domingo, 16 de diciembre de 2018

EMBESTIR O DEFENDERSE

Por Antonio Luis Aguilera

Elegante torería de Juan Ortega ante un entregado ejemplar de 
Valdefresno  (encaste Atanasio-Conde de la Corte). Foto Plaza1
La mayoría de las ganaderías de toros de lidia españolas proceden de la que fundara en el año 1920 el Conde de la Corte, que adquirió la formada en 1912 por la marquesa viuda de Tamarón con reses de Parladé originarias de Ibarra. Esta procedencia siempre ha gozado de prestigio, debido a la bravísima historia de las reses condesas y los magníficos resultados obtenidos en la transmisión genética por los sementales que abandonaron los cerrados de Los Bolsicos para perpetuar su noble linaje en otras vacadas. 

El Juli doblándose con maestría ante un enrazado Alcurrucén (encaste Núñez).
Sin restar mérito alguno a un ganadero de la dimensión  histórica de don Agustín Mendoza Montero, conviene matizar que este adquirió una vacada que ya venía formada, como lo demuestran los éxitos logrados desde que empezó a lidiar a su nombre los toros que llegaron a la famosa dehesa extremeña de Jerez de los Caballeros. Esto indica la acertada selección de la anterior propietaria, la marquesa viuda de Tamarón, y más concretamente la de don Ramón Mora Figueroa, su hijo, excelente aficionado y experto criador de reses de lidia, que fue quien realmente manejó las riendas de la ganadería y supo descubrir en el semental Alpargatero y su línea de descendencia el verdadero filón de bravura de este encaste ganadero.

 Talavante conduce con firmeza la embestida de un Cuvillo (encaste Juan Pedro)
Si en principio el origen Conde de la Corte otorgaba un toque de distinción a las vacadas de esta procedencia, lógicamente con el paso del tiempo no todas las derivaciones de esta simiente lograron mantener el original sello de calidad, debido a los diferentes criterios de selección de los propietarios, que ofrecieron unos resultados morfológicos y de juego tan dispares como las pautas y normas aplicadas en el manejo y reproducción. Por otra parte, desde el fallecimiento de don Agustín Mendoza en 1964, la aristocrática vacada entró en una profunda crisis al cambiar de manos y ser administrada por los herederos, y aunque mantuvo éxitos aislados con algunos ejemplares, lo cierto es que perdió uno de los signos que la caracterizaba: la importante regularidad con que su bravura había reinado durante cuatro décadas en el panorama ganadero. 

Ejemplar de Juan Pedro Domecq, elegida como la mejor 
ganadería de la feria de San Isidro 2015. Foto Las Ventas.
Dicho esto, mientras la ganadería matriz conoce la decadencia, su extraordinario caudal genético adquiere relieve en otras divisas señeras como las de don Atanasio Fernández, y la que don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio forma en 1930 comprando la del Duque de Veragua, cuyas reses elimina, reservando por su variedad cromática algunas hembras de contrastada bravura, para crear una nueva línea reproductora con vacas y sementales que adquiere al Conde de la Corte y a don Ramón Mora Figueroa, procedencia esta de don Francisco Correa y don Antonio García Pedrajas, a las que había agregado sementales del Conde de la Corte y Gamero Cívico

Toro de Parladé (Juan Pedro Domecq). Foto Las Ventas.
Mas si los toros de la acrisolada sangre condesa habían sido recibidos siempre con el agrado de la afición, a partir de los años setenta del pasado siglo resultó que por varias razones cambió la acogida con la derivación de juampedro. De una parte, el hostigamiento sistemático de un influyente sector de la crítica, que inició una cruzada regeneracionista para ensalzar las virtudes de otro encaste, sumado a la desafortunada calificación de artistas con que don Juan Pedro Domecq Solís definió a sus toros. Pero, sobre todo, debido a la proliferación de nuevas vacadas formadas con reses vendidas por este, que en poco tiempo invadieron las ferias con un toro de tanta nobleza como empalagosa obediencia y desesperante sosería, demandado por las figuras del toreo para sumar corridas de forma más fácil con ejemplares que no decían nada, sin valorar la repercusión negativa que la falta de emoción tendría para un espectáculo caro que aburría al público que lo sostiene.  

Arrancándose con fijeza, galopando descolgado. Foto Arjona.
No obstante, restar importancia a todo lo que se lidia de este origen, argumentando que en líneas generales se trata de un animal descastado y carente de emoción es faltar a la verdad. Actualmente existe un grupo de ganaderías de esta procedencia que se encuentran en un momento excelente, y sus ejemplares se cotizan al alza por la clase y bravura que mantienen desde hace varias temporadas en las grandes ferias e importantes plazas donde se lidian: Núñez del Cuvillo, Jandilla, Fuente YmbroGarcigrande o Victoriano del Río, por citar algunas, sin olvidar la vacada matriz que hoy día dirige don Juan Pedro Domecq Morenés, que también lidia con el hierro de Toros de Parladé, destacan por el elevado promedio de toros auténticamente bravos y con clase, que exigen compromiso y firmeza en la lidia para embestir entregados de verdad a los engaños que le presentan los toreros.  

Agitador, de Fuente Ymbro. (Jandilla-Juanpedro), lidiado por Paco Ureña.
 Premiado como toro más bravo de San Isidro 2015. Foto Las Ventas.
Lógicamente cada aficionado tiene sus inclinaciones por determinadas ramas del frondoso e histórico tronco de Vistahermosa, pero en la diversidad de este tesoro genético se encuentra la grandeza de los distintos tipos de hechuras y diferentes comportamientos del toro de lidia. Si hermoso resulta contemplar la acometida de un albaserrada arrastrando el hocico por el albero, no lo es menos la belleza de un santacoloma planeando en la muleta, o cómo se rebosa en los engaños la embestida de un núñez, o la pretérita e inquietante arrancada de un miura... Dicho esto, lo que resulta decepcionante y penoso son los juicios que por norma se vierten en conocidos medios de las ganaderías que derivan de juampedro, donde muchas veces silencian deliberadamente el excelente juego de toros que han sido bravos, y otras magnifican los aspectos negativos de los mansos, que por supuesto le saltan como a todas las ganaderías. De forma arbitraria se utiliza otra vara de medir en crónicas donde no se valora el comportamiento de cada ejemplar, y para no mojarse utilizan la socorrida muletilla de “mal presentados, aborregados, mansos y descastados”, que además de no informar, resulta estrafalaria por los insostenibles equilibrios de quienes no tienen reparos en mostrar su inquina al encaste Domecq.  

