Por Antonio Luis Aguilera
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Ramón y Pepe Arranz Molina en la antigua taberna "Coto". Detrás de la barra, Ramón Arranz Feria. Foto Diario Córdoba |
Entre los buenos aficionados a los toros que hemos conocido y dejaron huella en nuestra memoria recordamos con especial cariño a los hermanos Ramón y Pepe Arranz Molina, excelentes profesionales de la hostelería cordobesa, que en la Taberna Coto de la calle Doce de Octubre lograron durante muchos años, que tanto los profesionales del toreo como los aficionados acudieran para improvisar tertulias, conocer en primicia cualquier novedad taurina, o simplemente para conversar con Ramón, una enciclopedia taurina viviente, de palabras certeras, precisas y sencillas, que calaba pronto por su hondo conocimiento y gran humanidad. Junto a él, su hermano Pepe resultaba el contraste perfecto para salpicar con acertadas notas de humor -muy cordobés por cierto, por seco e irónico- cualquier conversación, donde procuraba intervenir poco, dejando siempre a su hermano el hilo narrativo, pero cuando lo hacía, por sus ocurrencias en el momento preciso, provocaba la sonrisa en la clientela por sus certeros golpes y sentenciosas palabras.
Tuvimos la suerte de contar con la amistad de ambos hermanos, que desde el comienzo de nuestra andadura en la información taurina nos mostraron su calor y sabio consejo. De su fuente pudimos aprender en las frecuentes conversaciones que mantuvimos en la década de los años ochenta, cuando íbamos al establecimiento los jueves, a eso de las once de la noche, finalizado el programa semanal “Tercio de Quites” que dirigimos en “Radio Mezquita”, emisora de la Rueda de Rato, ubicada en los sótanos del edificio de Gran Capitán, que después pasaría a denominarse Onda Cero. Teníamos la costumbre de acudir al Coto de Pepe y Ramón para tomar una cerveza con unas tapas junto a los invitados del espacio radiofónico, con la certeza de que esa hora tan cercana al cierre era la idónea para seguir hablando de toros con tranquilidad, incorporando a la charla a dos grandes aficionados, mientras que en la barra dábamos cuenta de las exquisitas especialidades que preparaba Ramón y servía Pepe.
Ramón Arranz Molina, que en su juventud llegó a actuar vestido de luces como novillero, hablaba del toreo con el respeto y el conocimiento de los auténticos profesionales. Lejos de colgarse medallas por haber lucido el chispeante, lo hacía con una especial sencillez y humildad, que convertían sus juicios en verdaderas lecciones. Daba gusto escuchar su admiración y respeto por todos los toreros, por los que habían dejado huella como figuras, y por los que sin alcanzar la gloria hicieron el toreo bueno y tuvieron cualidades para haber sido gente en el toro. «¡Pero esto del toreo es muy difícil!», le gustaba remachar. Pepe, siempre atento a las palabras de su hermano, intervenía lo preciso, y como los buenos subalternos, estaba pendiente para echar un capote si era necesario y quitar a cualquier “espontáneo” o “malasombra” de guardia, si intentaba fastidiar la conversación rompiendo el relato.
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Ramón Arranz, José Luis Moreno y Pepe Arranz. El torero de Dos Torres recibe el premio de la "Taberna Coto" al mejor novillero de la feria de mayo de Córdoba. |
«Todo pasa y todo queda…», escribió el inolvidable poeta Antonio Machado. Hace tres años nos dejó Ramón, mientras su hermano Pepe disfruta junto a su familia de una merecida jubilación tras su larga carrera profesional. Por fortuna, aunque pasen los años y las personas, la taberna Coto sigue abierta en Córdoba, para continuar atendiendo a los aficionados del toro y otros muchos clientes que la visitan. El nuevo establecimiento, situado en la céntrica plaza de San Miguel, está regentado por Ramón Arranz Feria, hijo de Pepe, que desde muy joven, como se muestra en la primera fotografía, se incorporó al negocio familiar para formarse en el oficio. Este segundo Ramón Arranz maneja la cocina con la misma maestría que el primero, y ha sabido mantener arriba la taberna con sus especialidades clásicas, a las que ha incorporado una carta de platos más amplia. A la saga familiar se ha sumado Rebeca, hija de Ramón y nieta de Pepe, que dirige el comedor con delicadeza y profesionalidad, haciendo que el cliente se sienta a gusto para disfrutar de la suculenta gastronomía del establecimiento.
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Interior de la taberna "Coto" de la plaza de San Miguel |
El restaurante sigue adornado con las mismas fotografías y carteles taurinos que colgaban en las paredes de la taberna de la calle Doce de Octubre, para que los aficionados se sientan en su ambiente, como cuando Pepe atendía la barra y Ramón preparaba las deliciosas raciones y tapas de la casa. Aun así, cada vez que acudimos y contemplamos esas fotos, no podemos evitar recordar con mucho cariño cuando hace casi cuatro décadas, los jueves, a las once de la noche, llegaba la hora bruja de continuar en El Coto la tertulia iniciada una hora antes en el programa radiofónico “Tercio de Quites”, sin micrófonos y ante una buena cerveza, escuchando a los hermanos Arranz Molina, excelentes profesionales de la hostelería y mejores personas, que hicieron de su pequeña pero entrañable taberna el punto de encuentro de referencia de la afición taurina cordobesa.
5 comentarios:
Te conocimos y te catologamos cómo excente taurino y grandisima persona, al cabo de 40 años lo ratificamos y lo haremos siempre, eres "mu guena gente". Un fuerte abrazo.
Yo le tengo un cariño especial a toda la familia, y munca olvidaré los más de 20 años con las fiesta campera en el hotel el pilar y siempre el amigo cuevas pendiente a su torero,un beso al cielo para ramón y manolo cuevas ,,y un fuerte abrazo para toda la familia arranz y especial para pepe y señora,
Muchas gracias, Antonio, por este emotivo artículo.
El Coto una taberna de abolengo taurino, donde había un cartel, en qué aparece acartelado Ramón Arranz en una novillada en Montoro en septiembre de 1951, días antes de la inauguración oficial de la plaza, tras la restauración después de la guerra. Alegría por saber que un nuevo Arranz es buen taurino y buen tabernero.
Amigo Antonio: Has realizado a la perfección, ese dicho de la buena cocina "menos es más". Con la sencillez que lleva implícita tu persona, has guisado una sublime semblanza de "El coto de los hermanos Arranz".
Hemos tenido la suerte, mi querida esposa y yo, de saborear sus buenas tapas , así como de la tranquilidad y paz del lugar.
Muchas gracias amigo y querido Antonio.
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