jueves, 24 de octubre de 2019

LA CASA DE MANOLETE

Por Antonio Luis Aguilera
La casa de Manolete en la actualidad. Foto Casa de Manolete Bistró 
Corría el año 1890 cuando el escritor y periodista José Ortega Munilla, padre del filósofo José Ortega y Gasset, mandó construir un palacete en la Avenida de Cervantes de Córdoba (entonces Carrera de la Estación), para residir temporadas en la ciudad cuyo clima favorecía la salud de su esposa Dolores Gasset. La obra de este palacete, de estilo colonial con pinceladas modernistas y clásicas, fue dirigida por el ingeniero militar Juan Tejón y Marín. Dos décadas después, el inmueble fue adquirido por Rafael Cruz Conde, a quien lo compró Manuel Rodríguez Manolete en 1942, año de su consagración definitiva como máxima figura del toreo, para que desde la humilde casa de la Plaza de la Lagunilla se trasladara su familia, encargando su remodelación al arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría. Como dato histórico señalamos que el torero vivió en cuatro casas de Córdoba, aunque generalmente solo se conocen tres. Nació en el número 2A de la calle Conde de Torres Cabrera, de allí la familia se trasladó a la calle Benito Pérez Galdós número 8, donde el 4 de marzo de 1923 falleció su padre, posteriormente la madre fijó su domicilio en la Plaza de La Lagunilla, y finalmente el torero adquirió el palacete de la Avenida de Cervantes.
La casa original de Ortega Munilla, Foto Blog Notas cordobesas
Esta es la historia de un edificio singular, afortunadamente protegido por el Plan General de Ordenación Urbana de Córdoba tras el fallecimiento en noviembre de 1980 de Angustias Sánchez, la madre del torero, cuando la familia pretendió que las piquetas llevaran a cabo su demolición para levantar en su espacio un edificio de varias plantas, pero en 1986 la Comisión Provincial de Patrimonio Artístico lo protegió. Tras ser rescatado en 2006 por la constructora Marín Hilinger del mísero y cruel abandono al que fue condenado durante más de veinticinco años, para instalar en sus dependencias las oficinas comerciales, el palacete fue embargado después por una entidad bancaria, a la que finalmente en 2017 lo adquirió el empresario Antonio Carrillo, que en 2018 lo arrendó al chef cordobés Juan José Ruiz y Remedios Romero, directora de la casa, que decidieron abrir sus puertas para mostrarlo magníficamente remozado, convertido en un ilusionante proyecto de restauración que pretende convertirlo en una referencia de la gastronomía cordobesa. Actualmente, el palacete alberga tres proyectos: Casa de Manolete Bistró, un restaurante clásico; A flor de piel, un espacio gastronómico de alto nivel con visita guiada a la casa; y el Centro Superior de Artes y Ciencias Gastronómicas, una escuela de hostelería.
Terraza interior. Foto Casa de Manolete Bistró
Superada la soterrada polémica en la indolente y barojiana ciudad de los discretos, en cuyos rincones y tabernas todo se cuestiona porque la crítica negativa parece figurar en el carácter social ante cualquier proyecto innovador, y ahora que la casa olvidada por el tiempo se presenta limpia y bonita, reluciente, con las rejas pintadas, encaladas sus paredes, remozada de arriba a abajo que da gusto verla, porque así nunca la vimos los cordobeses, conviene considerar que antes de contemplarla hundida, abandonada, desconchada, oxidadas sus cancelas y llenos de maleza sus parterres, como la pobre cenicienta del cuento, ante las miradas nostálgicas de tantas personas como se detenían delante de ella, para dedicar un recuerdo a la figura del majestuoso quijote que cambió el rumbo del toreo, y asumiendo como una realidad que nunca hubo intención, ni por la familia ni por el Ayuntamiento, de convertirla en el museo dedicado al torero que añoraban los cordobeses y los aficionados al toreo, en el templo del héroe, donde hubieran sido expuestos tantos enseres del diestro, como su despacho personal, actualmente secuestrado en el horroroso Museo Municipal Taurino de Córdoba, remodelado ¿o destrozado? por una empresa catalana a propuesta de Izquierda Unida, así como los trajes de luces y de calle repartidos entre instituciones y particulares, cabezas de toro, documentos, libros, etc. Ahora, decimos, admitiendo el fracaso de que en esa casa se hubiera rendido un homenaje permanente a Manolete, mostrando todo aquello que mantuviera vivo el discurso histórico de su tauromaquia, debe prevalecer la sincera satisfacción de ver abierto ese palacete, ubicado frente a los Jardines de la Agricultura, que compró y reformó para vivienda habitual de su madre y familia, y donde él se hospedó en sus cada vez más cortas estancias en la ciudad, debido a compromisos profesionales y sentimentales –pueden leer las entradas “Lupe Sino, la mujer que hizo feliz a Manolete” o “Manolete: de Valdepeñas a Linares”-.
Salón del restaurante. Foto Casa de Manolete Bistró
Así pues, manifestamos nuestra gratitud a Juan José Ruiz y Remedios Romero, a quienes deseamos lo mejor en su flamante iniciativa, pues su suerte será la de esa casa que siempre debería relucir tan bonita y acogedora como se encuentra actualmente, con las puertas abiertas para que tanto cordobeses como aficionados al toro y visitantes de la ciudad puedan entrar en sus acogedoras estancias, admirar el cuidado y elegancia con que han sido diseñadas, y gozar confortablemente de la gastronomía cordobesa que se ofrece sin olvidar su pasado, como recuerdan las pinturas del cordobés Fernando García Herrera, dedicadas a los personajes que fueron moradores de ella: José Ortega y Gasset y Manuel Rodríguez Manolete (la del torero reproduce la famosa instantánea realizada por el gran fotógrafo  Manuel H. en Colombia en la temporada de 1946, donde se refleja el estado anímico del torero en aquellas fechas cercanas a su final). Valoramos muy positivamente que estos jóvenes empresarios de Córdoba, haciendo camino al andar, como los versos del inolvidable Antonio Machado,  rindan el mejor tributo a la memoria del torero con la puesta en valor de la que el crítico taurino Ricardo García K-hito llamara la jaula del monstruo, dedicando su trabajo y esfuerzo en convertir el palacete en una referencia culinaria de la ciudad, en un museo de la gastronomía cordobesa. Ojalá su generosidad y buen hacer tengan la suerte que merecen. 