Diego Urdiales expresa el toreo con un bravo fuenteymbro. Foto Plaza1
El aficionado íntegro no tiene prejuicios y diferencia a la perfección entre dos tipos de casta: la buena y enrazada del toro que se entrega y va a más, para luchar hasta el final con clase y nobleza; y la defensiva, esa otra propia del genio que manifiesta el bravucón o el manso, cuando arrea violentamente, con ruido y sin entrega, frenándose, midiendo y echando miradas a las tablas, porque no tiene valentía para meter los riñones y empujar siguiendo las telas. No basta con que el toro se mueva, hay que saber distinguir cómo se mueve. Los mansos y bravucones solo engañan a los aficionados ingenuos, a esos que les pasa como a los esportones de los toreros, que  van a las plazas pero no se enteran de nada de lo que ocurre. Embestir o defenderse, esa es la cuestión que diferencia al aficionado que sabe ver los toros sin necesidad de leer lo que escriben algunos que olvidan que actualmente televisan con todo lujo de detalles las ferias más importantes. Ahora no cuelan historias.


lunes, 10 de diciembre de 2018

EL MIEDO DE LOS TOREROS

Por Antonio Luis Aguilera
Antiguo coche de cuadrillas, con el botijo en la fresquera
Como viene ocurriendo cada temporada, los matadores que encabezan el escalafón acaban la campaña habiendo participado en un considerable número de corridas. Decenas de tardes vividas con la preocupación atenazando el estómago ante la incertidumbre de los toros que han de lidiar, y de los miles de kilómetros que tantas veces después han de recorrer para cruzar la península de norte a sur y de este a oeste, con el fin de estar en la puerta de cuadrillas a la hora anunciada, tras largas noches de duermevela intentando conciliar el sueño en el furgón, que en los meses de mayor número de ferias será el improvisado hogar de la cuadrilla entre las localidades donde hay que torear. Intenso trasiego motivado por el lógico afán de ocupar siempre los primeros puestos en la privilegiada lista de espadas considerados figuras del toreo.

Juan Antonio Vallejo-Nágera
A mediados de octubre, cuando llega el momento de terminar con el trasiego de la temporada y encontrar el anhelado descanso, la tensión acumulada durante tantos meses suele pasar factura, y son varios los toreros aquejados de una serie de trastornos fisiopatológicos que son provocados en su organismo por el miedo, el respetabilísimo miedo de los toreros, esos héroes que cada tarde de corrida, en la tremenda soledad del redondel, con toros más grandes o chicos, más bravos o mansos, más cornalones o menos ofensivos, arriesgan su integridad física y ponen en juego el don más preciado para cualquier ser humano: la propia vida.

De este tipo de trastornos, que pueden ir desde úlceras de estómago, crisis asmáticas, calambres, algias musculares, insomnio hasta un largo etcétera, se hizo eco hace años en su página de la revista dominical del diario ABC el prestigioso psiquiatra y gran aficionado taurino don Juan Antonio Vallejo-Nágera, que por su estrecha amistad con destacadas figuras del toreo frecuentó el trato cercano con varios matadores de toros. A lo largo de tres magníficos artículos este facultativo analizó las consecuencias del miedo de los toreros, de esos hombres excepcionales que además de las cicatrices del cuerpo guardan otras en el alma.

Recordaba el eminente escritor y doctor que los toreros acudían al médico de cabecera buscando alivio a sus trastornos, pero este, tras las oportunas pruebas clínicas, concluía su consulta derivándolos a la del psiquiatra. Como se puede suponer, en un mundo tan cerrado como el del toro, donde todo suele exagerarse y las etiquetas se cuelgan con asombrosa facilidad, la prudencia aconseja silenciar este tipo de visitas, siendo lo más habitual que el propio torero concierte su cita con el especialista fuera de la consulta, para no compartir la sala de espera con otros enfermos. ¿Quién puede imaginar a un torero en la sala de espera de un psiquiatra rodeado de otros pacientes?

Pero acudirá, porque sabe que lo suyo es un problema personal, no clínico, como consecuencia del frecuente e intenso miedo soportado. Sospechaba el famoso psiquiatra que probablemente antes del año 1950 ningún torero había acudido a este tipo de consultas, pero estaba seguro de que la mentalidad de estos había cambiado y el boca a boca cumplía perfectamente la función de tranquilizar a más de un diestro que comprendía que él no era el único profesional del toreo con ese problema.

Luis Miguel Dominguín
Como podrán observar no todo es lujo y opulencia en la vida de las grandes figuras del toreo. El sufrimiento y la preocupación adquieren una dimensión desconocida por la mayoría de los aficionados. El doctor Vallejo-Nágera concluía con gran acierto que el mundo de los toros es un despiadado selector de superdotados, donde se elimina a todos los que no lo son tanto en el plano físico como en el intelectual. Y contaba una anécdota protagonizada con su amigo Luis Miguel Dominguín, cuando ambos contaban veintipocos años de edad. Le comentó el doctor al espada que por su juventud y fama el mundo se le presentaba como una alfombra persa desplegada a sus pies cargada de tesoros. El torero, tras unos instantes de reflexión, le contestó: “Sí, es cierto; pero tengo firmadas treinta corridas entre España y América, y eso significa que para estar vivo en Navidades debo haber matado antes sesenta toros con un estoque. Y si ahora entorno los párpados y miro el horizonte, los veo venir hacia mí en fila india, como un interminable tren de mercancías con todos los vagones cargados de muerte”.

