos mezclaron el concepto con el acento, hasta atribuir al genio de Triana el cambio absoluto del curso del toreo, silenciando la historia de otros diestros que también resultaron definitivos como Manuel Jiménez Moreno «Chicuelo», creador de la faena de muleta moderna, quien además tuvo una influencia decisiva en grandes intérpretes mexicanos del toreo al natural, como Fermín Espinosa «Armillita» o Lorenzo Garza.     

Pero volviendo a esta interesante cinta y lo que enseñan sus imágenes históricas, queremos detenernos en algunas de las evidencias que nos ofrece. La primera, el toro, pues se observa que el animal que se lidiaba a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando empezaba el proceso de búsqueda por los ganaderos —en el que tuvieron mucho que ver las exigencias de «Guerrita» y «Joselito»—, no solo de otras hechuras más igualadas y proporcionadas, sino de conceptos como la fijeza, nobleza, entrega, humillación, clase, ritmo y fondo, los cuales habrían de conseguirse tras años y décadas de trabajo, cuando la siembra de la selección fue germinando y ofreciendo frutos al generoso y tenaz trabajo de los criadores, que terminarían por darle a la Fiesta el toro que permitiría el toreo moderno. 

El primer tercio antes del peto 

Las imágenes del toro de finales del siglo XIX y comienzos del XX muestran un animal que no embestía, que daba arreones descompuestos, sin entrega, huidizo, manso, que pronto se aculaba o buscaba refugio en tablas para protegerse del castigo, propiciando con su conducta claramente defensiva una lidia que necesariamente gravitaba sobre el primer tercio, donde los toreros lo ponían y quitaban ante famélicos jacos sin protección, a los que despanzurraba en los numerosos refilonazos que recibía, que no puyazos, aunque luego estos se contaran por igual en las reseñas de los medios, ofreciendo un espectáculo dantesco donde adquirían protagonismo los quites y la variedad del toreo de capa. 

Después, en el tercio de banderillas, bastantes matadores mostraban sus  capacidades con los palos exhibiendo sus conocimientos de los terrenos y las querencias, y llegado el último tercio, con los peones situados en el redondel para sujetar  al animal cuando trataba de huir, el maestro instrumentaba un trasteo corto, algo así como un pase aquí y otro allí, para buscar la igualada del animal y ejecutar la suerte mejor valorada, la estocada, donde adquiría especial importancia hacerlo por derecho y en lo alto, como puede verse que lo hacían la mayoría de los diestros con resultados formidables.

La película ofrece la oportunidad de observar los cambios abismales que en un siglo se han producido en el toro, la lidia y el toreo, gracias a la generosidad de los ganaderos, que buscaron y hallaron un toro más bravo y noble, que permitiría responder con su entrega a otro espectáculo donde cobijar el arte de los más grandes toreros. No se la pierdan y saquen sus conclusiones, porque además de los cambios producidos en el toro y en la lidia, merece la pena deleitarse observando la inmensa torería de espadas como Antonio Fuentes —después de mí, naide—, Rodolfo GaonaSilverio Pérez… Aquí les dejamos el enlace a una joya de cinta sobre la historia del toreo.