7 comentarios:

Juanjo ruiz dijo...

Hola Sr. Aguilera, en primer lugar dejeme mostrarle mi gratitud, por este texto y palabras, nunca mejor podria estar mejor expresado, pues esa es la idea inicial y verdadera, rescatar un lugar magico y emblematico de la ciudad, devolverle el brillo que nunca debió perder y abrir sus puertas a toda la ciudad, aficionados y ciudadanos que quieran verla, restaurando y rescatando techos, suelos, puertas, ventanas...todo cuanto hemos podido recuperar para el disfrute de taurinos o no, y que mejor que manera, neutral, elegante y de concordia, y que mejor entorno, que en una mesa, una buena gastronomia y en memoria de dos personajes que cada uno en su ambito, influyeron en la época que les tocó vivir.
Ahora, pese al descontento de muchos, que prefieren ver las cosas en ruinas o convertidas en insostenibles proyectos de dificil mantenimiento público, otros nos jugamos los cuartos, todo cuanto tenemos, más lo prestado, a una casilla, a una suerte, como cada torero en la suerte suprema, apostando por proyectos de calidad, de concordia y quizás sin quererlo, seamos los que más respetemos la memoria de estas dos figuras y " tengamos los miramientos" por este edificio emblema e historico de la ciudad, como divulgamos y comentamos a cada persona que nos visita, de aqui, de Madrid, de México o de donde vengan, mostrandoles la historia de la casa, sus moradores y que entiendan que estan en un lugar mágico, único, con duende, historico y que vuelve a brillar siendo en mejor traje de luces para los productos cordobeses.
Reiterarle mi gratitud y ni que decir tiene que ya sabe donde tiene su casa, la casa del monstruo y la casa de todos.
Att. Juanjo Ruiz
Cocinero.

Andrés Osado dijo...

Totalmente de acuerdo, amigo Antonio.
Te oí una vez, contar algo que dijo un gran torero de nuestra ciudad. Yo me atrevo, sin ánimo de ofender, a adornarla y utilizarla, a medias, para este momento: y quien no esté de acuerdo, "que se ponga en la cola"
Un abrazo

Antonio Luis Aguilera dijo...

Sr. Juan José Ruiz:
Las gracias las tenemos que dar los cordobeses a personas como usted y Remedios Romero, que han puesto la casa en valor. Conozco el palacete desde que era un niño, vi en la cocina de la calle La Bodega a doña Angustias mientras mi abuela me sujetaba de la mano, y a través de mi afición al toreo he pasado mucho delante de esa casa.
Les aseguro que jamás la he visto tan bonita, tan limpia, tan acogedora.
No se preocupe por algunas voces que no estén de acuerdo, no son muchas, además también están en su derecho de pensar. Pero volviendo a Manolete, él solía decir una frase que lo resume todo: "Para mí nunca hubo eso que llaman palmas de simpatía". Y seguía entregándose como si nada, con personalidad, elegancia y un valor sin fisuras. Por eso fue el más grande de todos los tiempos. Ahí tienen el mejor ejemplo. No se preocupen, por tanto.
Ustedes se la juegan de verdad en ese precioso proyecto, Así que como a los toreros les deseo suerte, vista y al toro.
Como cordobés quiero verlos triunfar. Muchas gracias.