sábado, 1 de diciembre de 2018

"CHICUELO", UN TORERO GRANDIOSO SILENCIADO POR LA HISTORIA


Por Antonio Luis Aguilera

Manuel Jiménez Moreno Chicuelo
Los aficionados aguardan con expectación los actos conmemorativos que en la ciudad hispalense se organicen para rememorar el centenario de la alternativa de un espada realmente grande en la historia del toreo: Manuel Jiménez Chicuelo, otorgada el 28 de septiembre de 1919 por Juan Belmonte en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla, cuando el toricantano nacido en la trianera calle Betis tenía diecisiete años de edad. Aquella tarde el Pasmo de Triana le cedió la muerte de Vidriero, del Conde de Santa Coloma; completaba la terna Manolo Belmonte

Chicuelo sentía verdadera pasión por Gallito, el torero que admiraba desde que siendo un niño estoqueó un becerro en su presencia  en la Huerta del Lavadero, donde la familia de los Gallo, de los que era amigo, tenía una plaza. Joselito valoró positivamente su actuación y le animó haciéndole un regalo con el que pudo adquirir la entrada para verlo torear en la Maestranza, en una corrida de ocho toros donde alternó con Bombita, Rafael el Gallo y Belmonte. Precisamente sería en esa plaza donde el 28 de febrero de 1918 Chicuelo actuó por primera vez en un festival organizado por el propio Gallito.

Su primer becerro en la Venta de la Huerta del Lavadero
Recordaba en una entrevista Manuel Jiménez que cuando le hablaba José se ruborizaba y no sabía qué decir, y que si en algún tentadero le dejaba un capote o una muleta se le salía el corazón del pecho de lo feliz que era. Esta declaración, además de revelar la mutua simpatía que ambos llegaron a tenerse, también ofrece un dato enormemente significativo: Chicuelo, que consideraba a Gallito la máxima referencia del toreo, vio y compartió con él en las placitas del campo la experimentación de la embrionaria ligazón de los pases naturales del torero de Gelves, que después en las plazas de toros ante el público incluía en su habitual repertorio de faena. 

Chicuelo y Corchaíto cambian el rumbo del toreo. Madrid, 24 de mayo de 1928. 
Esta vivencia fue importantísima, porque influyó en el concepto de Chicuelo de forma determinante. Además, Manuel Jiménez iba a dar continuidad, pero hermoseándola con la gracia natural de su arte, a la obra de José, con quien llegó a torear seis corridas de toros y un festival antes de la infausta tarde del 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina. Y conviene precisar que el torero de la Alameda de Hércules siguió experimentando el toreo gallista, consiguiendo dar un nuevo giro de tuerca al planteamiento de la ligazón, al alternar los terrenos de adentro y de afuera para estructurar los pases en series, creando con la sucesión de muletazos un nuevo modelo de faena que por su belleza de expresión halló la inmediata y cálida acogida del público, que aceptaba con agrado ese toreo de mayor quietud, reunión y  armonía. Tan bien recibido fue que el respetable empezó a exigirlo a todos los toreros. 

 Chicuelo y Dentista con los sombreros rendidos al arte del toreo. México 25-10-1925
Para ello resultó trascendente su actuación del 24 de mayo de 1928 en Madrid, donde, alternando con Cagancho y Vicente Barrera, Chicuelo deslumbró a la afición de la capital del reino ligando de forma primorosa el toreo en redondo por ambas manos al toro Corchaíto, de Graciliano Pérez Tabernero, al que toreó con tanta ligazón y belleza que se puede asegurar que aquella faena marcaría de forma definitiva un antes y un después en la historia del toreo. No fue la primera, otras tan importantes o más que la reseñada tuvieron lugar anteriormente en la plaza de México, donde en 1925, ante una afición apasionada que inundó la arena de sombreros, inmortalizó a los toros Lapicero y Dentista, de San Mateo, con un toreo que además de llevar el entusiasmo a los tendidos habría de tener una influencia decisiva en uno de los espadas más grandiosos de la tauromaquia azteca, el inolvidable maestro de Saltillo Fermín Espinosa Armillita. Por tanto, conviene subrayar que ese toreo de línea gallista, el ligado en redondo, que estructura los pases en series y crea la faena moderna, fue perfeccionado y revelado por el gran Manuel Jiménez Chicuelo en España, México y, consecuentemente, en todo el orbe taurino.

Chicuelo cortó cuatro rabos en Sevilla
Sin embargo, a pesar de que el fabuloso artista sevillano hizo y mostró ese toreo a los demás toreros, poniendo en valor una arquitectura maravillosa que sigue vigente en nuestros días, merecimientos más que suficientes e incuestionables para analizar y estudiar su figura, tratando con rigor y respeto su paso por el toreo y la grandeza de su legado, algunos de los que contaron la historia lo despacharon a la ligera como "un fino torero sevillano", y el inventor de la vistosa chicuelina. Pero Manuel Jiménez Moreno fue mucho más que eso en el toreo, fue el creador de la faena moderna, y no debe pasar inadvertido en una historia donde sus postulados cobran protagonismo cada tarde de corrida. Y si como torero artista pudo adolecer de regularidad, no es menos cierto que cuando los toros le embistieron alcanzó éxitos clamorosos con un toreo que enamoraba a los públicos, y que creó escuela en grandes espadas sevillanos de los considerados artistas que habrían de sucederle. Traemos a colación la confidencia protagonizada por Enrique Ortega El Almendro, primo de Gallito y miembro de su cuadrilla, quien le comentó a Joselito que era una lástima que teniendo Manolo tanto arte no tuviera más valor para ser un figurón del toreo, a lo que el inolvidable José respondió: “Chicuelo tiene tanto arte que no necesita tener valor para ser un figurón del toreo”. No se equivocó en su juicio el menor y más grande de los Gallo, porque Manuel llegó a torear como nadie lo había hecho jamás. 


Juan Belmonte otorga la alternativa a Chicuelo en la Maestranza de Sevilla. 
José y Juan fueron dos toreros grandiosos que protagonizaron la segunda edad de oro del toreo, pero no lo fue menos Manuel Jiménez en la edad de plata, porque influyó decisivamente en el curso de la historia creando la faena moderna. Solo por esta razón Sevilla y el toreo deben de recordar al torero y homenajear su legado recreando su imagen en el  cartel que anuncie la temporada de 2019 en el coso del Baratillo, donde realizó 98 paseíllos, para torear 76 corridas de toros –otras 2 las toreó en la plaza monumental de Sevilla-, 8 novilladas con picadores y 14 festivales benéficos. En la Maestranza, donde aseguró que nunca había estado a gusto de verdad con un toro, llegó a cortar cinco rabos (1919, 1924, 1928, 1939 y 1942), el penúltimo en una fecha trascendente, el 2 de julio de 1939, cuando al otorgar a Manolete la alternativa le cedió también el testigo de su toreo, para que el nuevo rey de los toreros -que defendía que su concepto era el mismo de Chicuelo-, perseverando todas las tardes con todos los toros, impusiera definitivamente ese modelo de faena con sentido de unidad, ligada y seriada, cuya estructura habrían de aceptar y adoptar todos los toreros para manifestar su arte. Sevilla debe iluminar los oscuros silencios que algunos proyectaron sobre la excelsa figura de Manuel Jiménez, y proclamar al mundo que Chicuelo fue un torero grandioso que resultó determinante en la vertebración del toreo. Ya es hora de revisar la historia y situarlo en el lugar que con su inteligencia y su arte se ganó en los ruedos. 

Fotografías cortesía de la familia Chicuelo (chicuelodinastia.com)

jueves, 22 de noviembre de 2018

JOSÉ TOMÁS

Por Antonio Luis Aguilera
 José Tomás, vestido de purísima y oro.
Desde la gravísima cornada que Navegante, de la ganadería mexicana De Santiagoinfiriera a José Tomás el 24 de abril de 2010 en la plaza monumental de Aguascalientes, han sido escasas las comparecencias en los ruedos del diestro de Galapagar, pero seguidas por miles de espectadores que peregrinan desde cualquier punto del orbe taurino para no perderse ninguna actuación del espada. La expectación es tal que las taquillas agotan el papel el mismo día que se pone a la venta, los reventas se proveen de material para hacer el agosto, y los aficionados que adquieren localidades se consideran unos privilegiados por tener asegurado un asiento en la corrida del torero, aunque ello sea comprando el abono completo de la feria, cuyas entradas para los festejos a los que no acudan tendrán que malvender o regalar. En los tiempos tan complicados que corren para la Fiesta, con lo difícil que resulta llenar las plazas de espectadores llegados de otros lares, que además llenarán restaurantes, hoteles, bares o taxis, reactivando la economía de la ciudad, esto pone de relieve que la pasión por el toreo está viva, a la espera de que salgan toreros que verdaderamente interesen al público, de esos pocos escogidos que por su atracción y poder de convocatoria sean capaces de darle la vuelta a la tortilla, algo que parece muy difícil o imposible de conseguir de persistir la tónica empresarial que rige en la mayoría de las ferias de no organizar novilladas con picadores, criterio a todas luces erróneo que impide el relevo generacional, asfixia el toreo, e impide cualquier milagro.

Meciendo el toreo a la verónica con delicada naturalidad.
José Tomás es un torero diferente, único, de los que “rompe moldes” y moviliza al público. Profesionales del toreo, aficionados con experiencia y crítica especializada coinciden en este juicio. Todos convergen en que se trata de un auténtico figurón del toreo, que supo ganarse el respeto y la admiración general desde sus inicios, mucho antes de la cornada donde seriamente peligró su vida, el gravísimo percance que aún superado por el hombre hizo temer que no podría salvar el torero, pues un accidente vascular tan severo, con destrozos en femoral, ilíaca y safena, conlleva una medicación vitalicia para mantener un correcto flujo sanguíneo, tratamiento que de suspenderse para vestir el traje de luces conlleva un riesgo añadido. Puede que este plus de riesgo asumido conscientemente, unido al hermetismo del espada con la prensa, sin olvidar la indudable calidad de su toreo, haya mitificado en vida a un diestro del que muchos quisieran saber más y al que todos quieren ver. Valga como prueba el eco que adquieren sus actuaciones en importantes medios de comunicación que sistemáticamente ignoran la información taurina.  

Templando y cargando la suerte con el compás abierto.
No obstante, como en el servicio militar obligatorio cuando en el periodo de instrucción algunos reclutas marchaban con el paso cambiado, tampoco faltan en el toreo quienes ante la repercusión de esta gran figura se echan las manos a la cabeza e inician particulares y absurdas cruzadas para “devolver” la vista a tanto “ciego”. Algo que siempre ocurrió cuando algún espada interesó de verdad al público, al que paga y llena las plazas aunque vaya ¿equivocado?. Entre los argumentos de sus detractores están que se trata de un fenómeno social, que las legiones de espectadores que lo siguen no saben de toros, que un torero no puede resultar cogido tantas veces, que no se puede atropellar la razón, que la quietud que conmueve al público es fruto de su torpeza... En fin, para gustos los colores. 

 Sometiendo con gallardía y las zapatillas hundidas.
Por supuesto merecen todo respeto las opiniones de aficionados íntegros a los que puede que no agrade ese toreo y están en su derecho de manifestarse, pero no son dignos de crédito los juicios que provienen de partes interesadas en el negocio taurino, especializadas en manipular la realidad y propagar una imagen distorsionada o falsa del torero, por el hecho de que este no acepta imposiciones y decide libremente cómo han de ser sus contratos, excluyendo de forma determinante la televisión. Precisamente por esto, por defender sus derechos y plantar cara al orden establecido, ha sido objeto de laceradas críticas e injustas descalificaciones de revisteros bien conocidos entre los aficionados por su "ejemplar objetividad” y “ética profesional”. 

Majestuoso natural en la plaza de Jerez. Foto Arjona
Nada nuevo en el toreo. La perspectiva histórica recuerda que cuando aparece un torero excepcional se orquestan campañas para “desengañar” a la opinión pública. A veces se hizo de forma tan sibilina como cruel, en foros distinguidos y cuando el criticado no podía defenderse porque lo había matado un toro, como ocurrió con la "célebre" conferencia del Ateneo de Madrid, donde el maestro Domingo Ortega, que no había digerido ser relegado a un segundo plano durante el reinado de Manolete, pretendió restaurar la “verdad” del toreo explicando su propio concepto lidiador, en clara alusión crítica al instaurado por el inolvidable espada cordobés, mientras era arropado por una crítica adepta que propagó su discurso a modo de dogma. 