Antonio Luis Aguilera dijo...

A Andrés Osado:
Querido amigo, durante muchos años escuchaste mi lenguaje taurino aplicado a todo lo que sucedía en nuestro trabajo y en la propia vida. Las frases taurinas están dentro de nuestra propia cultura.
Pero me parece que los tiros van por cuando irrumpió en el toreo Manuel Benítez El Cordobés, ese genio al que pronto etiquetaron de todo menos bonito. Pero él se hizo el amo de la situación, mandó sin contemplaciones y dijo haber soñado con una almohada que se retiraba del toreo, lo que le sirvió para poner en fila india a todos los grandes empresarios que visitaron Villalobillos para implorar al "Pelos" que no dejara de torear, y al revolucionario le sirvió para subir sus honorarios y apretar sus condiciones, porque sabía que él solo "con dos más" llenaba las plazas hasta el tejado cualquier día de la semana.
Ojalá las colas a que te refieres se hagan para entrar en el palacete de Manolete.
Muchas gracias

Luis Miguel López R. dijo...

Visité Córdoba por primera vez hace ya veinte años. Fascinado por figura de Manolete y tras la lectura del libro de Francisco Narbona, “Manolete, 50 años de alternativa”, fui recorriendo todos los sitios emblemáticos de la ciudad relacionados con la vida del “Monstruo”. Dejé para el final, la visita a su palacete de la Avenida Cervantes. En aquellos tiempos en que todavía no estaba tan generalizado el uso de internet, pensaba encontrarla como un lugar venerado. No puedo olvidar la desilusión que me produjo ver aquella casa abandonada. Llena de maleza, rejas oxidadas… cerrada con una triste cadena atada por un candado. No cabía en mi cabeza tal desapego de la ciudad, con el que siempre llevó el nombre de Córdoba por bandera. Que aquella casa no fuera un museo, sencillamente, me parecía inconcebible y un verdadero despropósito. El resto de ocasiones en los que he visitado la ciudad, no he vuelto a pasar por allí.
Coincido con Antonio Luis en que lo ideal habría sido esa “Casa-Museo Manolete”, pero no es menos cierto, que gracias al proyecto de Juan José Ruíz y Remedios Romero, que se juegan su capital en esta aventura, esta casa vuelve a lucir abierta al público. También es de agradecer que se quiera seguir manteniendo en ella es espíritu de Manolete, porque al ser una iniciativa privada no tendrían por qué haberlo hecho. Más si cabe en estos tiempos en que la palabra tauromaquia asociada a la imagen de un negocio, se convierte en una etiqueta como poco “incómoda”. Como aficionado a los toros en general y admirador de la figura del IV Califa del toreo, les agradezco la posibilidad que nos ofrecen de poder visitarla en el futuro. ¡Les deseo la mejor de las suertes!

Un saludo para ambos y un fuerte abrazo para usted, Antonio Luis.

PD. No sólo de Córdoba, es deporte nacional las críticas negativas y destructivas. Gente inmovilista que realmente no hace nada. Mejor ver caer la casa que apoyar, o al menos, respetar, iniciativas innovadoras como ésta. En todo caso, los únicos destinatarios de las críticas deberían ser aquellos que durante años la abandonaron (familia y Ayuntamiento). Pienso que aportan mucho más a la sociedad, gente con iniciativas como Juan José Ruíz con su restaurante o como usted Antonio Luis, con su blog. Tienen toda mi admiración y respeto.

A.Estévez Reyes dijo...

Querido y respetado Antonio Luis. Este post sobre el palacete no había tenido el gusto de leerlo. Como siempre, me ha encantado. A mi todo lo relacionado con esa casa me produce tristeza, los que tenemos conocimiento bien sabemos quién y porqué el abandono a su suerte de la casa, es normal cuando pones a guardar las gallinas. un "Zorro". El karma sin duda existe y a pesar de las críticas del comienzo del Bristol, hoy aquellos malos senequistas se la tiene. Que envainar. Enhorabuena a Juanjo Ruíz y a la bella, amable y cercana Remedios Romero por poner la jaula del Monstruo tan bonita y ser al día de hoy el referente de nuestra gran gastronomía a nivel nacional e internacional.

Anónimo dijo...

Lo que debería de estar con todas las cosas de Manolete muebles través, coches etc,etc y hacer el mejor museo del toreo