Toreando hasta donde acaba el juego del brazo y la muñeca.
Pero el tiempo vino a demostrar que esa “verdad” no tuvo descendencia, porque todos los toreros aceptaron y adoptaron el sistema censurado por ¿mentiroso?, el toreo ligado en redondo revelado por Chicuelo e  impuesto de forma definitiva por Manolete. Lo que confirmaba el acierto de esa frase en forma de sentencia del gran escritor taurino Pepe Alameda, quien aseguraba que la historia no establece dogmas, los establecen los que la escriben. También se organizaron "cruzadas" para desengañar a las legiones de seguidores de Manuel Benítez Pérez, el torero más taquillero de la historia del toreo, que mandó sin contemplaciones en su época abarrotando las plazas de miles de ¿equivocados?, cualquier día de la semana durante nueve años consecutivos y en todo el planeta taurino al reclamo de "El Cordobés y dos más". Debe ser que cuando la fuerza de un torero supera todas las previsiones, bate todas las marcas en honorarios e incluso obliga a incrementar los de sus compañeros, las empresas procuran estabilizar un negocio pensado para que siempre gane la banca y controlar el quebranto que causan los genios. 

Solemne verticalidad y dominio en el toreo de manos bajas. Foto Arjona
Los aficionados saben bien que los toros hieren a los toreros, sobre todo a los que se arriman de verdad, porque una cosa es que la cornada llegue encajado y toreando, y otra que sorprenda al espada por una mala colocación, falta de ajuste, dar tirones o no llevar toreada la embestida, por ventajas que no perdona el toro encastado. Y aunque es indudable que todas las figuras del toreo lo son por méritos propios, pues ese rango no es hereditario y se lo han ganado en el ruedo, no es menos cierto que en algunas, exceptuando tardes y ferias determinantes de la temporada donde hay que estar de verdad sí o también, prevalece la técnica sobre el toreo auténtico, el armazón de los mecanismos de defensa sobre la entrega con pureza, sea porque no encuentran mayores exigencias o por la seguridad que ofrecen los contratos ajustados al inicio de la campaña, que no sufrirán merma alguna por esas tardes insulsas donde realmente no pasa nada.

Soberano y ceñido pase de pecho de pitón a rabo.

No es el compromiso de José Tomás, que siempre se ha arrimado como pocos, colocando el cuerpo donde otros ponen las telas, para torear con suavidad de seda y conducir las embestidas con las manos bajísimas hasta donde acaban el recorrido del brazo y de la muñeca. Encajado con una pureza increíble ante el toro, el madrileño ha ligado el toreo en redondo dibujando en la arena carteles de toros, hilvanando sinfónicamente series de naturales como se engarzan las perlas de un collar, o rimando con majestuosos pases desmayados las estrofas más emocionantes y conmovedoras del toreo de verdad. José Tomás habla y se expresa en la arena con ese aire de dignidad que lo hicieron las más grandes figuras de la historia, las que imaginamos asomadas al balcón celestial batiendo palmas cuando lo ven torear, entre ellos Joselito, Chicuelo y Manolete, los precursores de su cuerda artística. 

José Tomás, un gran torero con aire de leyenda.
Las legiones de aficionados que le siguen en peregrinación abandonan las plazas cada vez más entusiasmadas, anhelando una nueva cita que nadie sabe cuándo o dónde llegará, si es que llega, mientras algunos detractores se obcecan en buscarle vicios porque no soportan la grandeza de su dignidad como torero, que libremente decide su destino sin dejarse manipular por el orden establecido, el tutelado por esos clanes de comisionistas que manejan ganaderías, plazas y toreros, los que mueven todos los hilos del negocio y acaparan las fortunas que antes atesoraban las figuras del toreo, muchas convertidas en un cuerpo de funcionarios al que de marzo a octubre asignan ferias y honorarios que cumplen sin preguntar siquiera a qué hora comienza la corrida. No vayan a molestar.

jueves, 15 de noviembre de 2018

GANADERÍAS QUE MÁS HAN LIDIADO EN LA PLAZA DE "LOS CALIFAS" DE CÓRDOBA.

Por Antonio Luis Aguilera

Cartel de la inauguración de la plaza
La tarde del 9 de mayo de 1965, con el encierro embarcado en tierras de Tarifa por los Herederos de don Carlos Núñez -por orden de lidia: Cartujano, Bailaor, Recortito, Fogatero, Catavino y Corredor-, para los espadas José María Montilla, Manuel Benítez El Cordobés y Gabriel de la Haba Zurito, quedó inaugurada oficialmente la entonces denominada Nueva Plaza de Toros de Córdoba S.A.
Desde entonces han pasado cincuenta y tres años en la historia del recinto, que posteriormente recibió por nombre Coso de Los Califas, y han sido muchas las ganaderías que han lidiado sus reses en un palenque que abrió las puertas clasificado de segunda categoría, y ese mismo mes de mayo, mediante oficio del Ministerio de la Gobernación dirigido al Gobierno Civil de Córdoba, fue recalificado como de primera, en reconocimiento a la importancia histórica de Córdoba en el toreo. La nueva categoría de la plaza, al no haber sido publicada la disposición en el Boletín Oficial del Estado, fue objeto de dudas y confusiones, debido a que en el Reglamento Taurino de 1962 Córdoba no figuraba entre las que ostentaban la categoría que le fue concedida tres años más tarde.  

En este trabajo vamos a revelar las ganaderías que más reses han lidiado en la historia del coso, citando por razones obvias las cinco primeras de cada escalafón según el tipo de festejos. Los datos que ofrecemos de toros y utreros se refieren a los jugados en corridas, novilladas picadas y festejos de rejones, excluyéndose los ejemplares lidiados en festivales benéficos, que tendrán su propio grupo. 

LAS CINCO PRIMERAS GANADERÍAS POR TOROS LIDIADOS 

Hierro de D. Juan Pedro Domecq
La histórica ganadería de don Juan Pedro Domecq ocupa el primer puesto, habiendo  lidiado 95 toros a los que le fueron cortadas 46 orejas y 1 rabo.

En segundo lugar figura la ganadería cordobesa de don Ramón Sánchez Rodríguez, que en vida del ganadero lidiaba indistintamente los toros de los dos hierros de su vacada, el suyo y el de don Ramón Sánchez Recio, su hijo, ambos de idéntica procedencia -Manuel Arranz-. Desde La Alamiriya, ubicada en las proximidades de Medina Azahara, fueron embarcados para su lidia en Los Califas 92 toros, a los que le cortaron 32 orejas. De estos, fue premiado con la vuelta al ruedo, Agareno, estoqueado por Víctor Mendes el 26 de mayo de 1986, que cortó dos orejas.

En tercer puesto es para Torrestrella, que ha lidiado 88 toros, a los que se cortaron 43 orejas. Dos ejemplares resultaron premiados con la vuelta al ruedo, Rompevientos, lidiado por Luis Francisco Esplá, el 25 de mayo de 1980, que dio la vuelta al ruedo tras un aviso, y Trebolero, al que Enrique Ponce cortó las orejas en la corrida matinal del 30 de mayo de 1998.

El cuarto lugar corresponde a la divisa de Herederos de don Carlos Núñez, con 50 toros lidiados, a los que cortaron 30 orejas y 5 rabos.

Y el quinto puesto lo ocupa el hierro de don Joaquín Núñez del Cuvillo, con 47 toros lidiados, a los que cortaron 21 orejas.  

LAS CINCO PRIMERAS GANADERÍAS POR UTREROS LIDIADOS

Hierro de don Ramón Sánchez Recio
El primer puesto de este escalafón lo encabeza la ganadería de don Ramón Sánchez (ambos hierros), con 57 novillos-toros a los que cortaron 14 orejas.

En segundo lugar figura Torrestrella  con 39 utreros a los que cortaron 29 orejas y 1 rabo, siendo premiados con la vuelta al ruedo dos ejemplares, aunque uno de forma simbólica. Estos novillos-toros fueron Petenero, lidiado por Vicente Ruiz El Soro el 31 de mayo de 1980, al que cortó las orejas, y Lucero, para el que se mostró tarde el pañuelo azul, cuando los mulilleros habían enfilado el camino del desolladero, y correspondió a José Luis Moreno, que fue ovacionado tras escuchar un aviso.

El tercer puesto lo ocupa el hierro de don Gabriel Rojas Fernández, con 35 utreros a los que le cortaron 20 orejas.

La cuarta posición es para la divisa de Herederos de don Carlos Núñez, con 30 reses y 8 orejas cortadas.

El quinto lugar lo ocupa Guadalest, con 29 utreros a los que cortaron 8 orejas, siendo dos ejemplares premiados con la vuelta al ruedo: Traficante, lidiado el 28 de mayo de 1996 por Romero de Córdoba, que cortó dos orejas, y Barbita, lidiado el 27 de mayo de 1997 por Rubén Cano El Pireo, que cortó dos orejas.

LAS CINCO PRIMERAS GANADERÍAS POR ERALES LIDIADOS

Hierro de Toros de El Capricho
En novilladas sin picadores, la ganadería de Hermanos Centeno Guerra, después anunciada como Toros de El Capricho, ocupa el primer lugar, con 87 erales a los que cortaron 35 orejas, siendo premiado con la vuelta al ruedo el jugado en 4º lugar el 13 de junio de 2002 por Javier Benjumea, que cortó las dos orejas. Actualmente utilizan el antiguo hierro de don Antonio Guerra Bejarano, hermano de Guerrita y abuelo de los propietarios.

En el segundo puesto figuran las ganaderías de La Quinta, con 42 erales a los que cortaron 17 orejas, siendo premiados con la vuelta al ruedo Chamizo, lidiado el 13 de julio de 2000 por José Manuel Jimenez Molina, que cortó una oreja, y Dominante, corrido el 27 de junio de 2002, al que José Luis Torres cortó dos orejas. Y con idéntico número de reses, la de doña Concepción Mencos Armero, también con 42 erales a los que cortaron 14 orejas.

El tercer lugar lo ocupa el hierro de don Ángel Sánchez Rodríguez, con 32 ejemplares y 6 orejas.

En cuarto puesto figura la ganadería de San Martín, de don José Chafik, con 26 erales a los que se cortaron 14 orejas, siendo dos premiados con vuelta al ruedo Campanito, lidiado por Francisco Ruiz Platero, el 18 de mayo de 1996, al que cortó una oreja, y el jugado en 6º lugar el 20 de julio de 2000 por Francisco Villena Berlanga, que saludó tras un aviso.

Y en el quinto lugar lo ocupa la ganadería de Hermanos Gualda Bueno, (actualmente El Añadío, de doña María Jesús Gualda Bueno), que lidió 23 erales, a los que cortaron 9 orejas, siendo premiados con la vuelta al ruedo Vitorino, lidiado el 9 de julio de 1998 por Andres Díaz Cortés, que cortó dos orejas, y Lamparito, jugado el 1 de mayo de 2002, al que Curro Leal cortó dos orejas.

LAS CINCO PRIMERAS GANADERÍAS POR AÑOJOS LIDIADOS

Hacemos la observación de que en este grupo no se contabilizan las reses que se jugaron en espectáculos cómico-taurinos.

En becerradas, también figura en el primer puesto por añojos jugados la ganadería cordobesa de Hermanos Centeno Guerra, posteriormente anunciada como Toros de El Capricho, con 118 becerros a los que cortaron 113 orejas y 3 rabos. Hacemos constar un dato importante, esta ganadería ostenta el récord de la que más reses en general ha lidiado en la plaza califal, con un total de 232 ejemplares (24 utreros, 87 erales, 118 añojos y 3 ejemplares en festivales benéficos).

El segundo puesto lo ocupa otro hierro cordobés, el de don Manuel López Aragón, gran aficionado ya fallecido, que lidió 44 ejemplares a los que cortaron 44 orejas y tres rabos.

La tercera plaza la ocupa de San Martín, con 22 añojos a los que cortaron 33 orejas y 4 rabos.

La cuarta posición la ocupa la divisa de don Raúl Larios, con 20 becerros y 3 orejas.

Ocupan el quinto lugar, empatados con 12 ejemplares, los hierros de Toros de Esteban Isidro S.A., a los que cortaron 10 orejas, y Torrestrella, con 9 orejas y un rabo.

LAS CINCO PRIMERAS GANADERÍAS POR EJEMPLARES LIDIADOS EN FESTIVALES BENÉFICOS.

Hierro de Torrestrella
Concluimos este trabajo con las divisas que ocupan los cinco primeros puestos por reses jugadas en festivales benéficos (toros, utreros, erales y añojos para fines solidarios), relación que encabeza Torrestrella, con 29 ejemplares, a los que se cortaron 32 orejas y 2 rabos.

En segundo lugar figura la ganadería de don Ramón Sánchez (ambos hierros), con 16 reses a las que cortaron 12 orejas y 2 rabos, siendo premiado con la vuelta al ruedo Delicioso, lidiado el 26 de octubre de 1985 por don Ramón Sánchez Recio, que cortó una oreja.  

Ocupa la tercera plaza la divisa de Núñez del Cuvillo, con 14 ejemplares, a los que cortaron 15 orejas y 1 rabo, siendo premiado con la vuelta al ruedo el 1 de febrero de 1998 el ejemplar lidiado por Finito de Córdoba, que cortó los máximos trofeos.

En cuarto lugar figuran empatadas las divisas de doña Francisca Marín con 12 reses, a las que cortaron 13 orejas y 1 rabo, y la de Zalduendo, con 12 reses a las que cortaron 9 orejas.

Y cerrando la relación, también figuran empatados con 11 ejemplares, los hierros de don Manuel Benítez Pérez, a los que cortaron 12 orejas y 1 rabo, y Buenavista, con 7 orejas, siendo premiado con la vuelta al ruedo el jugado en 4º lugar, al que Francisco Riquelme cortó las dos orejas.

Finalmente, por considerarlo de interés para la afición, aportamos como anexo la relación de reses sido premiadas en la plaza de Los Califas de Córdoba desde su inauguración en 1965 hasta la finalización de la temporada de 2018, puntualizando que en el mismo no figura Molinito, de don Victorino Martín Andrés, toro al que  se le dio la vuelta al ruedo el 28 de mayo de 1986 por aclamación popular, sin que el presidente la hubiera otorgado. 

Plaza de Los Califas de Córdoba
                                    RESES PREMIADAS EN LOS CALIFAS                                                                       
           
Fecha y festejo
Ganadería
Tipo de  res
Premio
Nombre y datos de la res
Lidiador
1
19/03/1966
N.P.
María Pallarés de Benítez Cubero
Utrero
Vuelta al ruedo
Barbero, nº 94, negro zaíno, 366 kg.
José Rivera Riverita (O)
2
21/04/1968
Festival
Guardiola Fantoni, Salvador
Utrero
Vuelta al ruedo
Sin datos. Lidiado en 5º lugar
Manuel Benítez El Cordobés (OOR)
3
15/09/1968
N.P.
Pérez Valderrama, Juan
Utrero
Vuelta al ruedo
Estrellita, lidiado en 5º lugar, nº 28, negro, 433 kg.
Antonio Barea, palmas
4
12/10/1968
N.P.
Ortega Sánchez, Gerardo
Utrero
Vuelta al ruedo
Tinajero. Lidiado en 2º lugar, nº 123, negro zaíno, 404 kg
Julio Vega Marismeño (OOR)
5
01/06/1969
C.T.
Ortega Sánchez, Gerardo
Toro
Vuelta al ruedo
Buenazo.  Lidiado en 5º lugar, nº 94, 522 kilos, negro zaíno.
Fernando Tortosa (O)
6
01/06/1969
C.T.
Ortega Sánchez, Gerardo
Toro
Vuelta al ruedo
Fundidor. Lidiado en 6º lugar, nº 95, 469 kilos, negro zaíno.
Florencio Casado El Hencho (OOR)
7
29/05/1971
N.P.
Álvarez Gómez, Manuel
Utrero
Vuelta al ruedo
Divertido. Lidiado en 3º lugar, nº 163, negro zaino, 340 kg.
Antonio Benete El Mesías (ovación tras dos avisos)
8
29/05/1971
N.P.
Álvarez Gómez, Manuel
Utrero
Vuelta al ruedo
Secretario. Lidiado en 6º lugar, nº 12, negro, 446 kg.
Antonio Benete El Mesías (OO)
9
26/05/1973
C.T.
Martínez Benavides, Francisco
Toro
Vuelta al ruedo
Madrileño. Lidiado en 4º lugar, nº 3, negro, 506 kg.
Antonio José Galán (OOR)
10
26/09/1975
N.P.
Buendía Peña, Joaquín
Utrero
Vuelta al ruedo
Antifaz. Lidiado en 3º lugar, nº 48, cárdeno, 417 kg.
Alfonso Galán (O)
11
24/05/1977
N.P.
Benítez Pérez, Manuel
Utrero
Vuelta al ruedo
Limonero, número 22, negro.  Lidiado en 5º lugar
Juan Antonio Cobo Garbancito, (vuelta al ruedo)
12
24/09/1978
N.P.
Ordóñez Araujo, Antonio
Utrero
Vuelta al ruedo
Sin datos. Lidiado en 7º lugar
Juan Antonio García El Califa (OO)
13
25/05/1980
 C.T.
Torrestrella
Toro
Vuelta al ruedo
Rompevientos, número 67. Lidiado en 3º lugar
Luis Francisco Esplá (vuelta al ruedo tras aviso)
14
31/05/1980
N.P.
Torrestrella
Utrero
Vuelta al ruedo
Petenero. Lidiado en 3º lugar, nº 68, negro, 412 kg
Vicente Ruiz El Soro (OO)
15
26/05/1984
 C.T.
Martín de Andrés, Victorino
Toro
Vuelta al ruedo
Majetón. Lidiado en 6º lugar
Tomás Campuzano (OO)
16
25/05/1985
 C.T.
Martín de Andrés, Victorino
Toro
Vuelta al ruedo
Bailaor, nº 121, negro bragado, 538 kilos. Lidiado en 6º lugar
Tomás Campuzano (OO)
17
26/10/1985
Festival
Sánchez Rodríguez, Ramón
Toro
Vuelta al ruedo
Delicioso, nº 92, negro. Lidiado en 7º lugar.
Ramón Sánchez Recio (O)
18
26/05/1986
 C.T.
Sánchez Rodríguez, Ramón
Toro
Vuelta al ruedo
Agareno, nº 23, negro, 569 kilos. Lidiado en 2º lugar.
Víctor Mendes (OO)
19
19/05/1991
C.T.
Marqués de Ruchena
Toro
Vuelta al ruedo
Vacante nº. 25, colorao, 514 kilos
Manuel Ruiz Manili (O)
20
21/05/1992
N.P.
Cetrina (Jerónimo Martínez)
Utrero
Vuelta al ruedo
Precioso, nº 27, castaño, 433 kilos. Lidiado en 4º lugar
Paco Delgado (O)
21
21/05/1994
 N.P.
Juan Pedro Domecq Solís
Utrero
Vuelta al ruedo
Mesonero, lidiado en 6º lugar
José Luis Moreno (OO)
22
28/05/1994
 C.T.
Rojas Fernández, Gabriel
Toro
Indulto
Tabernero, nº 167, negro mulato, 546 kilos, lidiado en 5º lugar.
Juan Serrano Finito de Córdoba (OOR simbólicas)
23
20/05/1995
N.P.


Torrestrella
Utrero
Vuelta al ruedo
Lucero, nº 119, negro bragado, 449 kilos, lidiado en 1º lugar.
Nota:  No la dieron los mulilleros
José Luis Moreno (ovación tras aviso)
24
18/05/1996 N.S.P.
San Martín (José Chafik)
Eral
Vuelta al ruedo
Campanito. Lidiado en 5º lugar
Francisco Ruiz Platero (O)
25
26/05/1996
C.T.
Marqués de Domecq
Toro
Vuelta al ruedo
Tratadista, nº 77, negro zaíno, 500 kilos. Lidiado en 5º lugar.
Raúl Gracia El Tato (OO)
26
28/05/1996
N.P.
Guadalest
Utrero
Vuelta al ruedo
Traficante, nº 83, negro poco bragado, 469 kilos. Lidiado en 4º lugar.
Manuel Romero Santiago Romero de Córdoba (OO)
27
05/10/1996
N.P.
Domínguez Pérez de Vargas, María Luisa
Utrero
Vuelta al ruedo
Topamucho, nº 60, negro, 490 kilos. Lidiado en 6º lugar.
Manuel Romero Santiago Romero de Córdoba (OO)
28
28/02/1997
Festival
Quinta, La
Utrero
Vuelta al ruedo
Cerrojito, nº 93, cárdeno meano. Lidiado en 3º lugar.
Juan Serrano Finito de Córdoba (OO)
29
27/05/1997
N.P.
Guadalest
Utrero
Vuelta al ruedo
Barbita, nº 81, colorado bragado, 481 kilos. Lidiado en 3º lugar.
Rubén Cano El Pireo (OO)
30
01/02/1998
Festival
Núñez del Cuvillo
Utrero
Vuelta al ruedo
Sin datos.
Finito de Córdoba (OOR)
31
30/05/1998
C.T. matinal
Torrestrella
Toro
Vuelta al ruedo
Trebolero, nº 44, negro. Lidiado en 4º lugar.
Enrique Ponce (OO)
32
09/07/1998
N.S.P.
Gualda Bueno, Hermanos
Eral
Vuelta al ruedo
Vitorino. Lidiado en 4º lugar.
Andrés Díaz Cortés (OO)
33
12/06/1999
Festival
Buenavista
Utrero
Vuelta al ruedo
Sin datos. Lidiado en 4º lugar.
Francisco Riquelme (OO)
34
13/07/2000
N.S.P.
Quinta, La
Eral
Vuelta al ruedo
Chamizo, nº 37, cárdeno claro. Lidiado en 3º lugar.
José Manuel Jiménez Molina (O)
35
20/07/2000
N.S.P.
San Martín (José Chafik)
Eral
Vuelta al ruedo
Sin datos. Lidiado en 6º lugar.
Francisco Villena Berlanga (saludos tras aviso)
36
01/05/2002 N.S.P.
Gualda Bueno, Hermanos
Eral
Vuelta al ruedo
Lamparito, nº. 11. (4º lugar)
Curro Leal (OO)
37
13/06/2002
N.S.P.
Centeno Guerra, Hermanos
Eral
Vuelta al ruedo
Sin datos. Lidiado en 4º lugar.
Javier Benjumea (OO)
38
27/06/2002
N.S.P.
Quinta, La
Eral
Vuelta al ruedo
Dominante, nº 72, negro bragado. Lidiado en 3º lugar.

José Luis Torres (OO)
39
29/05/2004
C.T.
Hernández Martín, Domingo
Toro
Indulto
Bondadoso, nº 5, negro, 564 kilos. Lidiado en 4º lugar.
Juan Serrano Finito de Córdoba (OO simbólicas)
40
23/05/2006
C.T.
Peñajara
Toro
Vuelta al ruedo
Bandolero, nº 53, 54o kilos, castaño
José Luis Torres (OO)
41
02/03/2008
Festival
Guadalest
Toro
Vuelta al ruedo
Borracho. Lidiado en 5º lugar
David Fandila El Fandi (OO)
42
24/02/2018
Saltillo (Moreno Silva)
Añojo
Vuelta al ruedo
Lidiado en 4º lugar
Julio Alguiar (Escuela Taurina de Málaga), ovación tras aviso.